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jueves, 30 de julio de 2009

ABDÓN ÁLVAREZ ALBERT - CON LLAMAS EN EL AIRE

OBRA: “CON LLAMAS EN EL AIRE”
(Fragmentos compilados y anotados sobre la participación de la aviación paraguaya en la Guerra del Chaco 1932-1935)
por ABDÓN ÁLVAREZ ALBERT
Editado por la Dirección de Publicaciones de las FF.AA. de la Nación, Asunción-Paraguay 1979 (200 páginas)
Declarada OBRA ÚTIL para los SS.OO. y AA.AA. de las FF.AA según Orden General Nº 32 del 9 de Marzo de 1979
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PRESENTACION
** En la participación de la Aviación en la Guerra del Chaco, jugaron su papel ponderable, factores diversos que no escapan al análisis de cualquier profesional estudioso al examinar la bibliografía relativa al desarrollo de las operaciones durante la contienda con Bolivia 1932-1935.
** Entre esos factores, se puede anotar el insuficiente conocimiento del empleo de la aviación en los diversos niveles de comando, advertido en notas y comentarios que en su lugar referiremos, recogidos de distintas fuentes. Aunque relativo específicamente al empleo de reservas del escalón superior, el empleo de la aviación es también parte de la educación para el Comando, por lo cual consideramos que, del mismo modo, el siguiente comentario tiene aplicación en este caso.
** "En este período de la guerra se destacó entre nuestras Jefes subordinados una falla que era consecuencia de un defecto de educación para el Comando'" ("Memorias del Mariscal Estigarribia", pág. 130. Se refiere al período a Junio de 1933.).
** El reconocimiento aerofotográfico pronto cayó en desuso. No fue aprovechado como podría haberlo sido, particularmente para suplir la falta de mapas y cartas de que se padecía. Polvorientos archivos conservan, sin embargo, fotografías aéreas de Boquerón, Arce, Cabo Castillo y un mosaico fotográfico del sector de Campo Aceval - Falcón - Rancho 8 y Pirizal, de poca o ninguna utilización por los mandos interesados. Un trabajo de ajuste de tiros de artillería señalados sobre una fotografía aérea de Cabo Castillo (APONTE, Mayor Leandro: "50 años de aeronáutica en el Paraguay" pág. 155) habla de la eficacia lograda, aunque en otras ocasiones no hacían más que producir desconcertantes comentarios. (APONTE, Mayor Leandro: "50 años de aeronáutica en el Paraguay”. pág. 137).
** Mediante la observación a vista se llevó a cabo el supremo esfuerzo de suplir el deficiente conocimiento del terreno en la zona de operaciones. Calificamos de supremo, rindiendo homenaje de este modo al Tte. 1° PAM Trifón Benítez Vera y su observador el Capitán Ramón Avalos Sánchez, abatidos en el avión Potez N° 6, sobre Saavedra, el 4 de diciembre de 1932, empeñados en la búsqueda de información cuando fueron atacados por tres aviones enemigos. (FERNANDEZ, Coronel Carlos J. "La Guerra del Chaco" tomo 11 "Saavedra", pág. 115.).
** Grandes actos de bravura del heroico verde olivo de la guerra del Chaco quedaron y quedarán ignorados como quedaron sepultados sus protagonistas que dejaron en la inmensa selva la propia sangre en aras de sus ideales de justicia y en pos del amparo de sus propios hogares.
** Escribir la historia de la Aviación en Campaña impone el rigor de su dimensión total. Este no es nuestro propósito. Del honroso lugar dedicado a ella por quienes con su pluma relata ron lo ganado con su espada en aquella contienda, separaremos nada más que algunas de las contribuciones, mencionadas por ellos, de las prestadas por la aviación a las sacrificadas acciones del glorioso y triunfante ejército del Chaco.
** No buscamos tampoco negar ni ocultar nuestras flaquezas, nuestras imperfecciones, nuestros errores. Los expondremos sin temores ni remordimientos, ya que el saldo final del juicio manifiesto de los más conspicuos y fidedignos escritores nacionales consagraron definitivamente los merecimientos que le sirvieron a la Aviación en Campaña para ganar la honrosa "CRUZ DEL CHACO" prendida a su pabellón de guerra.
** Con nuestra disquisición, por otra parte, intentamos unir los eslabones de la Historia desprendidos y expuestos a perderse para siempre en el' silencio y en las tinieblas, si no reciben el pulimiento válido de la luz y la verdad. Con ello, rendimos nuestro homenaje a los que pasaron ya a la Eternidad sin más mortaja que la de las glorias alcanzadas en aquella desigual por-fía, como rendimos también homenaje a los aviadores bolivianos que sucumbieron en la guerra cumpliendo su deber.
** La aviación en Campaña recibió con gratitud el aplauso y sin remordimientos la censura; lo uno y lo otro en diversa medida y desde múltiples orígenes; ella mantuvo y mantiene cabal conciencia del esfuerzo digno y honesto de sus hombres puesto en juego desde el primero hasta el último día de la contienda de aquella titánica empresa común.
** El tonificante estímulo del Comandante en Jefe del Ejército del Chaco, en las instrucciones dictadas el 3 de julio de 1934 decía: "LA GLORIA DE LAS ARMAS NO PERTENECE SOLAMENTE A AQUELLOS QUE HAN ALCANZADO ÉXITO ROTUNDO Y OSTENSIBLE; CORRESPONDE TAMBIÉN, Y POR MODO AUN MÁS HEROICO, A LOS QUE SABEN IMPONERSE EL SACRIFICIO NECESARIO PARA QUE LAS TROPAS AMIGAS ALCANCEN EL RESULTADO FINAL Y DECISIVO". (ROLON; Gral. Raimundo: "La Guerra del Chaco" tomo I pág. 262.).
** La Aviación en Campaña cumplió su deber, dentro de sus limitaciones, mucho más allá de lo que le conceden la incompleta información o la total ignorancia de algunos. Presentamos aquí un juicio sobre su actuación, originado en la cumbre jerárquica castrense de la época: "Los pocos aparatos de que disponíamos no daban abasto a nuestras necesidades, no obstante el heroico esfuerzo de nuestros aviadores, que realizaban verdaderos milagros". (Memorias del Mariscal Estigarribia, pág. 246/7.).
** Propios y extraños conocen holgadamente la enorme desventaja en que se desenvolvía el ejército paraguayo en cuanto a medios de aviación, sin excluir la limitada formación de tripulantes, aun en el más elemental cotejo de uno u otro factor.
** En la estrechez de sus recursos, pudo servir con eficacia al Comando del Ejército en Campaña, a los Comandos de Cuerpo de Ejército y, eventualmente, a las Divisiones y Destacamentos.
** La incredulidad de muchos Comandos de Unidades en los informes de sus subordinados, no constituía precisamente excepción, antes bien, ella era frecuente, hasta generalizada, casi. (FLORENTIN, Cnel. H.: "La batalla de Strongest". Esta obra entre otras, es rica en ejemplos de incredulidad de los superiores. Ver págs. 37, 44, 76 de la obra citada.) Los patrullajes eran repetidos una y otra vez, no tan solo para seguridad sino también para el cotejo de los partes rendidos por una y otra patrulla.
** Los informes de la aviación de ningún modo podían escapar a la actitud escéptica anotada. Un determinado camino descubierto desde el aire, era denunciado aportando su dirección, posición y extensión; seguían luego las patrullas terrestres para ubicarlo, las que, con relativa frecuencia, regresaban con el parte de no haberlo hallado, de trágicos resultados a veces. (1-2- (1) En la citada obra del Coronel H. Florentín, "La batalla de Strongest", pág. 33 dice: "que nuestra aviación parece habría localizado" llevando al pie de página la nota: "Nunca se pudo ubicar en tierra". Aunque no habla de inexistencia del camino, bueno es considerar que el mismo libro hace referencia (pág. 231) a un patrullaje a cargo del Tte 24 de Rva. José Duarte que localizó dicho camino. El trazado del mismo, figura en los mapas de la época. / (2) R. ROLON, Ob. cit., tomo 1 págs. 152, 180). Aunque parezca sorprendente decir que se haya rehusado la cooperación de la aviación en la acción de "Cañada Esperanza", no debe pasarse por alto que el apoyo de fuego de la artillería, en esa misma acción, había sido también rehusado. (FLORENTIN, Coronel Heriberto. Ob. cit. págs. 46, 64.),
** Del mismo modo, no se consintió el uso de la artillería "para no revelar la propia intención al enemigo" teniendo finalmente que abandonar su material pesado para escapar al cerco en el que había sido encerrada la VI D. I. en Ysyporenda. (Revista de las FF.AA. N° 212, pág. 10.). En los trabajos de reconocimiento a vista cumplidos por los aviadores paraguayos, sujetos casi perennemente a la in-credulidad de muchos Comandos de Grandes Unidades y Oficiales superiores, se descubrieron y señalaron amenazas del enemigo que fueron desbaratadas por la aviación misma unas veces, y mediante contramedidas adoptadas por el Comandante del Ejército del Chaco en otras. La pugna y la insistencia de los aviadores fue desoída una vez más para desembocar en el gran contraste de "Cañada Esperanza", circunstancia anotada en el comentario del propio General Estigarribia como una de las causas principales de aquel fracaso (ROLON, General Raimundo: Obra clt. tomo 1, pág. 151.) lo cual está corroborado en el reciente libro "Testimonios Veteranos" por la Sra. Beatriz R.. A. de González Oddone.
