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sábado, 25 de diciembre de 2010

RAMÓN CÉSAR BEJARANO - ANTECEDENTES DE LA GUERRA CON BOLIVIA - TESIS BOLIVIANA - TRATADOS SUBSCRIPTOS - PRIMERAS HOSTILIDADES - RESUMEN CRONOLÓGICO (1524-1933) / Casa Editorial Toledo, Asunción-Paraguay 1959



ANTECEDENTES DE LA GUERRA CON BOLIVIA
CORONEL D.E.M. RAMÓN CÉSAR BEJARANO
Serie Guerra del Chaco Nº 1
Auspiciada y supervisada por la Dirección de Publicaciones de las FF.AA.
Casa Editorial Toledo, Asunción-Paraguay 1959

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INTRODUCCIÓN

A las 12 horas del 14 de junio de 1935 cesaba el fuego en las inhóspitas tierras chaqueñas, después de tres años de cruenta lucha entre Paraguay y Bolivia, cerrándose así un trágico período entre estos pueblos hermanos, a los que costó, en conjunto, más de 130.000 muertos.
** Se puede decir que dicha guerra, como tantas otras, fué un medio violento adoptado para llegar a la solución de un diferendo secular de límites entre ambos países.
En efecto, como es de todos conocido, España dividió sus colonias americanas, para su gobierno, en varios virreinatos, los que a su vez se dividieron en provincias.
La provincia del Paraguay, así canto la riel Alto Perú y otras, dependían del Virreinato del Río de la Plata (creado en 1776), al producirse la independencia en América.
Cuando se produjo la invasión de España por tropas de Napoleón y la abdicación de Fernando VII, la falta de control de las colonias por el poder central facilitó la independencia de ellas.
Así, en mayo de 1810 se independizó Buenos Aires, la que quiso mantener bajo su hegemonía a las demás provincias, lo que no fue aceptado por Paraguay, Montevideo y Alto Perú. Recuérdese las expediciones de Belgrano, Espínola, etc.
A raíz de no poderse llegar a un acuerdo para la formación de la Confederación del Río de la Plata en base a los antiguos límites del Virreinato, a pesar de la buena disposición que había en algunos sectores del pueblo paraguayo, éste se declaró libre e independiente de todo poder extraño, quedándole como límite geográfico, lógicamente, sus posesiones al nacer a la vida independiente.
Es el "uti-posidetis" del año 10, principio de derecho romano, aplicado en Derecho Público Americano. Posesión territorial de acuerdo con las divisiones existentes en el momento de la independencia del poder español.
Ahora bien, ¿qué se entiende por "posesión territorial"?. Es, según varios autores, la ocupación efectiva de un territorio, sin perjudicar los derechos de un tercero. Y se considera ocupado aun los lugares incultos adyacentes a los puntos ocupados, y que se conservan como reserva para el futuro. Este es el principio cardinal en el que se fundó la tesis paraguaya en la defensa de su territorio al oeste del río Pa-raguay.
Bolivia también se fundó en ese principio, pero aferrándose a la tesis de que es heredera de la Audiencia de Charcas. Esta tesis ha sido impugnada por los diplomáticos paraguayos, ya que las audiencias eran la autoridad judicial y consultiva, sin derecho a legislar. Se dedicaban más bien a las cuestiones relacionadas con los indígenas. Además, en 1783 el Paraguay pasó a formar parte de la Audiencia de Buenos Aires, dejando de pertenecer, entonces, a la de Charcas.
Para el Paraguay era un asunto de fijación de límites, de colocación de hitos. Para Bolivia, un asunto territorial. La tesis paraguaya del "uti posidetis'' se fundaba principalmente en el descubrimiento, la conquista, la colonización y la ocupación desde el tiempo de las colonias hasta nuestros días. Es lo que los bolivianos han dado en llamar "uti posidetis de facto", en contraposición a la "ni posidetis jure" (de derecho). Pero cualquier interpretación que de este principio se dé nos favorece, ya sea la posesión por derecho o de hecho, como vamos a tratar de presentarlo en forma sencilla y breve. Su conocimiento siempre será de gran importancia para cualquier ciudadano civil o militar.

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ÍNDICE:
·         DEDICATORIA e INTRODUCCIÓN
·         TESIS PARAGUAYA
·         TESIS BOLIVIANA
·         TRATADOS SUBSCRIPTOS
·         PRIMERAS HOSTILIDADES
·         CONCLUSIÓN
·         RESUMEN CRONOLÓGICO



·         LOS DERECHOS DEL PARAGUAY SOBRE EL CHACO BOREAL por Enrique de Gandía
·         HISTORIA DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA por Enrique de Gandía
·         LA GUERRA DEL CHACO por Julio C. Guerreros
·         LA GUERRA DEL CHACO por Justo Modas A.
·         PARAGUAY OCCIDENTAL por J. M. Sosa Escalada
·         COLECCIÓN DE TRATADOS HISTÓRICOS Y VIGENTES por Oscar Pérez Uribe y Eusebio A. Lugo
·         EL CHACO BOREAL FUÉ, ES Y SERÁ DEL PARAGUAYO por Manuel Domínguez
·          EL TRATADO DE PAZ, AMISTAD Y LÍMITES CON LA REPÚBLICA DE BOLIVIA, del 21 de Julio de 1938. Conferencia pronunciada en el Teatro Municipal por Luis A. Argaña




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TESIS BOLIVIANA

Comencemos diciendo que no hubo medios a los que no haya recurrido Bolivia con el fin de lograr su objetivo. Veamos algunos de ellos:
1 ° Sobre sus derechos como heredera de la Audiencia de Charcas ya hemos hablado.
2° El origen de la palabra "chaco". Esta palabra deriva de la palabra chacú, con que los indios alto-peruanos designaban sus grandes cacerías entre el Guapay y el Parapití.
Sin embargo, esta nominación se extendió al S. y al E., entre el Jaurú, el Salado y el río Paraguay, y posteriormente fue dividido en Boreal; Central y Austral. Por la etimología
de la palabra chaco los bolivianos se creían con derecho a él. En la misma forma podrían tener derecho a discutir con la Argentina sobre sus posesiones actuales entre el Pilcomayo y el Salado. O como nosotros tendríamos derecho de reclamar todos los lugares donde encontremos un nombre guaraní, es decir, toda América del Sud, y tal vez en Oceanía, o Egipto.
3° En el descubrimiento del Chaco efectuado por el chuquisaqueño Juan Baños en 1586, es decir, 50 años después de Ayolas (1536), 46 años después de Irala (1540), 43 años después de Alvar Núñez (1543), 41 años después de Ñuflo de Chaves (1545), etc. Aparte de esto, el "descubrimiento" de Baños no fue tal, ya que solamente tuvo noticias del chacú al observar que periódicamente un indio a su servicio se ausentaba hacia esas regiones. Para su "descubrimiento" no tuvo necesidad de moverse de su lugar. ¿Y cuál fue éste? ¿El Alto Perú? No. Sencillamente el pueblo de Yala, provincia de Jujuy, Argentina.
4° Las llanuras mansonianas, cuyo nombre viene del conquistador Andrés Manco, quien en 1558 fundó el pueblo de Santo Domingo en la orilla occidental del río Parapití. Como dijimos antes, este conquistador fue apresado por Ñuflo de Chávez y remitido a Charcas por pretender apoderarse de un terreno descubierto por otros.
5º En los tratados por los que se les cedía una gran parte del Chaco, cuyo resumen haremos más adelante. Estos tratados no fueron aceptados por ellos y algunos por nosotros, de modo que quedaron caducos.
6° En la usurpación de Bahía Negra por el Paraguay, en 1888. Un ciudadano boliviano de apellido Suárez Arana solicitó del gobierno paraguayo una concesión, que le fue concedida, para establecer un puerto al S. de Bahía Negra, al que puso el nombre de Puerto Pacheco. Este ciudadano izó la bandera boliviana, diciendo que estaba en territorio boliviano, por lo que fue desalojado.
Transcribimos párrafos de nuestra nota del 29-IV de 1904 contra el Tratado firmado en Petrópolis entre Bolivia y Brasil, el 17-XI-1903: "... alude S. S. a las medidas de fuerza que se vio obligado a tomar el gobierno de mi país cuando en 1888 recibió la noticia de que la bandera y el escudo bolivianos habían sido enarbolada la una y colocado el otro en las casas de la administración de una empresa particular, que en virtud de una concesión otorgada por este gobierno, había establecido un puerto en litoral paraguayo al S. de Bahía Negra. So pretexto de que esa bandera y ese escudo simbolizaban el dominio boliviano, el administrador de aquella empresa se negó un día a entregar a unos criminales a las autoridades paraguayas, y el gobierno de mi país hizo entonces lo que hacen todos los gobiernos: recabar enérgicamente el respeto debido a su soberanía dentro de su territorio y castigar a los que clandestinamente. . . "
Para terminar, vamos a citar una opinión del historiador Enrique de Gandía en su libro "Los derechos del Paraguay", quien dice que los bolivianos llamaron en su auxilio una Cédula imaginaria, la de 1620; que alteraron fechas y orden cronológico de documentos; que omitieron algunos hechos para ellos inconvenientes, etc. En fin, que es una vergüenza las pretensiones bolivianas sobre el Chaco Boreal.



TRATADOS SUSCRIPTOS


Ahora vamos a dar una síntesis de las negociaciones diplomáticas entre Paraguay y Bolivia, tratando de resolver el asunto de límites.




El 15-X-1879 se firmó en Asunción un Tratado de Límites entre don José Segundo Decoud, ministro de RR. EE. Paraguayo, y don Antonio Quijarro, E.E. y ministro plenipotenciario de Bolivia.
Este tratado estableció: "Las repúblicas del Paraguay y Bolivia declaran que han convenido amigablemente en fijar sus límites divisorios, sin discutir títulos ni antecedentes... La República del Paraguay se divide de la de Bolivia por el paralelo que parte de la desembocadura del río Apa hasta encontrar el río Pilcomayo. En consecuencia, el Paraguay enuncia a favor de Bolivia el derecho al territorio comprendido entre el mencionado paralelo y la Bahía Negra y Bolivia reconoce como perteneciente al Paraguay la parte sud hasta el brazo principal del Pilcomayo".
Este tratado, por el que cedíamos gratuitamente a Bolivia aproximadamente 200.000 Kms. sin discusión ni arbitraje, felizmente no aceptó Bolivia.
El 9-I-1883 se firmó un Protocolo por el que se decidió aplazar para mejor oportunidad la consideración de las proposiciones para modificación del tratado, presentadas por Bolivia.