** Tanto los trabajos de reconocimiento fotográfico como los a vista llevados a cabo por la aviación, tuvieron, con la desventaja de la inferior velocidad de los aviones y la frágil composición de sus unidades, el inevitable y obligado ingrediente de los violentos combates con la bien dotada y mejor armada aviación boliviana„ en tal medida que sus máquinas parecían invulnerables, o inócua la lluvia de proyectiles que descargaban nuestros observadores sobre sus osados atacantes. En este sentido, consideramos totalmente equivocado afirmar que: "la aviación había optado por la táctica generalizada de no presentar combate", (APONTE, Mayor Leandro: Obra cit. págs. 146, 219; 251) como cualquier otra manifestación de ese jaez, cuyo origen creemos 'hallarlos en los comentarios formulados esos días en Comanchaco acerca de una carta que dirigiera el Presidente Ayala al General Estigarribia, en la que, entre otras cosas decía:
“… A LOS AVIONES NO DEBEN DARSE SINO MISIONES QUE NO SEAN DE PELIGRO; LA PÉRDIDA DE UN APARATO CAUSARÁ TERRIBLE IMPRESIÓN A ESTA POBLACIÓN NERVIOSA Y YA EXPUESTA AL PÁNICO". (Memorias del Mariscal Estigarribia", págs. 136/137.)
** Este texto nunca pasó de ser comentario y consejo. Las misiones se cumplieron con patrullas de dos o tres aviones, con o sin protección de aviación de caza, y con frecuencia ponderable, era necesario desafiar a la activa y abundante aviación boliviana con un solitario Potéz 25 de Reconocimiento y Bombardeo.
** La aviación paraguaya al servicio del ejército vencedor del Chaco tiene cumplidas misiones positivas, vitales, que sirvieron decisivamente en la defensa primero y en el triunfo des pues del heroico soldado guaraní, cuyo valor empujó al invasor más allá del río Parapití, límite natural de sus dominios de hecho y de derecho.
** Componen esa cooperación:
· el apoyo logístico prestado para la derrota del ejército boliviano al mando del General Hans Kundt, en Nanawa;
· el descubrimiento oportuno de caminos abiertos y movimientos para operaciones estratégicas, frustradas después, como en lngavi, camino V (Ruiz), camino XV (picada Campo Alegre), camino XVII (picada Escobar), picada Potez (picada La Feye); y otros;
· la oportuna denuncia de movimientos enemigos y apertura de nuevos caminos para realizar operaciones tácticas, que nuestro ejército, alertado por la exploración aérea, pudo frustrar; tal lo ocurrido, entre otros, con el camino "X", el camino "XII ", el camino "W" el camino "J", etc..
· el metódico y continuo servicio aéreo sanitario que transportó centenares de heridos graves y enfermos desde los hospitales del frente a los de retaguardia.
· Los viajes al y del Cuartel General en Campaña del señor Presidente de la República, miembros de su gabinete, delegados neutrales y la de altos jefes militares nacionales.
** Si el ataque aéreo a nuestra capital pudo impedirse con la intervención diplomática extranjera como afirman autores bolivianos, muchos ataques aéreos muy al alcance de las posibilidades de la aviación paraguaya tampoco se realizaron, con fundamentos sin mucha lógica y menos aun con criterio militar, del mismo modo que otras gestiones diplomáticas pusieron los pozos petrolíferos del territorio de Bolivia, a cubierto de nuestros bombarderos que habían llegado a atacar Charagua.
** Tales notas omiten citar la ayuda recibida por Bolivia de otros países, no solo en suministros bélicos y al tránsito de los mismos, sino el masivo enganche de militares profesionales, así como olvida citar otros objetivos ventajosos que pudieron haber sido atacados sin restricción alguna.
** Sin afán de restar ni añadir mérito alguno, nos, queda asentar nuestros puntos de vista generales extraídos de los conocimientos y experiencia acumuladas y del juicio formulado por las más autorizadas fuentes.
1. La insuficiencia de los vuelos para satisfacer todas las necesidades del Ejército en Campaña, coincidentemente mencionada en diversos documentos, es irrefutable, y aunque insuficientes, no por eso menos provechosos.
2. El dominio del aire que se concede a la aviación boliviana, en ciertos casos hasta en grado absoluto, de todos modos, no fue suficiente para impedir el cumplimiento de nuestras misiones fundamentales. Tanto más remota aparece pues, la posibilidad de satisfacer la demanda de que nuestra aviación impidiese la actividad aérea del enemigo como manifiestan haberlo deseado algunos autores nacionales, principalmente.
3. Disentimos del uso del adjetivo "invicta" aplicado para calificar a la aviación boliviana, inapropiado aun para consumo interno, por lo siguiente:
a. se cubre con el olvido, injustamente, a los aviadores bolivianos que cayeron en cumplimiento del deber, lista que encabeza el Mayor Rafael Pabon.
b. Se cumplieron misiones de bombardeo desde Boquerón hasta Charagua; desde Vitriones, Vargas y Vanguardia a fortín Florida e Ingavi, atacando posiciones fortificadas y bien defendidas bases de la Fuerza Aérea Boliviana.
c. Los múltiples movimientos del enemigo y la red de caminos abiertos por él para llevar a cabo operaciones estratégicas y tácticas, fueron descubiertos y oportunamente denunciados por la aviación. En esto, su par de Bolivia no logró salvar a las tropas de su ejército o parte de ellas, de las grandes catástrofes sufridas por efecto del empuje y el ímpetu del soldado paraguayo en todo el curso de la campaña.
4. El alto grado de preparación de las tripulaciones bolivianas para la guerra fue indiscutible. El ludibrio con que llena a su enemigo un reciente libro boliviano sobre la guerra aérea en el Chaco, no hace más que envilecer y negar valimiento a los méritos reales de sus compatriotas aviadores militares, así como también ignora la opinión de pilotos militares bolivianos ex-combatientes, quienes alcanzaron altos rangos en la Fuerza Aérea de su patria.
5 El libro al que nos referimos, afirma también, en la mayoría de los casos, que la caída de éste u otro aviador boliviano obedeció a fallas de motor, en desmedro de la calidad de los aviones comprados por Bolivia y de la competencia del personal de mantenimiento y reparación de motores y aviones con que contaba la Fuerza Aérea de Bolivia.
** Hablando de libros, especialmente del que nos tocó leer, se proponía hacer historia de la aviación de su patria en la guerra del Chaco, lamentamos hallarlo cargado con una mezcla de errores y de coloreada fantasía, precursor o seguidor quizá de las adulteraciones de fechas, datos y hechos.
6. Algunos casos -realmente lamentables- que se calificaron como error de tripulantes, examinados de cerca, pueden dar las causas, no siempre visibles a primera vista, que provocaron esos casos.
** Una de tales causas, y probablemente la de mayor frecuencia, es la deficiencia de comunicaciones. Esta, en el caso de la guerra del Chaco, era común entre las propias unidades combatientes y más aun entre la aviación y las armas de superficie, deficiencia que fue suplida muchas veces, con los más originales recursos.
** En esto, la aviación boliviana tiene su buen lote de acciones contra sus propias tropas, y hasta contra un avión de su propia bandera, derribado el 18 de junio de 1934 en el sector de "Campo Herraje". (CENTURION, Coronel César: "Breve Reseña Histórica de la Guerra del Chaco", 1970. págs. 156/7.)
** Diez años después del conflicto del Chaco, y a pesar del progreso tecnológico, se produjo también un error originado en la deficiencia de comunicaciones cuando en mayo de 1942, el destructor inglés "Sheffield" fue atacado por una escuadrilla (12 aviones) torpederos de la Real Fuerza Aérea Británica, presumiendo que se trataba del acorazado alemán "Bismarck".
** Cerrando el párrafo nos vemos tentados a acotar el texto del Reglamento de Campaña (F-100-20) del Ejército Norteamericano, del año 1943, que dice:
"Sin embargo, en la zona de contacto, las misiones contra unidades enemigas son las más difíciles de controlar, las más costosas, y en general, las menos eficaces. Los objetivos son pequeños, dispersos, y difíciles de localizar. Además, existe siempre una posibilidad de alcanzar a las propias tropas debido a errores en la identificación de objetivos, errores en la navegación, o a la fluidez de la situación. (Este manual "Comando y Empleo del poder aéreo sin duda ya obsoleto, daba pautas de utilización de la aviación de bombardeo con visores de puntería mejores a los disponibles en 1932).-