El 16-II-1887 se firmó en Asunción otro Tratado par el doctor Benjamín Aceval y el doctor Isaac Tamayo.
Por este Tratado (croquis N° 4), se dividió el Chaco en tres secciones. La 1º comprendida entre el brazo principal del Pilcomayo y el paralelo de la desembocadura del río Apa hasta encontrar el meridiano 63° long. O. de Paris (60°40' de Greenwich) ; la 2º, entre el paralelo del Apa y el que pasa una legua al N. de Fuerte Olimpo hasta el mismo meridiano 63°; la 3°, desde el paralelo que pasa una legua al N. de Olimpo, con Bahía Negra. Por el artículo 2° "queda reconocido como perteneciente a la República del Paraguay la 1º fracción, y como perteneciente a Bolivia la 3º. En cuanto a la 2º fracción, quedó sometida a la decisión definitiva de un fallo arbitral. El límite O. de la 1á y 2á secciones era el meridiano 63° O. de Paris. El árbitro elegido fue el rey Leopoldo II de Bélgica.
El canje de las ratificaciones debía tener lugar dentro del año de la celebración del Tratado.
Dos días antes del vencimiento, o sea el 14-II-1888, se firmó un Protocolo, por el que prorrogaba por nueve meses el plazo fijado para la ratificación, ya que ninguna de las altas partes contratantes lo había hecho oportunamente.
Este Tratado Aceval-Tamayo, por el que cedíamos sin discusión ni arbitraje una extensión aproximada de 200.500 kilómetros, casi los 2/3 del Chaco, felizmente tampoco fue ratificado por el Congreso boliviano.
El 3-VIII-1894 (siete años después), por un Protocolo firmado por el ministro de RR. EE. del Paraguay don Gregorio Benítez y por el E.E. y ministro plenipotenciario de Bolivia doctor Telmo Ichazo, se resuelve declarar completa caducidad de los tratados Decoud-Quijarro y Aceval-Tamayo, y abrir nuevas negociaciones.
El 23-XI-1894 estos mismos representantes diplomáticos firman un Tratado, dividiendo el Chaco en dos secciones, por medio de una línea recta que; partiendo desde tres leguas al N. de Fuerte Olimpo, cruce hacia el S.O. hasta encontrar el brazo principal del Pilcomayo, en el punto de intercepción de los 61º 28' long. O.; quedando la sección S. al Paraguay y la sección N. a Bolivia. El tiempo fijado para el canje de las ratificaciones es el más breve posible.





Este Tratado Benítez-Ichazo, por el que perdíamos un área de 220.675 Kms., más de las 2/3 partes del Chaco, no fue aprobado por los congresos de Bolivia ni de Paraguay. En el año 1905 Bolivia fundó los fortines Guachalla y Ballivián. Por este motivo, y en vista de no haberse llegado a una solución con los tratados anteriores, nuestro representante diplomático en La Paz, doctor don Pedro Peña, presentó una nota protesta haciendo al gobierno boliviano responsable del hecho y pidiendo explicaciones y el retiro inmediato de las guarniciones militares de los puntos mencionados.
El 12-1-1907, reunidos en Buenos Aires en honor "de la amistosa mediación del gobierno de la República Argentina los señores doctor Adolfo Soler, ministro de Hacienda del Paraguay, y doctor Claudio Pinilla, ministro de RR. EE. de Bolivia, con el objeto de discutir soluciones conciliatorias y, amistosas respecto de la cuestión de límites que existe entre ambos países, después del estudio de diversas proposiciones presentadas por las Altas Partes litigantes y por el ministro de RR. EE. de la República Argentina, doctor Estanislao S. Zeballos, acordaron aceptar la solución propuesta por éste", en la siguiente forma:
1° Someter la cuestión al fallo arbitral del presidente de la República Argentina.
2° La zona a someterse a dicho arbitraje queda entre el paralelo 20°30' y la línea que en sus alegaciones sostenga al N. el Paraguay en el interior del territorio, entre los meridianos 61º 30' y 62°.
3° Ratificar este convenio dentro de los cuatro meses.
4° Presentar al presidente de la República Argentina, dentro de los 30 días de la ratificación por el Parlamento, una exposición de los títulos y antecedentes que abonan sus derechos respectivos, a fin de que pueda decidir sobre el mejor derecho.
5° Mientras se tramita el cumplimiento de este Convenio, las Altas Partes contratantes se comprometen a no innovar ni avanzar las posiciones existentes a la fecha. En ningún caso podrá cesar el statu quo antes de 16 meses de la fecha.
6º En caso que una de las Partes Contratantes no ratificase este ajuste, se entenderá como prorrogado el statu quo, el cual será fielmente observado bajo la garantía del gobierno argentino.
En esa época era presidente de la Argentina el doctor Figueroa Alcorta, el cual fue nombrado árbitro en el asunto de límites Perú-Bolivia, y falló a favor del primero. El pueblo, indignado, apedreó la legación argentina en La Paz, por lo que Figueroa declinó su intervención arbitral fijado por este Tratado.
El 5-IV-13 se firmó en Asunción un Protocolo entre el ministro de RR. EE. del Paraguay, doctor Eusebio Ayala, y el E. E. y ministro plenipotenciario de Bolivia, doctor Ricardo Mujía, el que disponía lo siguiente:
1 ° Negociar un Tratado definitivo de límites en el término de 2 años, contados desde la aprobación, de dicho Protocolo por ambos gobiernos.
2° Si no fuese posible convenir un tratado por arreglo directo, someter la cuestión a arbitraje.
3° Mientras no se lleve a cabo el arreglo directo o se pronuncie el fallo arbitral seguirá en vigencia el statu quo de 1907, declarando ambas partes no haber modificado sus respectivas posiciones desde aquella fecha.
4° Declarar caduco el ajuste Soler-Pinilla.




Este Protocolo fue aprobado por ambos gobiernos el día 28-VIII-1913.
Por Protocolo firmado en Asunción el 19-VII-1915, entre don Fulgencio R. Moreno y el doctor Ricardo Mujía, se prorrogó hasta el 28-VII-1916 la vigencia del statu quo. En este término las negociaciones debieron llegar a un acuerdo directo o á un arbitraje.
En vista de no haberse llegado a la solución del diferendo en el tiempo fijado, en fecha 21-XI-1916 los mismos señores vuelven a prorrogar la vigencia del statu quo hasta el 17-VI-1917, el que a su vez fue nuevamente prorrogado hasta el 17-VI-1918.
Como el ministro plenipotenciario de Bolivia en Asunción, doctor Mujía, fue nombrado ministro de RR. EE. de su país, el señor Moreno fue nombrado representante diplomático ante el gobierno de Bolivia, a fin de continuar allí las interrumpidas negociaciones.
Estas fueron reanudadas, y el 17-VI-1918 se resuelve prorrogar indefinidamente la vigencia del statu quo, es decir, hasta el día de la definición del diferendo por alguna de las proposiciones.
Como vimos, en 1907, fecha en que se resolvió mantener el statu quo, Bolivia tenía como fortines más avanzados los de Guachalla y Ballivián. Después de dicho año fundó Linares, Magariños, Esteros, Saavedra, Sorpresa, Tinfunqué, Muñoz, Arce, etc., en esa zona, que "nunca se atrevió a disputar con argumentos históricos, jurídicos y legales, y que tantas veces en sus tratados y pactos, reconoció como única y exclusiva propiedad del Paraguay". (E. de Gandía). Todos están al S. del río Verde, ya cedido a favor del Paraguay por el presidente Hayes.
En estos tratados, cuyo resumen hicimos, se nota una sorprendente debilidad de parte nuestra, tal vez efecto de la desmoralización y de la destrucción de nuestro país después de la Guerra Grande.
Pareciera que, a pesar del patriotismo de varones ilustres, hubiésemos temido afrontar las consecuencias de una defensa tenaz de nuestro territorio.
Quizá si desde el comienzo se hubiera defendido enérgicamente la integridad de nuestro territorio, sin admitirse discusiones sobre él, no hubiésemos llegado a definir el asunto de límites por medio de la guerra, que felizmente, a pesar de nuestra conocida indefensión material, intelectual y moral, nos fue favorable, aunque a costa de grandes sacrificios de toda laya.
Recordemos las palabras que pronunció el doctor Antonio Quijarro, firmante del tratado de 1879, por el que renunciamos a favor de Bolivia, sin discutir títulos ni ante cedentes, más de 200.000 Kms. del Chaco, quien dijo: "No vengo a presentar alegato ni memorándum ninguno, basados sobre cédulas reales, porque tengo la conciencia de que Bolivia no tiene derecho al territorio del Chaco... pero pido se le dé una salida. . . "
Estos tratados, al contrario, sirvieron como un arma más en poder de Bolivia, ya que, aunque caducos, por ellos renunciamos a una parte de nuestro territorio a favor de ella, dándole más alas a sus pretensiones, al comienzo modestas.
Esta mentalidad de "no buscar tres pies al gato" se mantuvo hasta el comienzo de la guerra.
Así, el 16-IV-21 el encargado de Negocios de Bolivia en Asunción, don Benjamín Mujía Fernández, presentó una nota protesta al gobierno nuestro por el envío de expediciones militares hacia la frontera de Bolivia, con violación del statu quo. El Paraguay, por su parte, presentó una contra protesta. Ambas notas fueron luego declaradas inexistentes para no perjudicar el espíritu cordial con que venía desarrollándose la negociación pendiente.
El Acta firmada por el Ministro de Relaciones Exteriores del Paraguay, D. Rogelio Ibarra, juntamente con el Encargado de Negocios de Bolivia, D. Benjamín Mujía, por la que se declararon inexistentes las notas mencionadas, dice en uno de sus párrafos: "En mérito a las antecedentes manifestaciones declararon (Ibarra y Mujía), en nombre de sus respectivos gobiernos, que estos habían observado siempre, con toda lealtad, el modus vivendi establecido desde el 12-I-1907, a lo que agregó el Sr. Ministro de Relaciones Exteriores que los piquetes paraguayos sobre el Estero Patiño, a que se refiere la nota de la legación de Bolivia, del 16-IV, habían sido destacados para policiar posiciones de tiempo atrás ocupados por Paraguay, más de 50 leguas acá de la zona delimitada como litigiosa sustraída a actos jurisdiccionales de los litigantes... etc."
Cabría preguntarse: ¿Cómo Bolivia tuvo noticias de estas patrullas paraguayas? Creo yo que mediante sus fortines que hacía rato habían sobrepasado los 62° de Long. O. ¿Por qué nosotros pedíamos disculpas por ejercer nuestra soberanía en una zona que nos fue adjudicada por el Laudo Arbitral de 1878?
 Este incidente, que tuvo mucho eco en la prensa opositora, motivó un comunicado del Ministerio del Interior del Paraguay, negando la penetración.
El 25-II-27 muere en Sorpresa (60° y 24º), el Teniente Adolfo Rojas Silva. Este oficial había salido en exploración de Mariscal López hacia Sorpresa. En dicho lugar fue apresado y luego asesinado por el héroe nacional boliviano Tejerina. Los restos de este primer mártir paraguayo del litigio del Chaco descansa en el lugar de su sacrificio, que, como puede observarse, está a "50 leguas acá de la zona delimitada como litigiosa", como dijera el Ministro de Relaciones Exteriores D. Rogelio Ibarra, en Acta del 20-V-21.
Este doloroso incidente renovó con nuevos bríos nuestro interés en el asunto. Nos recordó de nuevo que huestes extranjeras hollaban nuestra heredad. Un grito clamoroso se extendió de un confín a otro del país, pidiendo respeto a nuestra soberanía.
El 12-IV-27 se firmó el Protocolo Díaz León-Gutiérrez, por el que se resolvía aceptar los buenos oficios del Gobierno Argentino para la reanudación de las negociaciones de límites.
Estas fueron reanudadas, para suspenderse el 27-XII-27, "dado lo avanzado de la estación y la conveniencia de que ambas delegaciones se pongan en contacto con sus respectivas cancillerías".
El segundo período de las conferencias fue iniciado el 15-III-28 y vuelto a suspender el 12-VII, en vista de no haber sido posible arribar a un acuerdo sobre las cuestiones consideradas en ellas, pero declarando que el litigio no será resuelto sino por medios pacíficos.
Las Delegaciones comunicaron al Gobierno Argentino sobre los puntos en que disentían.