martes, 28 de julio de 2009

JUAN B. AYALA - LA GUERRA DEL CHACO HASTA CAMPO VIA

OBRA: “LA GUERRA DEL CHACO HASTA CAMPO VIA”
por el General de Brigada R. del Ejército Paraguayo JUAN B. AYALA
Buenos Aires, Argentina 1958 (229 páginas)
Prólogo del coronel ARTURO BRAY
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PRÓLOGO
** Escribir un prólogo importa una distinción, pero también su buena dosis tiene de responsabilidad, la cual sube de punto al tratarse, como en este caso particular, de descorrer el telón para presentar el libro de un superior jerárquico, y nada menos que de quien ostenta a justo título las palmas de general de la República. Mas el imperativo asume relieves de compromiso ineludible, al par que honroso, pues deriva de una amistad de muchos años y de una camaradería de armas, si no siempre coincidente en la interpretación de algunas situaciones circunstanciales, jamás empañada en cambio por divergencias en cuanto a los conceptos fundamentales que prestan savia y raíz a lo que se ha dado en llamar noble oficio de obedecer, esa vocación que tanto se ama cuanto más nos duele.
** El general Juan B. Ayala, a cuya persona me unen vínculos tan lejanos como añorados de nuestros bisoños tiempos de teniente, ha escrito un libro de vigorosos trazos, pero de pristina honestidad profesional sobre la guerra del Chaco, contienda de singulares características era más de un aspecto, en la que no hubo demasiada estrategia y apenas lo indispensable de táctica. Sus juicios podrán o no ser compartidos, aunque avalados gran parte de ellos, por una documentación de notoria validez, pero nadie ha de poner en tela de juicio su buena fe en el relato de los hechos por él vividos, y aun padecidos, en momentos decisivos para la suerte del país. No habría lógica en exigir de esos juicios una objetividad a toda prueba, pues la reacción de quienes han sufrido persecución por la justicia es derecho inalienable de legítima defensa, cuando no la anima el triste placer de la venganza o el despechado sibaritismo del rencor.
** La historia militar es una de las más arduas disciplinas en el arte de las letras, sobre todo cuando se ha sido protagonista y en cierto modo artífice de los sucesos a narrarse. Hacer historia y escribirla es dualidad que no se halls al alcance de todos, corno tampoco es fácil orillar en lo posible el declamatorio y excluyente énfasis en primera persona del singular -a rato forzoso, claro está- al esquivar los pormenores superfluos de quienes pergeñan esa historia con mentalidad de calo furriel. En este trabajo de ceñida prosa no se advierte el exuberante y fatuo despliegue de una tabarra con extraños e intempestivos injertos fuera de tono y lugar. Asoman en estas páginas, qué duda cabe, alguno que otro flechazo con el sutil impacto de urca airada reacción. Es natural. No sería humano pedir el yunque que ofrende un ramo de rosas al martillo. Pero esos saetazos de pulso firme al arco en tensión no llevan en sí ningún propósito sañudo u cáustico. Apuntan implacables -es verdad- al corazón del adversario para rectificar un entuerto o responder a un agravio, pero sin descender al sibilino afán de socavar reputaciones con la presunta sutileza de las medias palabras, de insinuaciones de trastienda, de omisiones que elevan y dignifican a los omitidos. Menos aun se percibe la intención de sentar cátedra en cuestiones ajenas a la profesión o de anticiparse al veredicto de la posteridad con sentencias inapelables; se exponen, hechas ciase han de servir como elementos de juicio para que el historiador del futuro dicte su fallo definitivo.
** Escrito con el sabor descarnado y recio de un parco estado castrense, sin arrequives de retórica ni estruendo de palabras, la obra del general Ayala describe fases de ese "drama espantoso y apasionado" que es la guerra, en, cuyos altibajos afloran calificadas proezas y bajezas incalificables donde lo épico se conjuga con lo deleznable y en el cual el Hombre es a la vez león y chacal, difiérase que descentrado en su concepto del bien al del mal por el doble y demoledor impacto de nobleza, y mezquindades, de abnegaciones portentosas y pasiones desorbitadas.
** Digamos con el poeta: "Nada importa vencer o ser vencido; lo que importa es ser grande en la batalla". No estará la estrofa muy de acuerdo con los seculares cánones de la ciencia de la guerra, donde vencer es la consigna por encima de todo, pero refleja y trasunta una definición de principios enalteciendo la supremacía de los valores morales. Ser o haber sido grande en, la batalla del deber cumplido, al margen de pequeñeces, embates y miserias, es galardón de fijo más preciado que todos los honores, que no siempre son honras, que todas las pobres vanidades con luminaria de faroles chinescos. Quien ha sabido vencer en esa porfía de la dignidad no puede sentirse roído por escozores de amargura, sino dueño y señor de venturosa paz de conciencia por haber merecido más y obtenido menos. Es la íntima recompensa de los espíritus fuertes, inexpugnables en el alcázar de su tumultuosa pero rica vida interior.
** El general Ayala es un soldado de personalidad forjada en el vertical rigor de las Ordenanzas, que significa mandar sin soberbias y obedecer sin sumisiones, ser esclavo del deber sin deja de ser el amo del inalienable libre albedrío. Su espada no fue nunca instrumento de felonías ni fantasma de las autoridades legalmente constituidas. El azul eléctrico de su guerrera no ostenta, que sepamos, la Cruz del Chaco; mérito sobre mérito, porque la prodigalidad suele estar en relación inversa con el valor de la condecoración. "Más prefiero -dijo Porcio Catón- que la gente inquiera por qué no termo estatua a que pregunte por qué me la, han levantado". La deslealtad no empañó jamás su pundonor de soldado -disciplinado en el turbio panorama de nuestras luchas fratricida, de nuestras aciagas u doloridas jornadas cívicas con estruendo de metralla u fulgores de incendio, pero imagen y esplendor al fin de un pueblo que, en la dura pero no siempre fecunda escuela de la lucha armada, ha, aprendido a batirse con propios y extraños por las viriles prendas de su libertad con acentos de capitanía en la enjoyada sombra de sus infortunios.
** Jefe del Estado Mayor General del Ejército al estallar la guerra del Chaco, pocos como el general Ayala, más autorizados y mejor informados para proporcionarnos una certera y ajustada visión de aquellas horas estremecidas ay febriles, de aquellas galopantes forradas sin reposo, grávidas de emociones y conmociones, de fe y de congoja para quienes -más por vía del azar que por su jerarquía o sus aptitudes- asumieron la tremenda responsabilidad de preparar a la Nación, en armas para la lucha a través de las etapas preliminares de la movilización y concentración., de cuyas etapas depende en gran parte el éxito o el fracaso de las operaciones iniciales. Quienes no vivieron esas horas en funciones responsables, mal pueden saber de las incertidumbres y zozobras ante un salto en el vacío, entre las asechanzas de un porvenir incierto y ante un enemigo poderoso por sus recursos materiales de todo orden, cegado, y enardecido por una hinchada suficiencia de esa superioridad, parque impaciencias y arrebatos, bien inspirados tal vez, le habían hecho suponer que seríamos presa fácil.
** No todo, por descontado, marchó ni podía marchar sobre rieles en el obligado preludio de la tragedia en puertas, pero escollos, tropiezos y aun choques de opinión fueron superados con ánimo conciliador. Desde luego, el espíritu del pueblo -en compacto haz de voluntades- contribuyó en no escava medida a despejar el camina, pero ese espíritu, cuando no se halla debidamente orientado, es más bien fuente de trastornos y dislocaciones, como ocurrió con la leva de 1928. No todo se arregla en esos casos con un toque de clarín y cuatro arengas fogosas. Un forastero no hubiera, advertido entonces en la fisonomía de la ciudad capital signos premonitores de que todo un pueblo velaba, sus armas para una brega de vida o muerte. Nada, de alharacas de patriotismo ni de manifestaciones vocingleras. El sentimiento nacional había vuelto a m sereno cauce, de donde nunca debió haber salido. Se enfrentaba con calma y entereza otra infausta encrucijada del des-tino. Pero en la sede de los organismos rectores de la defensa nacional, apagábanse las luces con las primeras claridades del alba. Labor extraordinaria, jamás pregonada y apenas conocida. Desventuradamente, no se dieron a conocer entonces los genios y portentos que habían de revelarse más tarde.
** En orden y sin contratiempos de consecuencia, en el callado y complicado engranaje, se presentaban en los centros de movilización los reservistas, donde, una vez provistos de vestuarios y equipo, eran destinados a sus respectivas unidades. (Esto hizo decir a alguien que regimientos enteros llegaban desarmados al chaco; a todas luces imaginábase el citado estar en Suiza, donde cada ciudadano guarda su fusil en el ropero). Del exterior llegaban espontáneamente, y por sus propios medios, miles de compatriotas emigrados por diversas causas. Entretanto la armada nacional -a la cual correspondía la primordial misión de transportar al teatro de operaciones los contingentes movilizados- los servicios de intendencia y sanidad, las autoridades civiles, las instituciones particulares y la colectividad en general, desde el más pobre hasta el menos pobre, todos cooperaban con el máximo de sus posibilidades, que no eran por cierto muchas ni muy amplias. Proeza en verdad digna de encomio si cuando se recuerda que, apenas dos años antes, no existía en la caja fuerte de nuestro Estado Mayor General ningún plan de movilización que fuera guarismo de un aprovechamiento racionalizado de nuestro potencial humano, como ahora se dice.
** Ya ha caído agua desde entonces. Hombres y sucedidos han sido deformados por el espejo, de las pasiones, ora cóncavo para magnificarlos más allá de todo ajuste y mesura, ora convexo, para menoscabarlos más acá de toda justicia y razón. Es el colofón, al parecer inevitable, de todas las guerras, grandes o pequeñas. Son las miserias de la paz, a que aludió Unamuno.
** Al referirse a esa fase preliminar de la guerra, específica el general. Avala la dotación en personal y material de cada una de las unidades rnovilizadas y despachadas al frente, dando por tierra de una vez por todas con la patraña, acaso motivada en un momento dado, de que marchamos a la lucha con fusiles descalibrados y sin más arma ofensiva o defensiva que un machete al cinto. Ningún objeto cumple ya otorgar cartas de vecindad al resobado estribillo de conocida finalidad y cadencia de musiquilla fácil; sí con él se pretende exaltar el heroísmo de nuestros bravos, momento llega en que ese heroísmo confina con la estupidez, porque la exageración en el drama muy cerca está del sainete. No estábamos preparados, nadie lo niega; ninguna nación, lo está ni puede estarlo en términos definitivos y absolutos, porque la táctica, el armamento y los principios de organización evolucionan sin solución de continuidad. Ni la propia Alemania de Hitler -y ya es decir- se hallaba enteramente preparada en 1939 para lanzarse a la guerra, sí hemos de atenernos a lo declarado por los generales vencidos, aunque quizás exagerando un tanto la nota para justificar en parte su derrota. ¡Y se quería que lo estuviera el Paraguay empobrecido y desangrado por sesenta años de inestabilidad interna, con recurso indigentes por lo elementales y precarios! Deficiencias hubo, y grandes; tampoco faltaron los errores de apreciación, tanto por parte de civiles como de militares. Pero no hay derecho a erigirse en juez implacable, sobre todo a posteriori. No es lo mismo oír decir moros vienen que verlos venir. Pasan muchos por alto dos factores tan negativos como insuperables que operaban en nuestra contra: el tiempo y la penuria financiera del país, No existía entonces la "ayuda al mundo libré”, con su torrente de dólares y dádivas de tanques y aviones. Ya en plena guerra, el remanido panamericanismo nos dejó en la orfandad, mientras los titulados mediadores se disputaban entre sí el prendo Nobel de la paz. Las soluciones de arbitraje y conferencias de cancilleres se dirimieron en los siniestros cañadones de desierto chaqueño; la conciencia jurídica de América naufragó en un mar de sangre. Y como si no hubiera bastante, la agonizante Liga de Naciones nos declaraba país agresor, sanción injusta que excluía toda adquisición de elementos bélicos en el extranjero. Y así quedamos solos, trágicamente solos en todo el cruel desamparo de nuestra indigencia material y en la amarga soledad de nuestra posición moral.
** De que no estibarnos del todo inermes dieron cuenta y razón aquellos magníficos primeros diez mil que en Boquerón arrebataron la victoria a un adversario poderosamente armado y mejor fortificado, legión luego diezmada en la estéril y sangrienta batalla llamada de Saavedra. Si falla hubo entonces no cabe atribuirla a la escasez de medios materiales. No es cuestión -irrelevante aquí- de formular cargos ni de absolver a nadie, sino de poner las cosas en su lugar. Es lo que hace el autor de este libro con limpieza de propósitos y autoridad incuestionable.
** Ya iniciadas las hostilidades, asumió el general Ayala el comando del II Cuerpo de Ejército, organizado por él sobre el terreno en circunstancias de apremio, al frente de cuya Gran Unidad obtuvo la brillante victoria de Toledo, conjurando así un inminente peligro cernido sobre el ala derecha de nuestro dispositivo. Con acabado sentido de la responsabilidad, se dio a la ímproba y acelerada tarea de estructurar dicha Unidad para abocarse acto seguido a la organización del terreno. Todo eso lo relata el general Ayala reproduciendo datos y cifras, órdenes y directivas, informes y partes. Su voluntad perseverante se impuso a todos los obstáculos, en medio de disponibilidades regateadas con mortificante avaricia, según lo anota el autor.
** La más premiosa dé las angustias del comandante del II Cuerpo de Ejército estribó en el eterno problema sin solución en todo el transcurso de la guerra: la falta de medios de transporte. En ese aspecto, si, nuestra imprevisión fue total aunque acaso perdonable. Dada la naturaleza del terreno, no se creía factible el empleo de vehículos automotores en el futuro teatro de operaciones. Valga como posible descargo el hecho de que, inclusive en la Región Oriental, el transporte automotor se hallaba a la sazón en pañales por falta de caminos. Se pensaba en términos de la clásica carreta tirada por bueyes o, en última instancia de "carros polacos" modelo mennonita, de tracción a mula, de los cuales llegaron a fabricarse algunos en nuestros Arsenales de Guerra. De qué iban a alimentarse bueyes y mulas en rana zona del Chaco, casi por completo desprovista de pasto natural -las grandes estancias no están en dicha zona-, y con una problemática provisión de forraje, fue cosa que a nadie se le pasó por la cabeza. Incluso para la retoma de Pitiantuta (junio de 1932), el jefe del sector Casado solicitaba autorización para adquirir —bueyes y carretas". Lo cierto fue que a los seis meses de iniciadas las hostilidades, no quedaba en el teatro de operaciones un solo caballo ni una mula de las dotaciones de nuestros regimientos de caballería y artillería. Si algún afortunado solípedo se salvó por milagro de sucumbir de sed o de inanición, presto fue a parar en uno de los improvisados mataderos a fin de proveer, de proteínas a los enfermos y aun a quienes no lo eran. (Por extraño que parezca escaseaba la carne.) Cuando se comprobó que la tracción a sangre no se acomodaba, a los requerimientos de la guerra moderna -distintos a los de nuestras clásicas campañas revolucionarias- la provisión de camiones, por las razones que fueren, se hizo a cuentagotas durante toda la contienda.
** En síntesis, el libro del general Ayala, configura un valioso aporte al estudio y análisis de un capítulo específico de la historia militar de la guerra del Chaco; lo rubrica y solventa el prestigio autoridad profesional, así como de los mandos y cargos por él ejercidos con capacidad y altura en una contienda que, en su hora, dio al Paraguay renovada personalidad internacional al endosar sus bronces y laurales con el lacerado lustre de una sangría más, en desmedro de una labor constructiva y de la pacífica cuan demorada epopeya del progreso en la paz. - ARTURO BRAY - Buenos Aires, diciembre de 1957.