PRIMERAS HOSTILIDADES


En setiembre de 1928 cae en poder de los paraguayos, cerca del Fortín Galpón (Croquis N° 7), el Cnel. Gutiérrez, el Tte. Manchego y otros oficiales y tropas, quienes alegaron que andaban de caza y que se habían extraviado.
Posiblemente este mismo grupo fue el fundador del Fortín Vanguardia, en la margen derecha del río Negro, el que fue desalojado el 5 de diciembre de 1928 por el Teniente Ortigoza, por orden del Jefe de la guarnición de Bahía Negra, Mayor Franco, sin conocimiento de nuestro Gobierno.
El 11 del mismo mes se retiró el Delegado Boliviano de la Conferencia de Conciliación y Arbitraje, que funcionaba en Washington.
El 15, el Presidente Siles anuncia al pueblo que se tomó Boquerón, que estaba en territorio innegablemente boliviano, como represalia. El mismo día vuelve el Delegado Diez de Medina a la Conferencia. Siles anunció; además, que se tomada los fortines Rojas Silva y Mariscal López.
El 20-XII, "Chile mira con vivo sentimiento la actitud de Bolivia hacia la guerra", dijo el Canciller Ríos Gallardo, declaración esta que tranquilizó el ambiente caldeado. El Papa, Colombia, Ecuador y Venezuela ofrecieron sus buenos oficios.
Estábamos al borde de la guerra.
Todo el pueblo paraguayo, olvidando resentimientos, odios y todas las malas pasiones, se volcó a los cuarteles. La desorganización y el desorden imperaban en todas partes, según cuentan los que actuaron en dicha eventualidad.
El problema del Chaco, al que hasta ese momento no se lo tomaba muy en serio por la "seguridad" de los statu quo varias veces prorrogados, fue revelado en toda su terrible desnudez en el Paraguay.
Por la Guerra del Pacífico, Bolivia perdió toda su costa marítima. El tratado de 1904 con Chile terminó con la posibilidad de recuperarla, y tal vez se deba a esto el comienzo de su penetración en el Chaco desde esa época.
Con el corte dado al asunto de Tacna y Arica, en 1928, en que quedó la primera al Perú y la segunda a Chile, sus esperanzas fueron desahuciadas por ese lado, y el asunto del Chaco subió a primer plano. También de esa época data el interés de Bolivia de convertirse en país tributario del Plata. Así, a fines de 1928 y comienzo del 29 fueron críticas nuestras relaciones con Bolivia. Pero Marte tuvo que esperar aún antes de blandir su refulgente espada destructora.
Por Protocolo firmado en Washington el 3-I-29, se creó una Comisión de Investigación y Conciliación con motivo de los sucesos de Vanguardia.
"El representante de Bolivia expresa que esta Comisión debe averiguar cómo es verdad que dentro de un estado de relaciones pacíficas, y a pesar del convenio del 12-VII-28, por el cual ambos países obligáronse a resolver sus diferencias territoriales por medios pacíficos, el Paraguay, rompiendo esas obligaciones sin previa declaratoria de hostilidades y en forma inmotivada y violenta, manda atacar y arrasar el Fortín boliviano "Vanguardia" con fuerzas regulares del ejército el 5 del pasado mes de diciembre".
"EI representante del Paraguay niega que su país haya cometido agresión alguna, y afirma que el Paraguay se mantuvo siempre dentro de las normas... Añadió que ha sido Bolivia la que realizó actos de provocación y de agresión penetrando con sus fuerzas armadas en territorio poseído por el Paraguay, no sólo en el caso del fortín Vanguardia, sino anteriormente a él, en que hizo en dicho territorio diversas incursiones fundando nuevos fortines. Que posteriormente al suceso de Vanguardia fuerzas regulares del ejército boliviano invadieron el territorio poseído por el Paraguay atacando fortines y bombardeando posiciones paraguayas".
La Comisión de Investigación y Conciliación se encargó de investigar lo ocurrido y determinar, dentro de los 6 meses, cuál de las partes introdujo innovación en el estado de relaciones pacíficas, así como determinar las responsabilidades respectivas.
Por el artículo, 8° de este Protocolo, Bolivia y Paraguay se comprometen a suspender toda hostilidad y a cesar la concentración de tropas en puntos de contacto de ambos países. Por el artículo 9°, estas medidas no afectan la cuestión de fondo ni los acuerdos vigentes entre ellos.
El 12-IX-29 esta Comisión emitió su fallo: "Bolivia agredida, Paraguay agresor". En consecuencia, Paraguay se vio obligado a restaurar Vanguardia y Bolivia a devolver Boquerón, operaciones controladas por algunos oficiales uruguayos.
El 31-VIII-29 la Comisión presentó un proyecto de Convención de Arbitraje, en cuyo artículo 5° se dice: "En todo caso, y cualquiera sea la decisión arbitral, se adjudicará a Bolivia el puerto de Bahía Negra... y la extensión territorial que el Tribunal considere apropiada para el libre aprovechamiento y la protección de dicho puerto".
La delegación paraguaya lo rechazó, por no tener Bolivia un título de origen jurídico en favor de su dominio sobre el N. del Chaco ni estar en posesión quieta, notoria y prolongada de él, y por la amplia facultad que se acuerda al Tribunal de decidir sobre la extensión territorial que considere apropiada. Presenta sus puntos de vista: Que sea resuelta en dos arbitrajes de derecho, estipulados en un mismo Tratado.  1º, determinar la zona litigiosa; 2°, decidir el mejor derecho a ella, mediante la presentación de memorias, pruebas y alegatos de las partes. La sentencia deberá ser fundada.
El 21-IV-30 se reanudan las relaciones diplomáticas. El 11-XI-31 se inauguran las negociaciones entre Bolivia y Paraguay sobre un pacto de no agresión, presididas por el Hon. Francis White, subsecretario de Estado de los EE. UU. de América.
El 9-XII-31 Bolivia presenta un proyecto de no agresión, al que opone reparos el Paraguay en fecha 18-1-32, presentando un contraproyecto, cuyas puntos principales son:
a) Bolivia abandonará las fundaciones, fortines y puestos militares, cualquiera fuera la fecha de su fundación, que haya establecido dentro de la zona laudada a favor de Paraguay por el presidente Hayes.
b) Deberá abandonar todos los fortines establecidos al E. del meridiano 61°30' (statu quo 12-1-1907).
c) Paraguay abandonará los fortines y puestos militares situados fuera de la zona laudada por Hayes y que contravinieren el statu quo de 1907.
d) Paraguay ejercerá la policía de las regiones situadas al E. del meridiano 61°30', y Bolivia en las situadas al O. del meridiano 62°.
El abandono o retroceso de las tropas a los meridianos 61°30' S. 62° es porque "no se concibe un pacto de no agresión sobre la base de un estado de cosas que es de permanente agresión"; como dijo la delegación paraguaya en su memorándum. Bolivia no aceptó estas condiciones.
El 6-V-32 míster Francis White presenta un proyecto de no agresión sobre la base de las posiciones en esa fecha, pero sin que estas ocupaciones pudieran ser alegadas como derecho.
Estando en estudio este proyecto, o sea el 15-VI-1932, Bolivia atacó y conquistó Pitiantuta o Carlos A. López, guarnecido por 1 cabo y 5 soldados, con lo que quedó iniciada la guerra, la cual duró exactamente tres años, ni un día más ni menos.
Esta agresión fue comunicada a las legaciones de los países de la Comisión de Neutrales el 6-VII-32, y al día siguiente el Paraguay se retiró de la Conferencia de Conciliación, con sede en Washington.
Ya no hay tratados, protocolos, convenios ni ajustes que puedan detener la guerra, que se aproxima por los cañadones y bosques del Chaco. Es la GUERRA, que, como dijo Clausewitz, es la continuación de la política por otros medíos. Los papeles y las palabras quedan relegados a seguido término. Ahora tienen la palabra las FF. AA., que hablarán con la ronca y convulsiva voz de sus morteros, y se reirán con la carcajada trágica de sus ametralladoras. Marte ha bajado del Olimpo, seguido por las Parcas, para establecer su reino en el corazón de América del Sud.
Un mes después, el 15-VII-32, fue reconquistada Pitiantuta, llamada Laguna Chuquisaca por Bolivia.
El 31-VII-32 Bolivia conquistó Boquerón por segunda vez y tomó otros fortines paraguayos.
El 2-VIII-32 los neutrales presentaron un proyecto de dejar las cosas como estaban antes de la agresión a Pitiantuta, pero Bolivia quería que las bases fueran las posiciones en IX-1888, devolviendo Puerto Pacheco (Bahía Negra) a Bolivia. Recuérdese asunto Suárez-Arana.
El 3-VIII-32, ya decretada la movilización en el Paraguay, la Comisión de Neutrales hace su famosa declaración: "No se reconocerán las conquistas que se hagan por las armas".
El 29-VIII-32 los neutrales proponen 60 días de suspensión de hostilidades; Paraguay acepta con la condición de que cese la movilización; Bolivia pide 30 días sobre las posiciones en esa fecha.
El 6-IX-32 los paraguayos atacan Samacklay, y el 9 comienzan su ofensiva sobre Boquerón. El 10 los neutrales proponen retirar las tropas a 10 Kms. atrás, contestando Bolivia que no puede porque está haciendo frente a una fuerte ofensiva nuestra.
El 23 los neutrales proponen: cesación de hostilidades  yarbitraje sin reservas. Bolivia acepta el primer punto, pero no el segundo.
Una última proposición de los neutrales fue el retiro del ejército paraguayo hasta el río Paraguay y el boliviano hasta la línea Ballivián-Vitriones (croquis N° 7), que fue aceptada por Bolivia, pero no por nosotros. El delegado paraguayo se retira de la Comisión de Neutrales, y éstos interpretan esta actitud como intención del Paraguay de continuar la guerra.
El territorio que Bolivia quería que fuese sometido arbitraje era: Rio Paraguay, Río Pilcomayo, Paralelo 21º, Meridiano 59°55. (Ver croquis N° 7).
Las acciones ofensivas continuaron de un lado y otro hasta que el 10-V-33 el Paraguay “regularizó su situación" declarando la guerra a Bolivia, hecho que fue denunciado por ésta como yendo contra el artículo 16 del Tratado de Versalles, que propicia el arbitraje.



 



CONCLUSIÓN


Y éstos son los antecedentes de la Guerra del Chaco, que en apretada síntesis hemos tratado de reunir en esta conferencia, creyendo haber cumplido así, aunque sea medianamente, las intenciones del director-comandante, quien nos ha dado este tema por intermedio del comandante del Cuerpo para desarrollarlo ante tan selecto auditorio.
Esta guerra, que nos costó aproximadamente 36 mil muertos, incluyendo 541 oficiales y cuantiosa fortuna, definio nuestro diferendo de límites con Bolivia el 21-VII-38, después de 86 años de haberse iniciado con la débil protesta de nuestra contendora por el tratado que firmamos con Argentina en julio de 1852.
Como podrán ver, con ella hemos conseguido recuperar una gran parte de nuestro territorio del Chaco detentado por Bolivia, y hemos mantenido nuestro dominio sobre nuestro epónimo rio, que fueron, son y serán nuestros por los sacrificios que hemos hecho y seguimos realizando para incorporarlos definitivamente a nuestra economía en franco progreso.
Este "Infierno Verde", como lo llamaron por su color en diversos matices, por su temperatura, por su sequedad, por sus alimañas, por su viento norte a veces exasperante, por su aridez en algunas zonas y por su desértica figura sin panoramas llamativos, va adquiriendo otro aspecto, se va embelleciendo, se va civilizando y haciéndose amar cada día más, mediante la voluntad férrea del Excelentísimo señor presidente de la República, para quien es una distracción visitarlo casi semanalmente, y a cuya voluntad se une la del partido político que lo respalda en sus gestiones gubernativas, el Comando del Territorio y todos los que tuvimos, y tienen el honor y el orgullo de prestar servicios en esos linares. Nos comparamos, así, aunque modestamente, con aquellos grandes antepasados nuestros los españoles y los guaraníes, que dejaron rastros de su paso hasta la cordillera del Aguaragüé y Santa Cruz, donde aún se habla nuestra hermosa lengua vernácula.
La tierra del Chaco, india arisca y salvaje, ha sido y va siendo domeñada lentamente por el amor de todo el pueblo paraguayo, al que costó sangre, sudor y lágrimas, y ya comienza a prodigarnos sus caricias, y las prodigará mejores a nuestros hijos cuando adquiera todos los refinamientos de nuestra civilización.
Tratemos de hacer de cada fortín un oasis, no sólo para mejorar nuestro vivir, sino para demostrar al mundo que amamos nuestro Chaco y que sabemos poseerlo y defenderlo con honor.


RESUMEN CRONOLÓGICO


1524/26           Alejo García descubre el Chaco.
1526                Sebastián Gaboto.
1536                División de las tierras americanas entre Pizarro, Almagro y Mendoza.
1536                Ayolas remonta el río Paraguay y llega al Perú.
1537                Salazar funda Asunción.
1540                Irala explora el Chaco.
1543                Irala explora el Chaco. Alvar Núñez íd. desde los 18°,
1545                Ñuflo de Chávez explora el Chaco.
1546                Ñuflo de Chávez explora el Pilcomayo.
1547                Irala cruza el Chaco y llega al río Guapay.
1553                Irala vuelve a cruzar el Chaco.
1558                Ñuflo de Chávez funda Nueva Asunción. Apresa a Manso.
1561                Ñuflo de Chávez funda Santa Cruz (18"y 62°).
1586                Juan Baños "descubre" el Chaco.
1609                Fundación de cuatro reducciones en el Chaco.
1792                Fundación de Fuerte Olimpo.
1803                Traslado a Fuerte Olimpo una estancia Real.
1855                Se lotea Villa Hayes.
1524/1865       128 expediciones; 69 al Chaco (340 años).
1622/1865       (243 años) construcción 18 fuertes en el Chaco. 7 emigraciones guaraníes al Oeste.
VII - 1852      Tratado Nav. Comisión Límites entre Argentina y Paraguay. Protesta Bolivia.
12 -II- 1858    Protocolo entre Brasil y Paraguay.
3-II - 1876      Tratado límites entre Argentina y Paraguay.
12-XI-1878     Presidente Hayes produce su fallo arbitral.
15-X-1879      Tratado Decoud-Quijarro. No aprobó Bolivia.
16-II-1887      Tratado Aceval-Tamayo. No aprobó Bolivia.
    -IX-1888     Incidente Suárez Arana en Bahía Negra.
23-IX-1894     Tratado Benítez-Ichazo. No aprobó Bolivia.
        1905      Bolivia funda Guachalla y Ballivián.
12-I-1907        Ajuste Soler-Pinilla (statu quo).
5-IV-1913       Protocolo Ayala-Mujía.
19-VII-1915   Protocolo Moreno-Mujía.
17-VI-1918     Protocolo Moreno-Mujía; prórroga indefinida del statu-quo.
16-IV-1921     Protesta Bolivia por patrulla paraguaya.
25-II-1927      Muere Rojas Silva en Sorpresa.
12-IV-1927     Protocolo Díaz León-Gutiérrez.
12-VII-1928   Suspensión de negociaciones.
    -IX-1928     Caen prisioneros Cnel. Gutiérrez y otros, cerca Fortín Galpón.
5-XII-1928     Desalojo de Vanguardia.
15-XII-1928   Bolivia toma Boquerón.
20-XII-1928   Declaración de Ríos Gallardo.
  3-I-1929        Creación Comisión Investigación y Arbitraje.
12-IX-1929     "Bolivia agredida, Paraguay agresor".
31-VIII-1929   Proyecto Convención de Arbitraje.
11-XI-1931     Conferencia sobre Pacto No Agresión.
 9-XII-1931     Proyecto boliviano pacto no agresión.
18-1-1932      Contraproyecto paraguayo pacto no agresión.
  6-V-1932     Proyecto Francis White sobre pacto no agresión.
15-VI-1932     Bolivia toma Pitiantuta. Iniciación guerra.
15-VII-1932   Paraguay reconquista Pitiantuta.
31-VII-1932   Bolivia toma Boquerón por segunda vez.
  3-VIII-1932 Paraguay moviliza. Neutrales: "No reconocer conquistas por las armas".
29-VIII-1932 Nuetr.: 60 días suspensión hostilidades.
  6-1X-1932    Paraguay ataca Samackay.
  9-IX-1932     Paraguay ataca Boquerón.
10-IX-1932     Neutrales proponen retiro tropas 10 kms. atrás.
23-IX-1932     Neutrales: cesación hostilidades, arbitraje, sin reservas.
-XII-1932   Neutrales: ejército paraguayo al Río Paraguay; boliviano línea Vitriones-Ballivián. Retiro Paraguay-Comisión Neutrales.


10-V-1933 - RARAGUAY DECLARA LA GUERRA


BIBLIOGRAFÍA:

jueves, 11 de noviembre de 2010

LOS ORÍGENES DE LA GUERRA DEL CHACO - Memorándum presentado el 8 de marzo de 1934, por la Delegación del Paraguay integrada por los señores Dr. GERÓNIMO ZUBIZARRETA y Dr. VICENTE RIVAROLA, a la H. Comisión Especial de la Sociedad de las Naciones.



MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES Y CULTO
LOS ORÍGENES DE LA GUERRA DEL CHACO
Memorándum presentado el 8 de marzo de 1934,
por la Delegación del Paraguay
integrada por los señores
y Dr. VICENTE RIVAROLA,
 a la H. Comisión Especial
de la Sociedad de las Naciones

Imprenta Nacional
ASUNCION
1.934

La Delegación Paraguaya destacada, ante la H. Comisión Especial de la Sociedad de las Naciones, propuso el día 7 de Febrero las líneas generales de un Tratado de seguridad y de paz entre el Paraguay y, Bolivia.
El Gobierno de Bolivia, con fecha 12 de Febrero, rechazó el proyecto paraguayo. En el memorándum que a este propósito presentó su delegación, se emitían sobre el origen y responsabilidad de la guerra del Chaco; juicios desprovistos de todo fundamento.
Impuesta, el 23 de Febrero, la Delegación del Paraguay del contenido íntegro de la respuesta boliviana, creyó de su deber contestar las acusaciones que contenían, restableciendo la verdad histórica.
Tal es el origen del, Memorándum que la Delegación del Paraguay, integrada por los señores Dr. GERÓNIMO ZUBIZARRETA y Dr. VICENTE RIVAROLA, entregó a la H. Comisión Especial, el día 8 de Marzo de 1934, y qué se pública en este folleto.
El capítulo de pruebas de la responsabilidad boliviana no se ha agotado en el memorándum; no están citados sino los documentos más conocidos. Se reducía el objetivo de la presentación paraguaya a desvirtuar las injustas imputaciones bolivianas. No tenía por objeto sustanciar alegaciones del Paraguay, ya que la H. Comisión Especial de la Sociedad de las Naciones, no había considerado oportuno abrir el período de las investigaciones.
El Paraguay, que en todas las instancias pacificadoras desarrolladas hasta hoy, no ha cesado de reclamar esa investigación, confía en que, algún día, las instituciones internacionales se decidan a cumplir el deber de justicia y de moral, de buscar y señalar al culpable de tanta sangre y sacrificios materiales.


MEMORANDUM
De la Delegación del Paraguay

El principal objeto  de este documento es contestar las acusaciones, de todo punto infundadas, que el Gobierno de Bolivia ha hecho contra el Paraguay en su "Memorándum sobre las negociaciones de paz entre Bolivia y Paraguay"  presentado a la H. Comisión  Especial de la Sociedad de las Naciones, fechado en La Paz el 12 de febrero de 1934, y puesto en conocimiento de la Delegación del Paraguay el 23 del mismo mes.
Por esta razón no hemos de referirnos aquí sino muy sucintamente a las apreciaciones contenidas en el memorándum boliviano aludido, a propósito, de las líneas generales que para un tratado de seguridad y de paz, fueron propuestas por la Delegación del Paraguay, el día 7 de febrero de 1934.