lunes, 27 de julio de 2009

ALEJANDRO SIENRA - LA GUERRA DEL CHACO SU CONDUCCIÓN ESTRATÉGICA

OBRA: “LA GUERRA DEL CHACO SU CONDUCCIÓN ESTRATÉGICA (POLÍTICO-MILITAR)”
por MAYOR DEM. ALEJANDRO SIENRA
Editado por la Dirección de Publicaciones de las FF.AA. de la Nación,
Asunción-Paraguay 1980 (300 páginas)
Declarada OBRA ÚTIL para los Señores Oficiales Generales, Superiores y
Subalternos de las Fuerzas Armadas de la Nación según Orden General Nº 69
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Podrá ampliar la información sobre ALEJANDRO SIENRA en:
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INTRODUCCION
** Le mentalidad guerrerista de Bolivia provocó la Guerra del Chaco en circunstancias en que el Paraguay no estaba preparado para enfrentar un evento de esa naturaleza. Sin embargo los dirigentes bolivianos fueron sorprendidos por el genio creador del entonces Tte. Coronel José Félix Estigarribia y por las condiciones superiores para la lucha del soldado paraguayo.
** Obviamente Estigarribia que desde el comienzo hasta finalizar la guerra fue el Comandante en Jefe del ejército en operaciones, encontró en las virtudes del soldado la conjunción necesaria e indispensable para convertir los éxitos paraguayos iniciales en sorpresa que los bolivianos no pudieron reparar por el resto de la campaña.
** Así se pudo superar las dificultades latentes en el terreno psicológico, político y militar.
** En el capítulo I trato de demostrar todas las carencias que el Paraguay necesitó superar, primero para detener el empuje de las fuerzas bolivianas que aparentemente se presentaban ante el Paraguay y el resto del mundo como seguros vencedores.
** Nuestras sucesivas victorias causaron admiración al mundo entero y estupor al pueblo boliviano. Nadie comprendía lo que entonces estaba ocurriendo en el territorio desértico del Chaco. La sorpresa de que fueron objeto los bolivianos se mantuvo latente durante los tres años de guerra, esto es lo que me propongo explicar en el lenguaje escueto del soldado.
** Nuestro Comandante en Jefe en sus concepciones estratégicas jamás se mostró insaciable, por el contrario supo regular el esfuerzo estratégico operativo a las limitaciones de nuestros medios.
** Los dos aspectos referidos fueron la parte sustancial de las operaciones que serán analizadas a través de las distintas batallas.
** En cuanto a la conducción política, el autor sostiene profundas reservas en razón de que el Poder Político se mantuvo remiso para enfrentar con decisión los graves problemas que aparecían corno inevitables.
** Durante el desarrollo de los acontecimientos nos encontramos con que las medidas de previsión de largo alcance no estaban previstas, tampoco se disponían de soluciones adecuadas para afrontar la crisis.
Estigarribia con los escasos medios con que contaba tornó las medidas pertinentes para adelantarse al adversario en el choque inicial de las operaciones.
** Nuestro joven Cmdte. en Jefe urgía al gobierno el envío de todos los medios necesarios para que nuestro ejército improvisado se pusiera en condiciones de dar el primer golpe al adversario. Así y todo nuestros gobernantes no interpretaban la gravedad del momento que iba a enfrentar el país en el terreno de las realizaciones y por el contrario no comprendían que la guerra no es un problema unilateral, es acción y reacción donde los contendores buscan ganar posiciones para asestar sus golpes destructivos. Esto es lo que hizo el entonces Tte. Cnel. Estigarribia.
** También existía en el ambiente general del gobierno conciencia de que el pleito con Bolivia encontraría solución a través ele una acción diplomática, la filosofía practicada consistía en transitar por esa senda.
** Ni la fundación de nuevos fortines bolivianos en el Chaco ni la muerte alevosa de los Ttes. Rojas Silva y Figari Riquelme hicieron reaccionar al gobierno, por el contrario se persistía en la placidez provocada por un problema psicológico de que a Bolivia no se la podía vencer.
** En el pleito con Bolivia el Paraguay sostenía el principio de la definición de límites, porque los títulos sobre el Chaco y los tratados suscritos con Brasil y Argentina y el reconocimiento del arbitraje del Presidente Hayes enseñaba ese camino, en cambio Bolivia hacía una cuestión territorial y a medida que aumentaba sus preparativos para la guerra sus exigencias eran mayores y cuando creyeron que todo estaba a punto para liquidar el problema, desencadenaron la guerra sin tener en cuenta los factores imponderables que siempre inciden en forma terminante en la suerte de una empresa de ese carácter.
** Bolivia jugó en el Chaco una posibilidad, el Paraguay su existencia.
** "Con el Chaco o sin él, Bolivia seguirá siendo un país del Altiplano, tributario del Pacífico. El Paraguay sin el Chaco, será un cuerpo mutilado, una nación repartida, un territorio amputado de su natural complemento". (Justo Pastor Benítez, "Bajo el Signo de Marte").
** "Quisiera ayudar con este libro a arrumbar a un lado los prejuicio falsos y la concepción unilateral con que se intenta plantear los problemas".
** La paz entre los pueblos no se puede establecer si no existe una convicción íntima y para ello es necesario establecer también una comprensión objetiva.
** Nadie, y menos Bolivia deberá engañarse sobre las condiciones harto deficientes con que el Paraguay enfrentó la campaña del Chaco.
** Lo único positivo de que disponía el país era la mística que cobijó en su alma el soldado paraguayo, que lo hizo invencible, en su coraje, en su audacia y en su gran resistencia física y moral. El pueblo paraguayo no vaciló en destruir a los invasores, evitando así su presencia sobre la ribera del río Paraguay. Los historiadores bolivianos, por su parte deberán investigar los errores en que incurrieron al provocar una guerra tan injusta como innecesaria.
** Las fábricas tanineras, -sobre esta explotación me extenderé cuando trate el plan político o plan de guerra- constituyeron fuentes de trabajo y de cierta riqueza para el Estado paraguayo. Por otra parte, la tercera zona se hallaba poblada por establecimientos ganaderos muy importantes.
** En los últimos años que precedieron a la guerra se afincaron Colonias Mennonitas que labraron la tierra llevando sus producciones al mercado interno e internacional.
** En el gobierno del Presidente Stroessner, uno de esos asientos agrícolas se convirtió en ciudad próspera que es orgullo del Chaco y de todo el Paraguay.
** El sacrificio de nuestros gloriosos muertos y heridos fertilizaron con su sangre lo que hasta entonces era un territorio desértico.
** El Chaco no fue poblado con un sentido de mayor profundidad porque carecíamos de mayor capacidad demográfica, la guerra de la Triple Alianza había terminado con todo. Tampoco el Estado podía brindar sino en forma relativa, una seguridad a los pobladores del mencionado territorio. Por otra parte, la familia paraguaya se encontraba devorada por sus luchas intestinas.
** El panorama interno hasta 1924 resultaba sombrío. En medio de tantas tinieblas aparece un rayo de luz a través de Eligio Ayala, que supo elevar como gobernante sus puntos de mira y con los recursos obtenidos de una administración austera, se hicieron las primeras y únicas adquisiciones de material bélico que sólo alcanzaba para cubrir el 10% del personal movilizable. Eligio Ayala ejerció el poder muy poco tiempo, murió trágicamente.
** El Paraguay perdió con él una esperanza. Los armamentos y municiones que necesitábamos fueron obtenidos en los ricos parques de guerra bolivianos.
** Eligio Ayala fue Presidente hasta 1928. Desempeñó luego el Ministerio de Hacienda en el gobierno que lo sucedió Después de su muerte, nuevamente el gobierno abandonó la organización de la Defensa Nacional. El Mariscal Estigarribia en una de sus conferencias de la Escuela de Guerra del Uruguay manifestó: "El Paraguay después de la guerra de la Triple Alianza tuvo muchos gobiernos infelices y desgraciados, pero ninguno como el que actuó hasta 1932, ya que después de la muerte del Ministro de Hacienda, se volvió nuevamente a fojas cero". Sin embargo nada se dice de todo esto y otras cosas en sus Memorias, posiblemente después de la muerte del Mariscal fueron modificados algunos conceptos en favor del Poder Político que gobernó al Paraguay. Muchos documentos fueron modificados algunos conceptos a favor del Poder Político que gobernó al Paraguay. Muchos documentos eran comprometedores para los conductores políticos de la guerra.
** Haré una pequeña acotación referente a este punto. Después de las sabias conferencias que dictó en la Escuela de Guerra del Uruguay por espacio de un año, un día, al finalizar una de sus clases me aproximé para felicitarlo por la brillantez de su exposición.
** El Mariscal me dijo: "Sienra, este legajo que Ud. ve en esta carpeta, son mis Memorias, que están escritas y serán publicadas sin ningún tipo de variación, ni en su forma literaria ni en sus conceptos profesionales".
** Los conceptos del libro del Capitán David R. Zook Jr., se asemejan bastante a los que emitió el Mariscal en sus citadas conferencias. Sin embargo, tampoco se hace mención alguna sobre dos documentos muy importantes intercambiados entre el entonces Gral. Estigarribia y el Presidente Ayala, que encierran los secretos más trascendentes de la Batalla de Zenteno.
** Así se daba, con este tipo de omisiones, una mano al Poder Político de la época. Detrás de todo esto aparece la intervención sagaz del político que desnaturaliza en su esencia la historia de un acontecimiento tan sagrado, como fue en su sacrificio la Guerra del Chaco.
** Trataremos de aclarar los hechos a las futuras generaciones, dando de ellos una versión veraz y objetiva, para que a través de los acontecimientos más trascendentes logremos recrear la real historia de la Guerra del Chaco.
** Entiendo que nadie tiene derecho a confundir a la opinión pública en forma maliciosamente interesada o realizando proselitismo político.
** La historia de la Guerra del Chaco es la historia del pueblo paraguayo. Yo no me creo dueño de la verdad, pero no vacilaré en manifestar o repetir como testigo, como único testigo paraguayo, la opinión política y militar que le mereció la Guerra del Chaco en el plano de la conducción, y que fuera expuesta durante un año en la Escuela Superior de Guerra del Uruguay por el Mariscal Estigarribia.
** Los que manejaron sus memorias no tenían derecho a seleccionar y alterar por razones de conveniencia o inconveniencia, documentos tan importantes en aspectos relacionados con el desenlace de la Guerra del Chaco. En el Cuadro Político de la Batalla de Zenteno hago una relación comentada sobre los documentos no publicados.
** Bolivia no se daba tregua al hacer alarde de su poderío militar. En un primer momento tuvo su efecto psicológico en el pueblo paraguayo. Bolivia se adelantó al Paraguay en su propaganda política que es una forma de acción muy eficaz. El Senador Francés Leo Hamon en su libro "Estrategia contra la Guerra" dice: "La propaganda política es otra forma de acción eficaz. Siempre que uno de los antagonistas se adelanta al otro movilizando el arma de la propaganda cobra una ventaja sustancial. Así invadió Hitler, sin combate, antes de 1940, varios países Centro Europeos, y así debilitó considerablemente a Francia en 1940. En 1945, la U.R.S.S. desencadena una campaña contra el arma atómica que ella no poseía para hacer imposible su uso al que ya la tenía".
** El Paraguay no se prestó al juego de la propaganda, pese a estar disminuido psicológicamente como consecuencia de la Triple Alianza y por el contrario en 1928 arremete contra el Fortín Vanguardia creado clandestinamente en el sector de Bahía Negra; ese resultado victorioso hizo renacer en el pueblo paraguayo su fe ganando la calle para solicitar al gobierno armas para la defensa del Chaco.
** A partir de ese momento en el Paraguay se produce la movilización moral permanente.
** Los intrusos moradores que pululaban a lo largo y lo ancho del Chaco no tardarían en ser detenidos, porque la generación de los jóvenes civiles y militares, presionaban sin descanso sobre el Poder Político para que radicalizara una conducta acorde con la gravedad del momento.
** Políticamente el país seguía muy dividido, pero existía conciencia de que en el momento oportuno coincidiría todo el Paraguay en el esfuerzo que se realizara para la expulsión de Bolivia de nuestra tierra.
** Ese momento llegó cuando se produjo la Unión Nacional, que nuevamente reverdece con fuerza en el actual gobierno de la República, porque el paraguayo siempre permanece unido, en el Altar de la Patria donde se conjugan permanentemente los más altos intereses de la nacionalidad. En ese juego no está ni estarán jamás los que actúan inspirados en sistemas ideológicos que nada tienen que ver con nuestro estilo tradicional de vida.
** Económicamente, el Paraguay no disponía de base como para emprender una guerra, pero el desarrollo de los acontecimientos se precipitó a un ritmo vertiginoso.
** Con lo que contábamos, el Tte. Cnel. Estigarribia tenía la seguridad de que haríamos pie en la conquista del primer objetivo estratégico.
** Esa prédica la practicó y difundió entre sus jefes y oficiales con guarnición en Puerto Casado, Casanillo, Pozo Azul e Isla Poí.
** Estigarribia siempre confió en la capacidad y patriotismo de su pueblo. Cuando la movilización, 1928, pronunció un discurso frente a una manifestación patriótica en Concepción. Entre las cosas que recuerdo, dijo que acababa de regresar de Europa, que había conocido muchos pueblos y la historia militar de los mismos, y que él pensaba que el soldado paraguayo era uno de los mejores del mundo. Los acontecimientos ya se encargarán, agregaba, de confirmar este aserto.
** Durante el Gobierno del Dr. Guggiari estallaron conflictos estudiantiles y el ejército, que hasta entonces había permanecido al margen de los acontecimientos políticos, empezó a inquietarse por el abandono en que el país se encontraba en lo que tenía que ver con la organización de la Defensa Nacional. Bolivia en cambio, se encontraba filosófica y militarmente muy bien preparada para hacer la guerra -Gral. Kundt mediante- a un país que hasta entonces se estaba esforzando para encontrar una salida a toda la secuela que nos había legado la Triple Alianza.
** En el aspecto militar la situación tampoco era nada alentadora.
** No deseo incurrir en exageraciones al afirmar que en Boquerón gran parte de nuestra reserva llegaba sin fusiles. En Saavedra, después del 10 de noviembre, llegó un regimiento recién formado que no contaba con una sola arma automática, pero ahí estaban los Regimientos "Corrales" y "2 de Mayo" atestados de armas automáticas tomadas al adversario en los combates de Arce y en las acciones del 5 al 10 de noviembre en los cañadones del Fortín Saavedra.
** En el acto se le suministró a la citada unidad más de 40 armas automáticas bolivianas. Tanto era el desequilibrio entre los dos ejércitos que para tener el lector una idea, se podrá establecer que por cada veinte aviones Curtis que sobrevolaban en el cielo del Chaco, lo hacía un Potez o un Wibault paraguayo, suficiente para lograr importantes referencias tácticas.
** Las referencias estratégicas que obteníamos por las cartas bolivianas que caían en nuestro poder o por las declaraciones de los prisioneros, eran confirmadas posteriormente por los vuelos suicidas de nuestras pesadas máquinas que sólo desarrollaban una velocidad de 165 kilómetros por hora.
** Después de tres años de guerra llegamos a la ribera del histórico río Parapití, nuestro límite natural. Allende el río se observaban las primeras estribaciones de los Andes, límite natural de Bolivia. Ello no fue obstáculo para invadir Bolivia y conquistar la ciudad de Charagua.
** Poco después y cuando íbamos a asestar el golpe de gracia a Bolivia se establece el cese del fuego.
** Se produce el abrazo fraterno entre dos pueblos que poco se conocían.
** Así se dio término a la guerra.

domingo, 26 de julio de 2009

MARGARITA KALLSEN - REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

OBRA: “REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS DE LA GUERRA DEL CHACO”
por MARGARITA KALLSEN / 2ª edición actualizada
Serie: BIBLIOGRAFÍA PARAGUAYA
Centro de publicaciones (CEPUC) de la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”, Asunción-Paraguay, 1982
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PRESENTACIÓN: (…) Al primer intento de compilación ya publicado en el Vol.I, Nº 1 de “Estudios Paraguayos”, revista de la Universidad Católica se agrega ahora esta segunda edición, corregida y actualizada, la que abraca un total de más de 450 libros y folletos, cuya existencia se ha podido constatar por vía de la investigación personal o por haber rastreado en catálogos de grandes bibliotecas o en bibliografías especializadas. (…) Esta recolección de datos, que ha requerido bastante tiempo y dedicación, no hubiera sido posible sin la amplia colaboración de numerosas bibliotecas privadas de Asunción. Aquí queremos mencionar una, que es particularmente valiosa, especializada en publicaciones sobre la guerra del Chaco, la del Doctor Mauricio T. Osuna, tempranamente fallecido, la que gracias a la benevolencia de familiares se abrió al acceso nuestro, y de donde se ha recogido un cúmulo de interesantísimos datos. (…) – MARGARITA KALLSEN.-