I.-  EL PLAN PARAGUAYO Y EL PLAN BOLIVIANO

1.- LAS OBJECIONTES AL PLAN PARAGUAYO.

Entiende el Gobierno de Bolivia que "la seguridad Suprema y única es concluir la cuestión de fondo, ya que si persiste la causa, quedará en pie la guerra, que es el efecto", y que "un tratado que se limite a suspender las operaciones militares sin definir ni resolver las causas que las han ocasionado, no puede llamarse tratado de paz, sino de simple armisticio".
Hay en el criterio boliviano una verdadera confusión de conceptos. No son equivalentes los términos: "suspensión de operaciones militares" y "cesación definitiva de las hostilidades", 
Lo segundo significa la paz y lo primero solo un paréntesis abierto a la lucha. La fórmula presentada el 7 de febrero, aludida en el memorándum boliviano, se refiere a la cesación definitiva de las hostilidades, dentro de un conjunto de medidas de seguridad. En consecuencia, no preconiza un simple armisticio.
Además, se parte de la premisa falsa de que el conflicto bélico tiene su causa en el viejo litigio de límites. No es así, puesto que ni se trataba de una cuestión insoluble, ni se habían cerrado a Bolivia, que provocó la guerra, las puertas de un avenimiento amistoso. El diferendo de fronteras nunca presentó dificultades insuperables y el Paraguay puso toda su buena voluntad en el empeño de inducir a Bolivia a una solución de derecho. No en la cuestión de límites debe buscarse el origen de la contienda, si o en la decisión de Bolivia de recurrir a la guerra, en su penetración armada del territorio chaqueño y en el ataque a los puestos militares paraguayos. El plan paraguayo se dirige, precisamente, a hacer imposible la subsistencia de estas causas, o su repetición.
Contrariamente, pues, a lo que cree el Gobierno de Bolivia, el Paraguay no busca un armisticio, sino la eliminación de los factores que provocaron la guerra.
Bolivia, en cambio, al hacer del arreglo del problema de fondo una condición esencial para la paz, busca la prolongación indefinida de la guerra, ya que las circunstancias están mostrando cuán difícil se presenta ahora ese acuerdo. Con anterioridad a la agresión boliviana, el pleito era simplemente jurídico-histórico, y de fácil solución. Hoy, la fijación de las fronteras ya no resolvería sino una parte del problema. El compromiso arbitral, pues, no eliminaría por sí mismo las causas del conflicto.
Con plena conciencia de las dificultades entrañadas en el problema de fondo, el proyecto presentado por el Paraguay se inspiraba en el loable interés de una pronta paz, dejando las negociaciones relativas al compromiso arbitral para mejor oportunidad, como tarea propia de tiempos de tranquilidad, en cuya atmósfera propicia, podrían desenvolverse con mayor facilidad.
La admisión del principio del arbitraje en el proyecto paraguayo, para resolver la cuestión de límites, significaba un paso no despreciable. El arbitraje había sido aceptado, antes del conflicto, por los dos países, en simples acuerdos de Cancillerías, caducos hoy por la guerra. Lograda la paz, restablecido el sosiego material y espiritual, podrían iniciarse las negociaciones sobre los conceptos y modalidades del compromiso arbitral, por lo menos en un ambiente distinto al actual. Pero si la guerra prosigue, el cansino del entendimiento estará erizado de obstáculos.
Hay que señalar también que Bolivia, al exigir ahora la solución del litigio de fondo, como condición para el cese de la guerra, confiesa implícitamente que recurre a la fuerza como instrumento de política, lo cual contraría la letra y el espíritu del Pacto Kellog-Briand y de la declaración panamericana del 3 de agosto de 1932.
En cuanto a las condiciones de seguridad, que el Paraguay propone, son las únicas compatibles con la situación de hecho y de derecho existente Caduco por la guerra el "statu-quo" de 1907, lo menos que el Paraguay puede ahora exigir es el retroceso de las tropas de Bolivia al otro lado de sus fronteras, allí donde estaban antes de iniciado su avance clandestino e ilegal.

2.-EL PLAN BOLIVIANO ES INACEPTABLE.

Comprobada la inconsistencia de los reparos bolivianos, cabe señalar, siquiera sea en síntesis; las objeciones que hacen inaceptables las bases propuestas por el Gobierno de La Paz.
1ª. Limita los derechos del Paraguay, sin hacer lo mismo con las pretensiones de Bolivia;
2ª. Prejuzga la cuestión, en favor de la tesis de Bolivia, definiendo el litigio como una cuestión territorial;
3ª. No establece de una manera precisa el modo de llegar al compromiso arbitral;
4ª. Busca la prolongación de la guerra, durante la tramitación constitucional del Tratado de arbitraje;
5ª. Omite el punto de la cesación de las hostilidades;
6ª. Aparta fundamentalmente el aspecto capital de las seguridades;
7ª. Excluye la posibilidad de dilucidar las responsabilidades de la guerra, y el sancionamiento del país culpable;
8ª. Sienta desde ya, el principio de la igualdad de derechos de ambos países para la ocupación del Chaco, lo que no condice ni con la situación de hecho, ni con la posición jurídica de los beligerantes.
Bolivia pretende pasar una esponja sobre los dramáticos sucesos que se han desarrollado desde hace cerca de dos años en el Chaco Boreal. Para ella nada valen ni significan los sacrificios de todo género que importa para el Paraguay la agresión de que fue objeto. Haber Bolivia determinado tanto derramamiento de sangre y destrucción de riquezas para pedir, finalmente, fracasada su empresa conquistadora, el arbitraje que siempre repudió, es sin duda, una postura muy cómoda, pero injusta.
Además, Bolivia simula ignorar que, dentro de la tesis tradicional del Paraguay, no cabe la litigiosidad del Chaco, y sí sólo la discusión sobre sus límites en el interior. Si el criterio unilateral fuera suficiente para establecer esa litigiosidad, no habría territorio que no pudiese ser litigioso. Razones nacidas de la agresión boliviana, hacen que la posición del Paraguay se acentúe ahora. Aparte de las consideraciones jurídicas, existen hoy otras que abonan la resistencia paraguaya a admitir todo procedimiento que no lleve consigo la exclusión de la Zona Hayes y de todo el litoral.
Finalmente, no hay que olvidar que de acuerdo con los términos del artículo 13 del Pacto de la Sociedad de las Naciones, las diferencias susceptibles de solución arbitral son sólo aquéllas de carácter jurídico como "la interpretación de un tratado, todo punto de Derecho Internacional, la ruptura de un compromiso internacional y la extensión o naturaleza de la reparación debida por tal ruptura".

II- LA RESPONSABILIDAD DE LA GUERRA

Contiene el Memorándum boliviano algunas apreciaciones incidentales que, por respeto a la verdad histórica y a la misma Comisión Especial de la Sociedad de las Naciones, ante la cual fueron formuladas, no debemos pasar por alto.
Expresa dicho Memorándum que "la guerra que tan sinceramente quiso evitar Bolivia se produjo como una consecuencia de los avances y agresiones del Paraguay".
Una investigación, siquiera somera, realizada por la H. Comisión Especial de la Sociedad de las Naciones, hubiera establecido la responsabilidad que cabe a Bolivia por tanta sangre derramada. Ella es indispensable para no equiparar al agresor con el agredido. El Paraguay confía en que llegará la hora de esa dilucidación.
La agresión boliviana se comprueba por el solo hecho de la presencia de fuerzas de ese país en el territorio del Chaco. La penetración, iniciada en 1905, constituía, en sí, un "casus belli". Venía a turbar la situación jurídica que amparaba la posesión y soberanía del Paraguay.
Bolivia violó la posesión paraguaya ejercida pública, tranquila y exclusivamente desde el descubrimiento de esos países, en virtud de capitulaciones, cédulas y ordenanzas de la Corona de España, y reconocida después de la independencia, por todos los países limítrofes, incluso Bolivia.
Bolivia violó la sentencia arbitral pronunciada por el Presidente de los Estados Unidos de América, M. R. Hayes, que aunque no le obligase, como ella pretende sin razón, no le autorizaba a perturbar, por el ministerio de su exclusiva voluntad, la posesión que dicho laudo reconocía como legítima y justa.
Bolivia violó, finalmente, el pacto de "statu-quo", solemnemente convenido en 1907 y cinco veces prorrogado.
La simple enunciación, por Bolivia, de pretensiones a parte o a todo el Chaco, no podía fundar el atropello a la legítima posesión paraguaya. Si se admitiese tal conducta, se autorizaría a los países a invadir territorios ajenos, con solo declararlos litigiosos.
Y así como Bolivia se colocó en el plano del agresor, con mucha anterioridad a la guerra misma, por la violación del régimen jurídico que amparaba la posesión paraguaya, así también a ella le corresponde la responsabilidad exclusiva, en la preparación y desencadenamiento del actual conflicto que no es sino la coronación de una antigua y sostenida política.
Sea permitido a la Delegación del Paraguay, al efecto de desvirtuar la calumniosa imputación que contiene el Memorándum boliviano y de restablecer la verdad, hacer referencia a algunas de las numerosas piezas de convicción de que dispone.

I - ANTECEDENTES MEDIATOS

A- LA PREPARACIÓN PSICOLÓGICA.

La guerra fue preparada psicológicamente en Bolivia, antes de iniciada la preparación material. Los gobernantes, diplomáticos, publicistas y maestros bolivianos, se empeñaron durante más de un cuarto de siglo en crear el ambiente bélico. Su resultado fue la encarnación en el pueblo boliviano de la idea de una guerra contra el Paraguay, con el pretexto de la cuestión de límites, aún no resuelta, pero con objetivos distintos bien, determinados.

a) LA GUERRA ESTUVO EN LA INTENCIÓN DE TODOS LOS GOBERNANTES BOLIVIANOS.