HERIBERTO FLORENTÍN - LA BATALLA DE STRONGEST

OBRA: “LA BATALLA DE STRONGEST” – APUNTES PARA LA HISTORIA DE LA GUERRA DEL CHACO
AUTOR: HERIBERTO FLORENTÍN. CORONEL (S.R.) ** Editorial EL FORO 1986 (2ª Edición – 1ª Edición: Editorial Asunción, Álvarez Jonte 2315, Buenos Aires, 1958).
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PRÓLOGO DE LA PRIMERA EDICIÓN
** La batalla de "Cañada Strongest" constituye uno de, los episodios más importantes de la Guerra del Chaco por los efectivos de ambos ejércitos empeñados en ella y por la misión estratégica encomendada a cada una de las grandes unidades que, en caso de un éxito completo, podría decidir los destinos de la contienda en favor de uno o de otro. Siendo una batalla desfavorable al Ejército Paraguayo, su desarrollo y epílogo mostró facetas positivas y negativas que la historia debe recoger como experiencia útil. Ninguna acción como la de "Strongest" ofrece matices tan variados, hechos tan sobresalientes que rayan hasta lo inconcebible. Es verdad que, de existir una perfecta trabazón espiritual entre los comandos y capacidad profesional suficiente, sin excepción alguna, la acción que arrojó saldos de tragedia hubiese constituido la victoria definitiva del Paraguay con la destrucción de las importantes unidades en maniobra de las fuerzas enemigas, pero en la, guerra, como en todas las actividades humanas, resulta harto difícil prever el límite del rendimiento positivo del hombre tanto como nivelar las capacidades a un grado prudente para, asegurar el éxito de tareas complejas y difíciles. Durante el desarrollo de las operaciones efectuadas desde el comienzo de la. Guerra del Chaco fue produciéndose la selección del personal movilizado de primera línea con el desplazamiento de los incapaces y el ascenso de quienes probaron poseer condiciones para ello. Cuando se llegó a la Batalla de "Strongest", este proceso no había terminado. Valores brillantes de nuestro Ejército que apuntaban ya como eficientes conductores cumplían aun funciones secundarias por su baja graduación, a pesar de su larga experiencia. Es así que "Strongest" señaló en algunos comandos falta de inteligencia, de visión táctica, de previsión, de valoración acertada de los informes y órdenes recibidas para apreciar la situación real del momento, es decir, las cualidades supremas para el mando; faltó el renunciamiento a esas estúpidas rivalidades y egoísmos que no amenguaron ni ante la difícil situación en que se hallaba el Primer Cuerpo ni ante el sacrificio de las unidades que se batían entre las tenazas enemigas sin esperanzas ya de triunfar.
** En "Strongest" faltó "unidad" en la acción de los comandos, factor éste tan importante para la coordinación o sincronización de las operaciones tácticas, aún más necesaria en los días confusos de la, gran batalla en que la desconcertante acción del enemigo imponía un intercambio permanente de informaciones para descubrir sus planes y objetivos y adoptar, en consecuencia, medidas inmediatas. Creemos firmemente que la ausencia del factor "unidad" fue causa de la sorpresiva aparición del enemigo en la retaguardia de la 7ª División y de la permanencia injustificada de la 8ª, División en el, pique "García" cuando sus propósitos de maniobra estaban descubiertos y, por tanto, no era ya posible contar con el factor sorpresa. Atribuimos también a aquélla la rendición del R.C.9 y del R.I.10 que se hubiesen podido escurrir a tiempo y burlar el envolvimiento, de existir una estrecha colaboración entre los comandos superiores.
** El estudio que nos ofrece el coronel Florentín contiene la documentación y los testimonios suficientes vara una apreciación exacta de la gestación, desarrollo y epílogo de la Batalla de "Strongest". Su ordenamiento metódico facilita al lector seguir la acción día por día, y sus observaciones y críticas, hechas con singular severidad, dan relieves propios y veraces a los aconteceres tan cambiantes y tan intensos en su dramatismo.
** Aparte de los hechos negativos, lamentables y condenables, la Batalla de "Strongest" ofrece, a pesar de aquéllos, facetas que enorgullecen y que denotan y prueban la fibra extraordinaria del paraguayo, así como sus grandes aptitudes para sobrellevar las penurias y afrontar los momentos críticos con valor, inteligencia y patriotismo. Tal el comportamiento del Batallón comandado por el capitán Joel Estigarribia, cuya resistencia salvó a la 2ª y 7ª División de ser copadas totalmente. Dicho Batallón cumplió durante la batalla una de las más brillantes faenas digna de los mejores elogios y cualquier juicio consagratorio será poco para enaltecer tan relevante página de la historia nacional. Además del comportamiento, del Batallón "Estigarribia" que sucumbió, al fin, abatido por la falta de, municiones, la sed, el hambre, y el cansancio, hay otros hechos de extraordinarios relieves como la actuación del Batallón comandado por el entonces teniente Demetrio Cardozo en cumplimiento de la misión que se dio a sí mismo de contener al enemigo que -desbordaba hacia el Este, después de cruzar el camino "Lóbrego", a retaguardia de la 7ª División. Las tretas empleadas para simular una potencia de fuego superior a la real y su decisión de mantener la heroica cortina de retención, aún desobedeciendo la orden de replegarse hacia la 8ª División, complementaron y emularon la hazaña del Batallón Estigarribia. El esfuerzo singular del Batallón Z.1 "Mandi-í", comandado por el teniente Felipe Velilla Avalos, que tras una labor ininterrumpida de 22 horas, cumplió con éxito sorprendente la misión de abrir, a machete y coraje, la picada que luego se llamó "Salvación", posibilitando el escurrimiento de la 7ª División con toda su artillería. Solamente trasladándonos mentalmente como testigos presenciales al escenario de esta proeza, frente a un enemigo superior en número, activo y osado, dueño de la iniciativa; roturando la vegetación agresiva, y seca, con tan reducidos efectivos y medios asaz precarios, podríamos aquilatar este esfuerzo prodigioso. Los patrullamientos a larga distancia, algunos en terrenos controlados por el enemigo, efectuados por los tenientes Tte. 1º José Luis Duarte, unidad: R.I.3; fecha: 7-V, lugar: al 0. de Lób., distancia: 26 kms. ; Tte. 2º. Abel García Meza, R.I.3, 6-V, al E. de Lóbr., 29 kms.; Tte 2º Rafael Mendoza, R.I.10, 20-V Aguada R.10, 8 kms.; Tte. 2º Eusebio Rodríguez, R.I.10, 14-V, Aguada R.10, 8 1/2 kms.; Tte. 2º Arnaldo Gorostiaga, R.I.10, 20-V, Aguada R.10, 22 .kms.; Tte. 2º Juan Sacarello, R.I.17, . .-V, Recta Lóbr., (hasta K. 58) ; Tte. 2º Mariano Agüero, R.I.17, ..-IV, al 0. Lóbr., 20 kms.; Sgto. 1º Fortunato Mendoza, R.I.17, 8-V, al N. E. Lóbr, 15 kms.; Sgto. 1º Miguel Viñales, R.I.17, 10-V, al N. E. Lóbr., 8 kms.; Tte. 24-Mario Chelli, R.I.17, 17-V, al N. E. Lóbr., 55 kms. ; Tte. 2º Ramón Sanabria A., R.I.9, 10-V, al 0. de Lóbr., 4,5 kms.; Tte. 1º Aurelio González, R.I.9, 6-14-V, al 0. de Lóbr., 33 kms.; Tte. 2º Cipriano Mereles, R.I.9., ..-V, al N. de Lóbr.; Tte. 2° Pedro Román, R.I.9, -V, al N.O. de Lóbr., 15 kins. ; Tte. 2º Juan Duarte, R.I.10, ..-V, al N. E. ag. R.10, 15. kms.; Tte. 2º Antonio Caballero, R.I.12, 23-V, Pie. Victoria, 8 kms. ; Tte. 2º Eladio Benítez A., R.I.16, 15-V, al 0. de Lóbr., 8 kms. ; Tte. 2º Juan Rodríguez, R.I.3, 4-V, al 0. de Lóbr., 20 kms. ; Tte: 2º César Céspedes, R.I.18, 18-V, al 0. de Lóbr., 8 kms. ; Tte. 2º Cecilio Escobar, R.I.18, 18-V, al 0. de Lóbr., 8 kms.; Tte. 2º Roberto Paleari, R.I.18, 18-V, al 0. de Lóbr., 8 kms.; Tte. Francisco Villamayor, R.I.16, al 0. del Lóbr. 25 kms. - Estos datos fueron sacados de los informes de las DD.UU. obrantes en el archivo.
** La presencia de ánimo y la serenidad del coronel Félix Cabrera, comandante de la 8ª División, sus órdenes oportunas y la ejecución de ellas por oficiales y, tropa con tal decisión, rapidez y temeridad. qué despejaron nuestra retaguardia de los incursores enemigos y, por último, el ejemplo de algunos oficiales, suboficiales e individuos de tropa pertenecientes, a las unidades cercadas que; aún ante la resolución de sus jefes y de sus exhortaciones para deponer las armas y rendirse al enemigo, decidieron desobedecerlas y luego buscar el hueco de su liberación que la; consiguieron cruzando las líneas enemigas, marchando durante días y noches por montes y cañadones, acuciados por la sed, el hambre y la metralla, rotosos y extenuados, kilómetros tras kilómetros, hasta llegar, por fin, a sus unidades para seguir la lucha al lado de sus camaradas de armas (Escapados individualmente del cerco: Ttes. 2dos. Américo Franco Goiburú, Francisco Coglhan, Gustavo Adolfo Seitz, Víctor Stilf y Pantaleón Arce; Sgtos. 1ros. Nery García R., Victoriano Dettone, José D. Cardozo y Natalio Ortigoza Silva; Sgts. 2dos. San. Adolfo R. Morilla, Lauro Rodríguez y Alejandro Rojas Ocariz; soldados Bonifacio Godoy, Feliciano Gayoso, Juan C. Morínigo, Pedro Pablo Rodas y Pío Fernández (ordenanza Tte. Stilf) ; un Sgto. López y cinco soldados; un clase y siete soldados, todos del Regimiento C.9 "Capitán Bado". - Estos datos fueron sacados de las declaraciones de diversos testigos del sumario de Strongest.). Ninguna pluma podrá describir la realidad vivida durante los días de esta batalla memorable ni la magnitud de tanto heroísmo. En la adversidad se prueba la fortaleza moral y espiritual de los hombres y el paraguayo las dio con creces, una vez más, de su temple, de su fibra y de sus cualidades de combatiente infatigable, ingenioso, temerario y capaz.
** La Batalla de "Strongest" es única en los anales de la Guerra del Chaco. Merece un estudio detenido y profundo, el cual puede hacerse porque es la acción mejor documentada de cuantas se desarrollaron. En ella están reunidos todos los factores que un estudioso en materia militar puede hallar para enriquecer su acerbo. Su disección debe ser materia especial en nuestros colegios de, enseñanza castrense donde el joven estudiante puede sopesar los errores y omisiones, para no caer ellos en su carrera profesional y nutrir su moral del heroísmo legendario con que tantos compatriotas nuestros hicieron derroche para salvar el honor de la estirpe.
** Han tenido que transcurrir veinticuatro años de aquella acción, para que uno de sus actores se haya decidido a escarbar los expedientes ya, envejecidos que guardan los documentos referentes a la acción de guerra que titula esta obra. Muchas controversias suscitarán las conclusiones sostenidas por el coronel Florentín, tanto respecto a las acciones desarrolladas en el sector del Primer Cuerpo como en los que correspondían a los dos cuerpos vecinos, todos convergentes hacia la misma finalidad estratégica. Si aquéllas se produjeran en forma pública y escrita, ya sea por intermedio de los periódicos o el libro, "La Batalla de Strongest" reunirá a su valor intrínseco, el mérito de promover la investigación de la verdad y la justicia sobre un hecho de armas de tan extraordinaria influencia en la campaña que siguió hasta la firma del armisticio.
** El autor afirma que "Strongest", considerada como prueba del reagrupamiento, de la potencia de fuego, y de la reintegración del Ejército Boliviano, es consecuencia de la tregua inexplicable de "Campo Vía", y al mismo tiempo de señalar los hechos sobresalientes que honran a sus actores, fulmina implacablemente a quienes, en su concepto, tenían el deber, que no cumplieron por causas diversas, de evitar el dramático desenlace.
** Pero hay interrogantes que exigen respuestas: Si el Primer Cuerpo tuvo la misión de atraer sobre sí la mayor parte de las fuerzas enemigas para dar libertad de maniobra a los dos cuerpos restantes, ¿la cumplió o no de, acuerdo a los planes del comando superior? Y si esto fuera afirmativo, como los hechos parecen comprobarlo con la aparición en su frente de unidades extraídas por el enemigo de los sectores del Primer y Segundo Cuerpo, ¿por qué éstos no actuaron aprovechando las ventajas que les deparaba esta situación prevista?
** Si las unidades operativas del Ejército Boliviano hubieran cumplido perfectamente el plan trazado, el Primer Cuerpo habría sucumbido o se habría visto obligado a efectuar una retirada en tan malas condiciones que no le permitiría actuar con eficacia durante mucho tiempo.
** Un hecho que llama la atención y que debe ser esclarecido es el por qué de la concurrencia DIRECTA de unidades de refuerzo desprendidas de los cuerpos de ala para salvar al Primero, que se hallaba luchando ante las columnas de maniobra del enemigo. Aquélla implicaba un debilitamiento de nuestras dos grandes unidades, precisamente cuando más fuerzas necesitaban para el cumplimiento del objetivo principal. Con esta contramaniobra de, gran envergadura, las unidades bolivianas empeñadas en Cañada "Strongest" tendrían que volverse, inmediatamente para conjurar la nueva situación abandonando el terreno y las ventajas conquistadas. Tal cosa no ocurrió y las unidades de refuerzo llegaron tardíamente cuando ya, las líneas defensivas del Primer Cuerpo estaban constituidas y la presión enemiga, debilitada o neutralizada mediante los rudos combates empeñados por las unidades que lo integraban y que mantuvieron su cohesión y disciplina.
** El coronel Florentín merece un calificativo consagratorio al atreverse a publicar un libro que versa sobre una batalla perdida cuando sus actores principales viven aún. Acostumbra dos como estamos al halago sin cortapisas y al mutismo ante los desaciertos o errores, resulta un exabrupto encarar los problemas con la crudeza descubierta y fría del autor. Barruntamos que la cosecha no será completamente óptima para el coronel Florentín, pues, a la vez que congratulaciones de una parte, recibirá invectivas de la otra, pero, la historia en su aspecto anecdótico, para servir de fuente orientadora o inspiradora, debe ser ante todo veraz. El reconocimiento de los errores y sus causas deben servir de correctivo en el porvenir. En tal sentido aquéllos no deben quedar definitivamente frustrados. De su disección deben extraerse las grandes soluciones y las medidas de prevención para evitar que ellos se repitan. Errar una vez no es condenable, reincidir en el error, he allí el delito. El autor, haciendo galas del mismo valor- que le caracterizó en la contienda chaqueña, incursiona en un terreno áspero y hasta ingrato con la máxima resolución, pero, no lo dudamos, con espíritu patriótico y con absoluta buena fe. Estoy seguro que otros soslayarían deliberadamente los aspectos que calificamos negativos dé la batalla, para consagrar sola-mente las hazañas realizadas y que no fueron pocas. Florentín expone con sinceridad y sin requiebros. Habla como un soldado, franca y enérgicamente; no rehúye, afronta con la mayor soltura y naturalidad; critica sin ofender y señala los méritos con sobriedad sin caer en la lisonja. Florentín no es un escritor de fuste; escribe a su estilo, con sencillez, sin términos rebuscados ni circunloquios churriguerreseos que suelen caracterizar a la literatura de guerra, especialmente entre nosotros. Es un soldado que ha visto, sentido en sus propias carnes e impreso en su espíritu y en su mente los episodios ardientes de una contienda injusta que sellaron su juventud de, huellas profundas. Es un realista que investiga y expone sin reservas facilitando el conocimiento de valiosos documentos hasta hoy inéditos y de gran valor histórico, que invitan a la reflexión y al análisis.
** Por -todo esto, creemos que "LA BATALLA DE STRONGEST" constituye una obra de indudable valor y un aporte, esperado tendiente a clarificar la verdad sobre uno de los episodios, seguramente el más complejo y difícil de la Guerra del Chaco. OSCAR PINHO INSFRAN.