Fracasadas las tentativas de despojar al Paraguay de inmensos territorios, por medio de leoninos proyectos de tratado arrancados al amparo de la debilidad en que se encontraba postrado después; de la, guerra de cinco años contra la Triple Alianza, los estadistas bolivianos se entregaron a la tarea de predicar el uso de la fuerza para solucionar la cuestión de límites.
Una de las primeras manifestaciones, formuladas en ese sentido, es la del doctor Santiago Vaca Guzmán, que siendo Ministro de Bolivia en Asunción, propuso a su Gobierno en 1888, un plan de guerra consistente en:
"avanzar sin estrépito ni ostentación algunas, fuerzas militares permanentes en' las inmediaciones del cerro de San Miguel y avanzarlas paulatinamente hacia la costa situándolas en los territorios que hagan posible la ocupación estable. Avanzar sin demora desde la Colonia Creavux adelante, siguiendo las márgenes del Pilcomayo, si fuera posible hasta el paralelo 24° (donde desemboca en el río Paraguay, casi frente a Asunción). Adquirir dos cañoneras de bajo calado, capaces para remontar sin inconvenientes hasta la Bahía Negra y situarse en los puntos que convenga. Una vez adquiridos estos elementos y realizada la ocupación del interior del Chaco dictar una ley de venta de tierras desde el Pilcomayo hasta Bahía Negra, haciendo caso omiso de las enajenaciones verificadas por el Paraguay. Si la Nación tiene conciencia de su derecho, si estima su dignidad y si se considera, con fuerza y virilidad para defender lo que le corresponde contra las usurpaciones de un Estado débil, impotente y despoblado, le será forzoso adoptar las medidas que indico; si le falta ese valor moral, tendrá que resignarse a sancionar esas usurpaciones y verse burlada por la última de las naciones sudamericanas".
El pensamiento guerrero de los gobernantes bolivianos, fue desarrollándose con vigor. Acerca de ésta política, ilustra con claridad la correspondencia cambiada entre el Ministro de Relaciones Exteriores, D. Claudio Pinilla, y el Presidente D. Ismael Montes, con D. Emeterio Cano, en ocasión de ofrecerse a este hombre público la Plenipotencia en Asunción. Era en 1905, año en que Bolivia comenzó a poner en ejecución su plan de invasión armada.
El 11 de abril de ese año, D. Claudio Pinilla decía al señor Cano, que el Gobierno
"en su empeño de resguardar esos mismos intereses nacionales, creando y adelantando nuestros títulos de ocupación en los planicies del Chaco está preparando una expedición en Tarija a las órdenes del Prefecto de ese Departamento, destinada a remover las actuales colonias y fortines y situarlas en lugares más avanzados y convenientes, para amparar el esfuerzo de nuestros industriales que se han adelantado en la meritoria conquista del desierto. Posible que esas medidas despierten los celos del Gobierno de Asunción y lo decidan a avanzar también su ocupación hacia el interior del territorio disputado. La actitud de retraimiento que hemos guardado con ese Gobierno ha exagerado su natural suspicacia y desconfianza, haciéndole entrever un plan agresivo y belicoso de nuestra parte, plan que ha estado siempre en la mente de todos los estadistas bolivianos, pero cuya ejecución requiere elementos de vialidad y recursos que puedan hacerlo eficaz….."
El 25 de abril, el mismo Ministro Pinilla explicaba al Sr. Cano que las dificultades internacionales con Brasil y Chile y las de llegar al terrero de la contienda, habían impedido el desenvolvimiento del "programa del patriotismo herido", pero que,
"despejadas aquellas dificultades internacionales, el señor Presidente creía llegada la oportunidad de encarar el conflicto con la perseverancia y la energía que requieren los grandes intereses comprometidos. En ese concepto, el primer paso es la expedición al Chaco, de que le he hablado en mi anterior, el próximo será la apertura de un buen camino que desde Lagunillas vaya por Curumbay y el cerro S. Miguel en demanda de Puerto Pacheco".
Agregaba el Sr. Pinilla, que la obra,
"ha de requerir uno o dos años de trabajo, durante los cuales, a la par que el país vaya desenvolviéndose económica e industrialmente, el Gobierno espera adelantar su preparación militar para actuar con toda eficacia en el momento preciso".
El 6 de junio del mismo año, el propio Presidente de la República, Coronel D. Ismael Montes le confirmaba al Sr. Cano el programa enunciado por su Canciller. En carta de esa fecha, rubricada también por el Sr. Pinilla decía:
"El Gobierno de Bolivia tiene el propósito sincero de solucionar ese asunto, y a ese fin, como se ha dicho más arriba, se halla dispuesto a concurrir con toda clase de sacrificios, incluso el recurso supremo de las armas, si la obcecación y la injusticia paraguaya se obstinaran en desconocer nuestros legítimos derechos. No necesito recordar al Sr. Dr. Cano que la apelación al extremo doloroso de la fuerza en pro de los capitales intereses de la República, es un tema ya estudiado por la Cancillería nacional cuando ella estuvo bajo su ilustrada dirección y que las objeciones y reparos que entonces se opusieron a la idea, subsisten hasta hoy en parte, necesitándose de tiempo y perseverancia para eliminarlos. El Gobierno va a consagrar todo su esfuerzo para modificar esa desfavorable situación, empleando una labor sostenida, fiado en el patriotismo y decisión del pueblo y de sus representantes en el Congreso".


b) BOLIVIA: FIRMÓ EL PROTOCOLO SOLER-PINILLA PARA DISFRAZAR, SU PENETRACION ARMADA.

 Decía el Canciller Pinilla a Cano, que su tarea,
"no ha de ser la de buscar a todo trance y a cualquier forma un nuevo Tratado de Límites; sino la de perseguir de un modo paciente y firme una solución que consulte el interés nacional; la de tranquilizar las suspicacias paraguayas y la de informarnos con todo el interés de su patriotismo, respecto de las fuerzas, propósitos y condiciones de aquel país..."
El Presidente Montes, por su parte, instruía a Cano,
"que el curso de las gestiones de nuestra Legación en el Paraguay no tiene por qué precipitarse" y que "en cuanto a las expediciones y trabajos de caminos que se van a emprender del lado de Tarija, así como desde Santa Cruz hacia los ríos Pilcomayo y Paraguay, el Plenipotenciario boliviano si fuese interpelado en cualquier ocasión procurará caracterizarlos como medidas administrativas, tendientes a satisfacer las inaplazables necesidades de los vecindarios bolivianos del Sud y del Oriente de nuestra República".
No se hacía sino desarrollar el consejo de Vaca Guzmán que insinuaba en 1888, "avanzar sin estrépito ni ostentación".
Dentro de ese propósito de ocultación de los planes bélicos bolivianos, para cuyo éxito era indispensable llegar al río Paraguay sin que el Paraguay se apercibiera, se firmó en 1907 el Protocolo Soler-Pinilla. Nada de extraño es que bajo la administración del mismo Presidente Montes, y con la firma del señor Pinilla, signatario también de las cartas al Señor Cano extractadas más arriba, Bolivia se hubiera comprometido a detener sus avances en el Chaco. Responda la suscripción del Pacto al plan, general esbozado por ambos estadistas, y es así cómo la historia del pacto Soler-Pinilla no es sino la historia de sus violaciones por parte de Bolivia, y de la sistemática ocultación de ellas.
El Paraguay, fiado en la palabra de Bolivia empeñada en tan solemne documento, muy tarde se dio cuenta de que ese país había traspasado no sólo las líneas fijadas para su ocupación, sino también la zona neutral y los límites de la ocupación paraguaya, ingresando en el territorio laudado por el Presidente Hayes.
La violación del Pacto Soler-Pinilla, que comportaba un verdadero tratado de no agresión y desmilitarización, constituía un "casus belli". Pero el Paraguay que, desde ese momento, podía ejercitar su derecho de legítima defensa, prefirió recurrir a los arbitrios de paz y conciliación. Propuso en las Conferencias de Buenos Aires el sometimiento del asunto al estudio y decisión de la Corte Suprema de la República Argentina. Bolivia que, en un principio se negó a considerar siquiera la situación creada por sus avances, rechazó de plano la proposición paraguaya.
Bolivia alego que e1 “statu-quo" era de posiciones y no de líneas. La excepción no la redime. En 1907 sus posiciones más avanzadas eran los fortines Guachalla y Ballivián, situados en la orilla izquierda del Pilcomayo, al oeste del Meridiano 62º. Ese mismo año, firmado ya el compromiso de no avanzar clavaba dos fortines más, Linares y Esteros. En 1913 decía don David Alvéstegui:
"El avance callado y lento, pero seguro, no ha cesado un sólo `instante; y si en el corto tiempo de dos años, de 1905 a 1907 hemos logrado asentar la soberanía real y efectiva desde los 21° hasta los 24°, se presume que será mucho más corto el tiempo necesario para llegar a los 25º y pocos minutos, es decir hasta la confluencia del Pilcomayo".

c) LOS POLÍTICOS Y PUBLICISTAS PREPARARON EL AMBIENTE POPULAR.

Como quiera que el plan gubernamental, desarrollado en medio de la mayor clandestinidad, requería el apoyo popular, los publicistas y políticos de mayor ascendiente se dedicaron a insuflar en el alma colectiva ideales de conquista.
D. Bautista Saavedra, que llegó a ocupar la Presidencia de la República y actual jefe del Partido Republicano Socialista, escribe en 1908
"El acceso a la margen occidental del Paraguay debe ser el resultado de un plan graduado, progresivo y seguro de apropiación del Chaco, de su incorporación al territorio boliviano.
La ruta natural y sencilla para dominar el Chaco es la del Pilcomayo. Háse iniciado con éxito la ocupación de la orilla izquierda de Este río, hasta el fortín Guachalla (22° 27’ Lat. Sud). Las últimas expediciones promovidas por el Presidente Montes antes de pactarse el statu-quo, llegaron a Tronquitos y el Paso de las Gallinas, este último situado a los 23° Lat. Sud.,     Y si sin estrépito hemos llegado a este paralelo, nada impedirá avanzar hasta los 24º. Estas posiciones y la ocupación de Puerto Pacheco con 1.000 hombres obligarán al Paraguay a concluir un Tratado, que nos sea ventajoso. Serán acaso necesarios muchos años y no pocos sacrificios para llegar a este resultado, pero las grandes soluciones no se saborean con el solo deseo y buenas intenciones. Las empresas heroicas realzan a los hombres y a los pueblos. No es probable que el Paraguay quiera disputarnos esas posiciones guerreando con nosotros. Sus condiciones financieras lejos están de llamarse prósperas y su situación económica no es nada favorable para lanzarse en aventuras bélicas o costosas expediciones militares. La acción ofensiva del Paraguay nunca podrá perjudicarnos mayormente”
El señor Saavedra, después de encarecer las ventajas de "este procedimiento de apropiación silenciosa de aquellos lejanos territorios", terminaba con estas palabras:
"Se objetará acaso, que este "plan de penetración pacífica" al Chaco traerá el choque con la República vecina.Ello no debe ser un temor que nos retraiga de nuestros empeños. En los instantes actuales, no obstante los himnos a la paz y al arbitraje obligatorio, la única situación inequívoca de las naciones es la fuerza. La fuerza es el exponente de la potencialidad de los pueblos. Solo los débiles creen en el derecho que en definitiva, no es sino la conveniencia de cada país".
El plan de apropiación del Chaco paraguayo continuó, pese a las protestas de fidelidad al pacto de "statu-quo", a cada rato reiteradas por el Gobierno boliviano. El señor Saavedra, consecuente con sus ideas, cuando desempeñó el Gobierno de Bolivia, dio gran impulso a esa penetración.
En 1913, D. David Alvéstegui, actual Ministro de Bolivia en el Brasil y ex-Delegado de su país en la VII Conferencia Panamericana y ante la H. Comisión Especial de la Sociedad de las Naciones, decía que "el avance, callado y lento, pero seguro, no ha cesado un sólo instante". Citaba los fortines y poblaciones que hasta ese año habían sido fundados, y terminaba:
"Tanto los fortines, como las poblaciones mencionadas, así como también las numerosas misiones franciscanas, se hallan "unidos entre sí por numerosos buenos caminos, que haciendo rápidas y fáciles las comunicaciones, las ponen también en la ventajosa situación de auxiliarse mutuamente en caso de cualquier agresión. Si a esto se añade el poderoso contingente militar que hace la guarnición en el Chaco, y que aumenta anualmente, podemos afirmar, sin temor de equivocarnos, que la soberanía boliviana en el territorio que pretende disputarnos el Paraguay, ha llegado, por fin, a ser una hermosa realidad. Es cuestión de tiempo, construyamos caminos en el Chaco, edifiquemos fortines dotados de suficiente guarnición, en suma bolivianicemos el Chaco, que el tiempo así aprovechado nos dará el resultado que buscamos, con éxito superior al de los manejos diplomáticos. El Chaco será así definitivamente nuestro".
Cabe señalar que en el pensamiento de estos dos hombres públicos se trataba de una obra de apropiación del Chaco, de su incorporación al territorio boliviano, en suma, de la bolivianización de un territorio que se sabía ajeno.