martes, 21 de julio de 2009

AMANCIO PAMPLIEGA - FUSIL AL HOMBRE

OBRA: FUSIL AL HOMBRE
AUTOR: AMANCIO PAMPLIEGA
Ediciones NAPA,
Libro Paraguayo del Mes, Nº 22 – Agosto 1982
2ª Edición. 208 Páginas
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Podrá ampliar la información sobre el autor y el ÍNDICE del libro en:
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** En el otoño de sus años, decantadas las pasiones y con la perspectiva que da el tiempo, el General de Brigada (SR) don Amancio Pampliega ha decidido dejar para el juicio de la posteridad y el conocimiento presente sus recuerdos personales. Pocos como él tan autorizados para hacerlo, luego de haber mantenido una misma línea de conducta -tras largos años de vestir el uniforme- al amparo hoy de una vida digna y austera, pese a haber ocupado, o acaso por ello mismo, posiciones encumbradas en la dirigencia política y militar del país.
** Es, sin duda, el General Pampliega un producto de su tiempo; de un tiempo pretérito signado por la sobriedad de las costumbres y el respeto de los viejos valores que han dado esencia y moldeado, de siempre, a la nacionalidad. Amancio Pampliega conoció de una infancia parecida a la de quienes, como él, crecieron con el siglo. Fue testigo de los incipientes años de la aviación, de las pestes que arrasaban nuestra geografía en sus primeras dos décadas y de las diferencias políticas que se dirimían entonces.
** En el año 1916 se produce un acontecimiento decisivo hacia un redescubrir de los valores intrínsecos del Ejército: la puesta en funcionamiento, bajo la iniciativa y dirección del Coronel Manlio Schenoni Lugo, de la Escuela Militar, institución de meritoria trayectoria desde entonces y entre cuyas paredes y bajo cuyos anchos techos, el concepto hacia lo militar -por parte del elemento civil- adquirió una mueva noción. Quedaba atrás la imagen deslucida del militar golpista, del oficial que para muchos era tal porque, en sus hogares, sus padres no supieron cómo desembarazarse de él, en fin, del oportunista o libertino que hacía de la carrera de las armas el refugio de su inoperancia.
** Las concepciones propias de la época, aún fuertemente influenciadas por la revolución francesa, denigraban al militar en el campo civil. Golpear las puertas de los cuarteles era moneda corriente, a la búsqueda del apoyo de las presillas para fines reñidos con la democracia. La Escuela Militar de Schenoni -porque fue tan suya como del país en los primeros años- obró el milagro de transformar lo que era amplio consenso: muchas familias contaron en las filas del futuro Ejército, con cadetes que cursaban estudios en aquel que fuera viejo cuartel de Artillería. Lentamente comenzaría a transformarse la opinión hacia el militar. Uno de aquellos alumnos era Amancio Pampliega quien, como otros, tropezó en sus inicios con la oposición de sus mayores para proseguir la carrera de las armas.
** La sublevación militar de 1922, que se extendió hasta mediados de 1923, puso un doloroso paréntesis en la formación profesional de nuestro Ejército, cuestionando, en pocos días, todo el esfuerzo que bajo la perseverancia de Schenoni venía dando sus frutos primeros. En el vendaval de aquellos meses, Pampliega, cadete de la Escuela, hizo sus primeras armas –“fusil al hombro"- en defensa de los gobiernos de Eusebio y Eligio Ayala. Arrastrado así por una vorágine que para sus escasos 16 años resultaba incomprensible, debió, desgraciadamente, como tantos paraguayos, enfrentarse a sus propios compatriotas. Desde entonces y por espacio de exactamente un cuarto de siglo, sería protagonista de primera línea de sucesos troncales de un largo y azaroso período de nuestra vida política y militar.
** Su foja de servicios registrará luego su participación en la fundación de varios fortines antes del conflicto chaqueño, su labor como Oficial de Planta de la Escuela Militar, su presencia en Buenos Aires en 1927 al frente de una compañía de cadetes de la misma institución, su ingreso a la Escuela Superior de Guerra en 1932. Estallada la guerra, el entonces Capitán de Artillería Amancio Pampliega participa en Boquerón -setiembre de 1932- al frente de la primera de las tres baterías del grupo de Artillería No. 1 "General Bruguez". Más adelante, y luego de lucida actuación, pasa a jefaturizar el Estado Mayor de la VII División de Infantería, al mando del TCnel. José A. Ortiz. En julio de 1934 asume el mando del Regimiento Rubio Ñú, 12 de Infantería, y en agosto del mismo año pasa a comandar el Regimiento Yataity Corá, 17 de Infantería. Conduce también el "Destacamento Pampliega", compuesto de los Regimientos 9 y 17y pasa, en diciembre de 1934, de nuevo como Jefe de Estado Mayor de la VII División. En febrero de 1934 es ascendido, por méritos de guerra, al grado de Mayor y en marzo de 1935 vuelve a comandar el Regimiento Yataity Corá, en los linderos norte de nuestro avance.
** Tres veces condecorado, Pampliega se gana el aprecio del General José Félix Estigarribia, quien al término de la guerra lo designa corno su Ayudante Militar. El destino -o lo que fuere- quiso que producido el movimiento del 17 de febrero de 1936, Pampliega acompañara a Estigarribia en prisión, evidenciando su lealtad al gobierno del Dr. Eusebio Ayala. Como consecuencia de ello conoce, con otros camaradas de la guerra, los sinsabores de la prisión militar de Peña Hermosa, sin que el resquemor echara raíces en su espíritu. Reincorporado el año 1937, viaja a Europa a proseguir sus estudios, cuando la segunda guerra mundial lo obliga a retornar. Bajo la presidencia dé Estigarribia se hace cargo del Regimiento de Artillería No. 1 General Bruguez, con asiento en Paraguarí, ya ascendido al grado inmediato superior. En aquellas borrascosas jornadas, donde el conductor militar del Chaco intenta, sin conseguirlo, aquietar los ánimos, se jugaba entre bambalinas la suerte del gobierno. Pampliega, consultado sobre la mejor manera de torcer el rumbo, se niega a levantarse contra su jefe, Estigarribia. Su actitud firme, es un ejemplo en esos momentos de dubitaciones.
** La muerte trágica del Mariscal póstumo abre en él, como en tantos otros paraguayos, una herida que no cicatriza. Pero Pampliega es militar y su carrera prosigue. Precisamente, hasta aquel doloroso 7 de setiembre de 1940 abarca el relato de este primer volumen de sus reminiscencias personales que prologamos, escritas ellas en lenguaje sencillo, rico en detalles que, desapercibidos en la historia grande, hacen precisamente comprensibles muchos aspectos de nuestro pasado.
** Tras prestar su concurso de varios años en el gabinete del Presidente General Higinio Morínigo, en 1946, cuando la presión democrática se hizo notoria al calor de los triunfos aliados en Europa y el Pacífico, los vientos que soplaban por estas tierras volcaron la situación política con los sucesos del 8 y 9 de junio de 1946. El General Pampliega, que se hallaba en Buenos Aires presidiendo la delegación paraguaya a la asunción al mando del Teniente General Juan Domingo Perón, retornaba días después al país. Los principales mandos habían decidido jugarse la carta de su persona, y sugirieron su nombre para la Presidencia de la República. No era aquella una invitación meramente formal. Empero, no se consideró una arista que su carrera militar había consolidado: la lealtad. Fue leal y desestimó el ofrecimiento, en un país en el que, al decir de un dirigente político, "cualquier sargento de compañía quiere hacerse cargo de la presidencia”, lealtad que, por otra parta, no se tuvo para con él unos pocos meses después, en enero de 1947.
** Retirado Pampliega del ministerio de dfensa Nacional y del de Interior, que interinaba, precisamente ese mes y año, el Presidente Morínigo recompone su gabinete, dando forzoso acceso al Partido Colorado al gobierno de la nación, después de 42 años de llanura, para cuya contingencia habían prestado concurso protagónico entre otros, el TCnel. Enrique Jiménez en el campo militar y don Víctor Morínigo en el civil.
** En marzo de 1947 sobreviene la larga y angustiosa lucha entre hermanos, que desgarra a la familia paraguaya acaso como nunca antes en el curso de su inseguro peregrinaje político. Desde entonces, la, unidad nacional -nunca soldada del todo salvo cuando la guerra del Chaco- no pudo ser recompuesta y aun hoy, el recuerdo con fines políticos de aquel enfrentamiento preside las actitudes de muchos hombres que no entienden que él, libre de pasiones, debería quedar a la consideración exclusiva de investigadores y estudiosos, para que de sus conclusiones quitemos, en el presente, aquellos elementos que impidan la vuelta de circunstancias como las que provocaron esa contienda intestina.
** Necesario es, por ello, que los protagonistas de hechos marcadores de época dejen su testimonio, libre de pasiones, para que las generaciones futuras valoren lo que estuvo acertado y enjuicien, críticamente, lo que estuvo errado. En el caso del General Amancio Pampliega, tras siete lustros de retiro, ha saldado él la deuda que contrajo para consigo y para con la sociedad al asumir la función pública. Deuda de todos los hombres públicos, que se deben a quienes delegaron en ellos, un día, el mando y que como tales deben responder. Consecuente con este principio, el autor de estas MEMORIAS, como militar y como paraguayo, ofrece desde una perspectiva lejana, una pintura de aquellos años, con sus errores y aciertos propios; período de poco menos de veinticinco años, en cuyo transcurso se dieron las tres principales revoluciones desde que el Paraguay advino a la vida independiente, así corno una guerra internacional, la caída del Partido Liberal tras 32 años de gobierno, la implantación de una nueva Constitución en 1940 y la aparición en 1936 de un nuevo movimiento político.
** Yerran a nuestro modo de ver, quienes, con criterio y pautas extranjeras, pretenden buscar explicaciones científicas y preestablecidas a nuestros fenómenos políticos pasados; cuando ellos se han dado casi siempre a impulsos de factores emotivos y circunstanciales, propios del carácter de nuestros pueblos. De igual modo, yerran quienes muchas veces hurgan a la búsqueda de complejas explicaciones para sucesos pasados, cuando sus razones han sido simples y usualmente sin ligadura con factores ideológicos, sociológicos o de parecida tesitura. En ese contexto, las Memorias del General Amancio Pampliega, como tales, explican desde su óptica personal de protagonista y testigo vivencial, aquellos sucesos que pautaron buena parte de nuestro pasado inmediato. He ahí, a nuestro modo de ver, uno de los principales servicios que presta la obra para el esclarecimiento histórico. - ALFREDO M. SEIFERHELD

lunes, 20 de julio de 2009

ENRIQUE VOLTA GAONA - 23 DE OCTUBRE

23 DE OCTUBRE - CAIRELES DE SANGRE
EN EL ALMA DE LA PATRIA PARAGUAYA
Por ENRIQUE VOLTA GAONA
Editorial El Arte S.A.
Asunción-Paraguay 1957 (2ª edición) (301 páginas)
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Podrá ampliar la información del libro 23 DE OCTUBRE EN:
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PRIMERA PARTE
** Historia es el relato fiel de los acontecimientos y de los hechos dignos de memoria; es el relato fiel de los acontecimientos y de los hechos particulares de los pueblos.
** Considerar los acontecimientos y los hechos producidos el día viernes 23 de Octubre de 1931, en Asunción del Paraguay, frente al Palacio de Gobierno, es el motivo de este libro.
** Como integrantes del Movimiento Nacionalista de la Asociación Nacional Republicana (Partido Colorado), consideraremos esos acontecimientos y esos hechos, sobre los cuales la conciencia nacional del pasado, presente y futuro ha plasmado terminantemente su anatema y repudio eterno, contestando, punto por punto, un libro recientemente aparecido en la ciudad de Buenos Aires, República Argentina, del cual es autor el doctor Efraim Cardozo, y cuyo título es "23 de Octubre".
** Hemos presentado al autor del libro.
** Ahora bien: ¿quién es el doctor Efraim Cardozo?
** El mismo doctor Cardozo hace su biografía en la página 6 del libro mencionado. Oigámosle:
** "... nosotros fuimos testigos presenciales de los acontecimientos por haber acompañado al Presidente de la República en todo momento, en el carácter que entonces teníamos de Secretario de la Presidencia..."
** Y más adelante, en la página 9, manifiesta:
** "Pero corresponde a nuestra lealtad, como modestos cultores de la historia paraguaya, declarar que emprendimos ese estudio preliminar no tanto como historiadores sino como integrantes del movimiento liberal en el Paraguay...".
** Conocemos al escritor. El nos manifiesta que, cuando se produjeron los hechos y acontecimientos el día viernes 23 de Octubre de 1931, era Secretario del Presidente de la República, doctor José P. Guggiari; que fué testigo presencial acompañando al Presidente en todo momento; que ha emprendido el "estudio preliminar" sobre el 23 de Octubre, no como historiador, sino como integrante "del movimiento liberal en el Paraguay".
** Comienza, pues, su estudio, presentándose el doctor Efraim Cardozo, como parte integrante de los actores que han intervenido en los hechos y acontecimientos acaecidos frente al Palacio de López.
** El mismo doctor Cardozo nos asegura ser PARTE y JUEZ.
** Y nosotros nos preguntamos: ha de ser imparcial el doctor Efraim Cardozo en el juzgamiento de personajes, hechos y acontecimientos del 23 de octubre de 1931?.. .
** Es también cuanto contestaremos en este trabajo que no tiene otra pretensión que evidenciar la veracidad o no veracidad del libro "23 de Octubre", del doctor Cardozo.
** No se busque, pues, en estas páginas, literatura ni formas galanas. Ni siquiera las frías reglas de la construcción gramatical. En nuestra presentación encontrarán solamente LA VERDAD BASADA EN DOCUMENTOS AUTENTICOS.
** Y, sobre todo, documentos de extracción liberal.
** Son ellos, los liberales, y no nosotros, los que se exhibirán en este libro.
** La cuestión no es con nosotros...
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SEGUNDA PARTE
** Quien haya leído el libro "23 de Octubre" del doctor Efraim Cardozo, se da cuenta de inmediato que en él existen las contradicciones más asombrosas. Asegura algo para desdecirse a renglón seguido. Esboza un ataque o una defensa, para echarlo por tierra Inmediatamente. Una duda mata una posible verdad.
** Lo cierto es que en la larga exposición de sus 389 páginas, la Inexactitud y la mentira campean sobre hechos, narraciones y documentos.
** En la "Segunda Parte" que arranca desde la página 229, es donde el autor pone al desnudo sus rarísimas dotes de incorregible contradictor de sí mismo.
** Allí, los hechos, narraciones, documentos, pruebas y argumentos están desfigurados, adulterados y mutilados, constituyendo su presentación una cadena de patrañas y embustes.
** Es que su afán desesperado e incontrolado por hallar excusa para lo que, ante la Historia y ante la Patria es inexcusable, LA MASACRE DE ESTUDIANTES DEL 23 DE OCTUBRE DE 1931 FRENTE AL PALACIO DE GOBIERNO, ha convertido al doctor Efraim Cardozo en la negación total y absoluta de ser, según su autosemblanza, "el cultor de la historia paraguaya".
** Pruebas al canto: entremos en las páginas de su libro...
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TERCERA PARTE
** Transcribimos o continuación documentos quoe, a manera de epílogo, servirán para que este trabajo tenga, por sobre imperfecciones de carácter literario, un final rotundo.
** El primero es un Manifiesto al PUEBLO COLORADO firmado en 1931, por el Arquitecto don Tomás Romero Pereira y el Doctor Leandro Prieto, Presidente y Secretario, respectivamente, del Partído Colorado, en el que, tras condenar el alevoso crimen del 23 de octubre cometido por el "régimen" liberal del doctor José P. Guggiari y ratificar la abstención partidaria, prometen ambos jefes del Coloradismo. .. "Uno sólo es el sentimiento que nos une en esta hora de crudo despotismo a todos los colorados: el del divorcio más absoluto con un régimen deshonrado y la voluntad de ir al sacrificio sin una queja, sin una protesta, haciendo honor a nuestras tradiciones y a nuestra sangre".
** El segundo documento lo forman las cortas firmadas por el doctor Silvio Lofruscio y el doctor José P. Guggiari' sobre los sucesos del 23 de octubre, publicadas en el año 1946 en los diarios "La Razón" y "La Libertad” de esta ciudad.
** Y el tercero es la relación verídica y concreta de la masacre del 23 de octubre escrita por el doctor Adriano Irala, días después del nefasto crimen cometido por el "régimen" de José P. Guggiari frente al Palacio de Gobierno. (ESTE DOCUMENTO LO PODRÁ LEER EN EL ESPACIO DEL DR. ADRIANO IRALA EN EL PORTALGUARANI.COM)

viernes, 17 de julio de 2009

RAMIRO ESCOBAR - RAFAGAS DE METRALLAS

OBRA: RAFAGAS DE METRALLAS - SANGRE EN LOS PAJONALES (Guerra del Chaco)
AUTOR: Capitán (S.R.) RAMIRO ESCOBAR
Imprenta El Gráfico,
Asunción-Paraguay 1982, 225 páginas
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Puede obtener mayor información sobre RAMIRO ESCOBAR en:
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Del http://www.portalguarani.com/letras_paraguay.php
Consultas: info@portalguarani.com
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** El autor narra los acontecimientos militares anteriores a la Guerra del Chaco y de las diversas acciones de guerra de la campaña misma, de acuerdo a documentos de su vasto archivo y de los que le consta como protagonista de la singular epopeya.
** El trabajo constituye una excelente crónica, a un tiempo dramático y verídico, de lo que fue el sangriento conflicto bélico internacional, exornado con pinceladas de vigoroso impresionismo y con muchos toques de emoción.
** Es una obra vigorosa, sugestiva y sincera, y al mismo tiempo, abre el camino paré la verdadera historia de la Campaña del Chaco, pues tiene un inagotable valor histórico militar.
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PROLOGO
** Mi labor paciente de más de un par de años ha dado por fruto este libro, breve seguramente, culpable de muchas omisiones tal vez, que me resistía a publicar; pero, a la postre, he tenido que ceder ante la exigencia de algunos bondadosos amigos encariñados por los borrones de mi pluma. Declaro, pues, sinceramente que este es un libro ocasional, escrito sin, pretensiones, y lo que es mejor sin gran irritabilidad nerviosa.
** Se trata de informaciones de acontecimientos del periodo anterior a la contienda bélica del Chaco y de la guerra misma, de cosas vistas, oídas y vividas en la zona de operaciones. Los temas interesantes, reconstruyen los sangrientos y terribles combates, librados en aquel escenario hosco del Chaco, sin duda, los más patéticos y que con igual título se ha escrito. Mucho de lo que en él se anuncia fue pronto un presente y es ya un pasado.
** Los que se comenta es demasiado humano para que no le afecte demasiado el tiempo.
** Los hechos son los hechos y permanecen, pero la historia puede también envejecer.
** Y antes de que ello ocurra, luego de años vuelvo a acercarme cordialmente a los camaradas, a los héroes de los cañadones y selvas del chaco.
** En realidad, siempre estuve con ellos. La historia de la Campaña del Chaco nunca dejó -ni dejará- de interesarme.
** Trato de remozar la epopeya chaqueña. Con respecto a ella fui en su momento una especie de protagonista y testigo al mismo tiempo.
** El volumen es también un modesto homenaje a los caídos en esa contienda, a los mutilados, lisiados y ex-combatientes de la primera línea de fuego. Que las generaciones sucesivas aquilaten la dimensión de su sacrificio y el mérito, de su obstinada defensa de esa tierra sagrada.
** Treinta y seis mil muertos, cincuenta y tantos miles de inválidos y la recuperación de doscientos cuarenta y tres mil quinientos kilómetros cuadrados de territorio ganado, son las cifras abrumadoras que arrojó, para nuestra patria, la confrontación con Bolivia.

martes, 14 de julio de 2009

ARTURO RAHI - LA DEFENSA DEL CHACO

OBRA: LA DEFENSA DEL CHACO - APORTE DEL CORONEL RAFAEL FRANCO
Disertación del DR. ARTURO RAHI en el Auditorio Ruy Díaz de Guzmán
Evento organizado con auspicio de la Municipalidad de Asunción,
con motivo de conmemorarse 34 años del paso a la inmortalidad del legendario
"Parapiti Pora" (15 de Septiembre de 1973-15 de Septiembre de 2007)
Editorial del Movimiento F17 - Asunción-Paraguay 2007
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Introducción
** Cuando recordamos al coronel RAFAEL FRANCO, normalmente lo hacemos con referencia casi exclusiva a su participación en la guerra del Chaco, en la que obtuvo notas sobresalientes y como ningún otro mostró una aptitud por encima de lo normal llegando a resultados espectaculares con sus victorias que casi decidieron el curso del conflicto o por lo menos abrieron las puertas para decidirlo en términos muy favorables a su patria.
** Sin embargo su bien conocido pensamiento a favor de los derechos del Paraguay y su rechazo a entregar un solo centímetro de nuestro territorio, ya se manifestó de diferentes maneras y en más de una oportunidad desde varios años del comienzo de la guerra.
** Trataremos de recordarlos a todos echando manos a los pocos documentos o referencias escritas que se pueden encontrar, consecuencia esto de la falta de conciencia histórica que ha prevalecido en nuestro país en las esferas del poder por largos años y porque no, al negociado de nuestros archivos con instituciones extranjeras, que aceptando ofertas han estado comprando grandes cantidades de documentos que debieron permanecer en nuestros archivos, y a las que hoy debemos recurrir venciendo enormes dificultades, para obtener la información documental y no depender de dichos o referencias imprecisas.
** La mejor evidencia de esto es nuestro Archivo Nacional, en el que no se encuentran documentos a partir de 1.870, es decir que con la muerte del Paraguay de pre-guerra terminó el nacionalismo histórico y renunciamos, oficialmente por lo menos, a recordar lo que fuimos como una manera de explicar lo que somos. Este criterio de priorizar lo extranjero sobre lo paraguayo entró a ultranza luego de la muerte de Solano López y la instalación de los protegidos de la Triple Alianza en los cargos del gobierno.
** A continuación vamos a mencionar, conforme a la información comprobable, los contactos que el muy pronto famoso "Parapiti Pora" tuvo en el Chaco y en donde creemos nació su decisión de defenderlo antes de cualquier consideración y con los medios que las circunstancias pusieran a su disposición y alcance. - ARTURO RAHI
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RAFAEL FRANCO GOBERNANTE
** Apenas instalado el gobierno de la revolución en febrero de 1936, el coronel Franco se dedicó a aplicar su pasión por la patria, sobre la base de la defensa de nuestros derechos sobre nuestro Chaco y por el pueblo, dictando las primera leyes de carácter social en el Paraguay.
** Sobre esto último sobresalen las leyes que privilegian la salud, la educación y el trabajo, completadas con la primera y única ley de reforma agraria que ha conocido el Paraguay en toda su historia. Por esto, el coronel Rafael Franco fue tildado de comunista por una sociedad cerrada, pacata, pequeña y egoísta, poseedora de las grandes fortunas y a la que el pueblo que vivía en la miseria nada le importaba.
** En cuanto a los derechos de nuestro país sobre el Chaco, su posición y la de su gobierno fue única e impostergable. Ahí donde había terminado la guerra, de ahí partiría la definición del vencedor de tantas batallas.
· 1- La línea de hitos era intocable. No se discutirían absolutamente nuestros derechos sobre el Chaco hasta esa línea;
· 2- Todo el territorio al norte de la línea de hitos y hasta el Parapití, los cerros y el Otuquis debía ser sometido a un arbitraje de derecho. Teníamos documentos suficientes para demostrar que fueron nuestros desde siempre.
** Conviene recordar que todo lo acordado hasta el 17 de Febrero de 1936 fue obra del gobierno de Eusebio Ayala y el Partido Liberal. El protocolo del 12 de Junio de 1935 y el del 21 de Enero de 1936 establecían todas las condiciones y crearon toda la situación existente referente a las tratativas en la conferencia de Paz y que fueron heredadas por el gobierno de la revolución de febrero.
** El gobierno de Rafael Franco firmó con fecha 9 de enero de 1937 un acuerdo sobre libre tránsito comercial por el camino internacional que une Bolivia con Argentina, y el control por una policía paraguaya a lo largo de la línea de hitos del lado paraguayo.
** Como la definición no llegaba, a mediados del año 1937 el gobierno argentino comisionó al coronel Schwiethzer pará preguntar al coronel Franco sobre un posible arreglo de fronteras. La respuesta de Franco fue transmitida al presidente argentino y era consecuente con la firmeza del primer día: “LA LÍNEA DE HITOS Y EL ARBITRAJE DE DERECHO AL NORTE” tal como lo indicamos. Esto consta en el libro blanco de la Cancillería Argentina.
** Bien sabemos cómo finalmente terminó todo. Derrocado el coronel Franco se entregó al norte de nuestro la zona petrolífera con un vergonzoso acuerdo secreto. Todo esto último hemos comentado largamente en nuestros tres libros editados por F17 que tratan largamente este tema.
** Quisiéramos cerrar este escrito recordando la grata entrevista que tuviéramos en Montevideo allá por 1960 con el Dr. Luis Alberto de Herrera. Cuando mencionamos al coronel Rafael Franco, enseguida comentó: "Recuerdo que yo fui quien le comunicó al coronel Franco que por fin se firmó la paz. Pero cuando le mencioné bajo qué condiciones, se puso a lagrimear y comentó: "¿PORQUÉ NO HABRÉ FIRMADO; YO TUVE LA OPORTUNIDAD DE FIRMAR HASTA LA LÍNEA DE HITOS Y NO LO HICE; PORQUE QUERÍA PARA MI PATRIA HASTA EL RÍO PARAPITÍ, Y AHORA ESTO?".
** Y ese recuerdo del coronel Rafael Franco, lagrimeando por lo ocurrido, nos dice de un dolor real, que explotó cuando se enteró de que también fue partícipe de la entrega y del tratado el propio general Estigarribia, al que fulminó justificadamente con el mote de "TRAIDOR A LA PATRIA".