d) FORMACIÓN DEL ESPIRITU GUERRERISTA EN LAS ESCUELAS. 

El Ministro de Instrucción Pública y Agricultura de la República de Bolivia se refería, en su memoria del año 1924, a la "actual militarización escolar" y recalcaba su éxito que "sobrepasaba a toda previsión",
Para tener idea de la clase de enseñanza espiritual que se ofrecía a la niñez boliviana, basta reproducir algunos párrafos de los libros de lectura que están en uso en sus escuelas.
En "El Niño Boliviano", Silabario por Enrique y Abel Coronel se lee:
"Bolivia es un país grande y rico. Tiene minerales, vegetales y animales de mucho valor. Esto da envidia a nuestros vecinos y desean quitárnoslo. Ya nos han quitado algo; pero muy luego rescataremos. Este es mi deseo y por esto procuraré ser grande, fuerte e ilustrado". (Pág. 69).
En "Nuestra Tierra", Libro de Lectura para Tercer Grado de Instrucción Primaria, por Alfredo y Heriberto Guillén Pinto, se encuentra el siguiente capítulo sobre "El Puerto"
"Es el más caro para el alma boliviana. Hace falta consagrarle un culto ferviente, no sólo en las escuelas, sino en las instituciones superiores, en los cuarteles y asociaciones de todo género. El ideal del puerto ha sido hasta ayer una especie de numen de nuestras letras y una bandera de combate para nuestra política. Mas hoy, aunque continúa como una esperanza remota, el pensamiento nacional es ya uno solo y el alma nacional está impregnada de él. Y más tarde? Más tarde no podremos vivir de quimeras, porque la necesidad se hará inaplazable y nuestro apóstrofe a la civilización y a la concordia internacional tendrá que ser un gritó de borrasca que o nos agote para siempre o nos abre el camino del mundo. Es necesario que los hombres se preparen para esos nuevos hechos, cultivando dentro de cada uno este supremo ideal boliviano. Para entonces, y por siempre, nuestra armas estarán ennoblecidas por el Derecho". (Pág. 167)
En "Bolivia" Libro de Lectura para Segundo Grado, por Víctor Cabrera Lozada, se lee:   
"Mi Patria. Es Bolivia. Nación poderosa y grande, cuyo porvenir será más dichoso. No importa que algunos de sus vecinos, ansiosos de codicia, la hayan desgarrado en momentos de desgracia y de miseria. Ya habrá tiempo de vengar tanta vileza. Desde luego, contemplo los territorios perdidos que se hallan enlutados en este mapa, y juro, como niño boliviano, ser estudioso para honrarla; fuerte y valiente para procurar la reintegración de Bolivia; y cuando alguien o alguna Nación trate nuevamente de hollar mi patria estaré listo, siempre listo, para derramar la última gota de mi sangre por su integridad e independencia. Qué hermoso y que honor morir por la Patria: No olvidare jamás que Antofagasta, Mejillones, El Acre, El Chaco y otros territorios se hallan en poder de nuestros enemigos y que más tarde, cuando hagamos de nuestra Patria una Nación fuerte, castigaremos a los usurpadores de nuestra heredad…”
En la página 33 del Silabario “El Niño Boliviano", ya citado, debajo de un grabado que representa un aeroplano, los niños bolivianos leían lo que se reproduce a continuación:
"Este aeroplano es de Bolivia. Está volando sobre Viacha. El aviador puede aniquilar en un instante muchos enemigos. Bolivia tiene muchos enemigos; por esto, debe tener muchos aviadores. Yo soy boliviano y seré aviador. ¡Qué espléndido es ser aviador!”

 e) EL ESPÍRITU GUERRERÍSTA EN LAS UNIVERSIDADES.

No solamente, las escuelas primarias recibían la inspiración belicosa. En los colegios secundarios y en las universidades, la juventud boliviana aprendía a considerar la guerra como un mal necesario y aún deseable.     En unas Notas para los alumnos del Curso de Economía Política de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Paz, por el Profesor José E. Rivera, 1926, está escrito:
"Ya no es suficiente explicarse la génesis de los conflictos por simples vesanias de algunos dirigentes o las torpezas diplomáticas de este o aquel mal funcionario, sino que es preciso considerarlas como un fenómeno natural de las sociedades, “que buscan su centro de gravitación histórico y económico unas, y otras, la defensa del que ya tenían conquistado con iguales procedimientos que las primeras". Otro criterio sería superficial y conduce a las ilusiones más peligrosas. Una apreciación de las experiencias más recientes induce pues a concluir que el pacifismo es aún una doctrina inactual. En todos los escenarios continentales, por modestos y atrasados que fueren es innegable que hay naciones que luchan por hegemonías, y -lo que es más y nos incumbe, -qué hay naciones que tienen que defender su existencia y reintegrar derechos legítimos". (Pág. 2).
Esta enseñanza encontraba amplio eco en los órganos de la juventud y de la intelectualidad. Numerosas expresiones escritas de ese espíritu pueden reproducirse. Nos basta recordar lo que aparecía en "juventud", Órgano de la Juventud Católica Boliviana, en su edición del 2 de enero de 1928:
"El imperialismo y el derecho del más fuerte seguirá primando en el orbe, la historia nos confirma. La guerra es una calamidad necesaria, despierta a los pueblos de su letargo y existirá mientras el mundo sea mundo. La paz perpetua es un sueño, y ni siquiera un hermoso sueño. La guerra es un elemento del orden del mundo. En ella se desarrollan las más nobles virtudes del hombre: el valor y la abnegación; la fidelidad al deber y el espíritu de sacrificio. El soldado da la vida. Sin la guerra el mundo se corrompería y se perdería en el materialismo, al decir de Von Moltke".
Y en punto a la cuestión con el Paraguay, que motivaba esos comentarios, decía que el Gobierno boliviano debía tomar
"una actitud enérgica y decisiva para defender el patrimonio nacional; pues así lo determina su superioridad económica, política y militar".

f) OTRO FACTOR DE LA GUERRA.

Bolivia ponderó mal las dificultades de su empresa, y en ello reside otro de los factores de la guerra. No estimaba como obstáculos sino aquellos emergentes de la distancia. Le sabia poco menos que inerme al Paraguay, pero no comprendió que este país, agredido y con la perfecta conciencia de sus derechos, era capaz de tenderse en un gran esfuerzo, llamando a sí hasta los más recónditos valores de su ser.
"Un Estado débil, impotente y despoblado", decía Vaca Guzmán, al referirse al Paraguay.
"La acción ofensiva del Paraguay nunca podrá perjudicarnos", afirmaba Saavedra en 1908.
Don Daniel Salamanca hablaba en sus discursos del "pequeño país" y de "la más miserable de las republiquetas sudamericanas".
Y toda la soberbia boliviana trasuntada en las palabras de sus gobernantes, contribuyó a la guerra.

B- LA PREPARACIÓN MATERIAL DE LA GUERRA.

A hacer desaparecer los obstáculos materiales que se oponían a sus planes de conquista, se dirigieron los esfuerzos de los gobernantes bolivianos, durante más de veinticinco años.

a) LA ORGANIZACIÓN DEL EJÉRCITO.

Implantado el servicio militar obligatorio y contratadas varias misiones militares extranjeras, los recursos del país y los adquiridos en el exterior, se aplicaron en gran parte, a la obra del perfeccionamiento del ejército boliviano. La militarización boliviana fue un hecho innegable. Bolivia llegó a ufanarse de contar con "el mejor ejército de Sudamérica".
El Ejército proscribió el pacifismo de Bolivia, como doctrina peligrosa. En 1930, el Jefe del Estado Mayor General, señalaba al pacifismo entre "las potencias peligrosas que amenazan al país".
En esa misma ocasión hablaba el más alto jefe del ejército boliviano de “la nación más pequeña e insignificante de sudamérica” (Manifiesto dirigido al Ejercito el 13 de mayo de 1930)

b) LAS ADQUICISIONES MILITARES.

“Bolivia posee todo lo que existe en la actualidad de más moderno en cuanto se refiere a la maquinaria destructiva y bélica", señalaba en 1932 el ex Ministro de Estado de Gran Bretaña, Mr. Thomas Johnston, en la Revista “Forward” de Glasgow.
Efectivamente, ninguna nación sudamericana llego a poseer Jamás un "stock" de armamentos modernos, mayor o igual. "Lo suficiente para armar a todas las naciones sudamericanas", comentaba uno de los más importantes diarios de Chile.
Solamente el contrato de la Casa Vickers importo 3.000.000 ₤

c) LOS FORTINES Y LOS CAMINOS.

Negada, en un principio, la violación del "statu quo" pactado en 1907, llegó un momento en que el avance boliviano fue tan franco y ostensible; que se hizo imposible su ocultación. La fundación de fortines y construcción de caminos estratégicos, incrementaronse sobre todo, durante los disturbios civiles que ensangrentaron el Paraguay los años 1922 y 1923, y se volvieron más audaces cuando las adquisiciones militares bolivianas en el extranjero quedaron completadas. La ocupación clandestina no cesó ni siquiera cuando el desarrollo de las Conferencias de Buenos Aires de 1927 y 1928 y las de Washington de 1929 y 1932. Precisamente, mientras se discutía en la capital de los Estados Unidos un pacto de no agresión, Bolivia establecía catorce nuevos fortines, y, finalmente, atacaba y conquistaba el fortín paraguayo Carlos Antonio López, origen inmediato de la actual guerra.
El diario de guerra del Capitán boliviano Hoyós, es un documento que proporciona datos interesantes sobre la penetración armada de Bolivia en el Chaco paraguayo.

d) LOS EMPRÉSTITOS.

Bolivia, país de recursos limitados, pudo llevar a ejecución su plan militar, gracias, en gran parte, a los genero sos empréstitos contratados en el extranjero. Los préstamos, desde 1920 y 1929, acordados por Stifel Nicolau C, Spencer Trask C, Bank Cyn Mills C, Dillon Read y C; etc.:, sumaron a 60 millones de dólares, que fueron destinados, en buena parte, a la adquisición de armamentos y construcción de obras publicas estratégicas o de utilidad militar, Una investigación realizada por el Senado de los Estados Unidos de América comprobó que del Empréstito con la Casa Dillon Read, se destinaron 5 millones de dólares, al pago de una deuda anterior, por compra de armas, a la Casa Vickers.
Son conocidas las condiciones en que fueron estipulados los empréstitos. La república de Bolivia consintió la intervención por comisionados extranjeros, de sus aduanas y Bancos de Estado. El servicio de los intereses y amortización, embebía ya cerca del setenta por ciento de todas las entradas fiscales, cuando Bolivia se declaró en mora.
Pero la mora se produjo cuando el enorme material bélico adquirido, estaba ya dentro del territorio boliviano.


C- LA PREPARACIÓN DIPLOMÁTICA DE LA GUERRA.

Decidida a llevar la guerra al Paraguay, la República de Bolivia buscó la forma de cohonestar la situación en que su conducta le iba a colocar ante la conciencia del mundo.

a) BOLIVIA DESCONOCE SOLEMNES ACTOS JURÍDICOS INTERNACIONALES.

Había, sobre todo, dos grandes obstáculos para la libre acción boliviana, en el terreno jurídico: el Pacto Soler-Pinilla y el Fallo Hayes.
El primero impedía a Bolivia avanzar más allá del meridiano 62; el segundo sellaba la legalidad de la jurisdicción paraguaya en el Chaco.
De allí que el esfuerzo de la diplomacia boliviana se dirigiera, paralelamente con la preparación militar, al objeto de destruir esas dos defensas de la posesión paraguaya.
Negando la existencia legal del "statu-quo" Bolivia creía poder consolidar sus avances.
Mediante la negación de la eficacia del Fallo Hayes Bolivia buscaba impedir que su ocupación militar de parte del triángulo territorial situado entre los ríos Verde, Pilcomayo y Paraguay, tuviese los caracteres de gravedad que de otro modo asumía.
Pero como no bastaba la dialéctica boliviana para negar validez a la firma puesta varias veces debajo del mismo compromiso, ni para desnudar de valor jurídico a una sentencia solemne pronunciada, por una de las más altas autoridades del mundo, la violación de las líneas del "statu-quo", y la penetración en la Zona Hayes, constituyen por sí solas, las más patentes pruebas de la culpabilidad boliviana en la presente guerra.
Cualquiera sea la interpretación que se asigne al "statu-quo" de 1907, era notorio que los fortines bolivianos se establecieron en un territorio que el Laudo del Presidente Americano declaró de justa y legal pertenencia del Paraguay.
Dicho territorio se encontraba bajo la jurisdicción y soberanía del Paraguay, "ejercida tranquilamente en virtud de una sentencia internacional.
Sin necesidad de entrar a estudiar si el Fallo Hayes constituyó para Bolivia cosa juzgada, es evidente que este país no tenía derecho de turbar una posesión, que aparte de ser inmemorial y pública y de estar fundada en títulos irrefutables, había sido reconocida cómo legítima, por un fallo arbitral.
Ni aún cuando se considerara la posesión paraguaya reconocida por el Fallo Hayes, como un mero estado de hecho, Bolivia debía alterarla por ministerio de su exclusiva voluntad.
El hecho, en sí de la penetración de Bolivia en la Zona Hayes es la más patente comprobación de la culpabilidad de ese país. Su empeño en desconocer la eficacia del fallo, evidencia la conciencia de esa culpabilidad.

b) BOLIVIA SE OPONE AL RESTABLECIMIENTO O ESCLARECIMIENTO DEL "STATU-QUO".

La penetración boliviana en las zonas que le estaban vedadas dentro del pacto de "statu-quo" y la invasión de la zona Hayes equivalían a la guerra. El Paraguay, sin embargo, fió en que Bolivia confesaría, al fin, esas violaciones y su disposición de dejarlas sin efecto ulterior. En las Conferencias de Buenos Aires propuso que Bolivia procediese a levantar sus fortines o posiciones militares, cuya fundación o establecimiento fuera posterior a 1907, comprometiéndose el Paraguay, por su parte, a hacer lo mismo con respecto a los suyos que hubiesen sido fundados después de dicho año. Bolivia se negó rotundamente a aceptar esta proposición, diciendo, por conducto de su representante "que el Paraguay no la había vencido ni militar ní diplomáticamente".
Bolivia se negó, asimismo, a aceptar la proposición argentina de desmilitarización de los fortines contiguos o el retiro de los mismos a 50 kilómetros de sus bases.
Igual suerte corrió la proposición paraguaya de someter el punto de las violaciones del "statu-quo", a la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la República Argentina.
Cualquiera de estas sugestiones, a ser aceptadas por Bolivia, hubiera restablecido la situación jurídica existente en el Chaco a la fecha del Protocolo Soler-Pinilla, o por lo menos, hubiera alejado el peligro de colisiones e incidentes propicios a la guerra. 
Bolivia, al oponerse al restablecimiento del régimen de seguridad, o a la creación de nuevas bases de garantía mutua, descubría sus propósitos de agresión.

c) EN 1928 BOLIVIA NO HABÍA COMPLETADO SU PREPARACIÓN.

El doctor Tomás Elío, ex-Ministro de Relaciones, en una conferencia dada en Oruro, en setiembre de 1929, explicaba que Bolivia no tomó, a fines de 1928, el camino decidido de la guerra, por las cuatro siguientes "razones primordiales":
"Por la falta de una eficiente preparación diplomática, por la carestía de armamentos que o estaban en tránsito o aún en las fábricas de Inglaterra de las que el Gobierno Nacional había adquirido. Por la falta de caminos de penetración al teatro del suceso y la zona que habría sido la escena de la guerra y finalmente por la imposibilidad de acceso a Santa Cruz y Puerto Suarez".
Cabe mencionar, en este lugar, las declaraciones de la Cancillería de Chile al Gobierno de Bolivia, en la oportunidad recordada par el señor Elio, entonces Ministro de Relaciones Exteriores, en respuesta a una consulta sobre la actitud que Bolivia debía sumir:
"1. Chile deplora profundamente qué esta consulta no hubiera sido formulada antes de los últimos ataques dé fuerzas bolivianas a fortines paraguayos;
2. Chile estima que las Naciones Sudamericanas están en el deber de no perturbar la paz continental, y, por consiguiente Bolivia debe buscar dentro de los numerosos medios pacíficos que están a su alcance, desde el mismo día que se produjo el primer incidente de frontera, un término honroso y justiciero de la grave situación creada;
3. Chile mira con vivo sentimiento la actitud de Bolivia hacia la guerra y de acuerdo con su política de conciliación internacional, le sugiere sinceramente escoger uno de esos medios pacíficos suspendiendo, desde luego, toda clase de operaciones militares.
4. Chile invita amistosamente a Bolivia a meditar sobre las desastrosas consecuencias de una guerra. (Nota del 16 de diciembre de 1928).

d) LA COARTADA DEL PACTO DE NO AGRESIÓN.

Cuando los planes de guerra estuvieron suficientemente madurados y los obstáculos se estimaran salvados, el Gobierno de Bolivia, siguiendo su tortuosa política, propuso un Pacto de No Agresión.
La intención de la coartada era  evidente. Decidida la guerra, creía Bolivia que la responsabilidad no podría achacarse a un país que, en vísperas de aquella había pedido la firma de Un Tratado de No Agresión.
Olvidaba Bolivia que, desde 1907, estaba vigente un sistema de seguridad que, a ser respetado por ella, hubiera desvanecido, para siempre, toda posibilidad de conflicto.
Bolivia, con su inicíativa, al propio tiempo de buscar una excusa a sus nuevas agresiones, se proponía legalizar sus avances presentes y futuros.
D. Enrique Finot, que representó a su país en las Conferencias de Washington, opinaba que el convenio por negociarse, "no podría ser un Pacto de reducción de armamentos, ni un "statu-quo" territorial "que inhabilite a Bolivia a seguir avanzando". Hacía, en ese plano de ideas, la siguiente sugestión:
"Convendría que las partes quedaran habilitadas para avanzar, como hasta ahora lo han hecho, allí donde no existen signos visibles de la ocupación del adversario, ya que estas ocupaciones no darían derecho alguno capaz de ser alegado ante un tribunal jurídico".
En este espíritu, se inspiró el proyecto que presentó el Gobierno boliviano. Por él, Bolivia no se comprometería sino a "no llevar acabo ataque alguno armado ni invasión de tropas sobre las posiciones efectivas de la otra parte", dejando, por tanto, abiertas las puertas a "nuevos avances militares.
El proyecto boliviano de Pacto de No Agresión es, en el fondo, un testimonio de la culpabilidad de ese país.

II-ANTECEDENTES INMEDIATOS 

Estudiados algunos de los factores que fueron anudándose paulatinamente durante más de un cuarto de siglo para hacer inevitable, por voluntad de Bolivia, el conflicto armado cabe referirse ahora a los antecedentes inmediatos.

A- LA ASCENCIÓN DEL DOCTOR SALAMANCA AL PODER.

Cuando, a raíz del movimiento revolucionario que derrocó al Presidente Siles, en elecciones populares resultó ungido Presidente de Bolivia, el doctor Daniel Salamanca, la América entera comprendió que la hora de la guerra con el Paraguay, tan largamente preparada, estaba por sonar.
En efecto, el doctor Salamanca, ardoroso tribuno de la oposición, hizo su plataforma política predicando el odió y la guerra contra el Paraguay. De él es la frase "pisar fuerte en el Chaco” que repetía como estribillo en todos sus discursos y artículos políticos. Ningún Gobierno era, en el concepto del doctor Salamanca, suficientemente intransigente con el Paraguay. Ningún Gobierno se atrevía a sacar provecho de la enorme superioridad militar de Bolivia sobre el Paraguay, "la más miserable de las republiquetas de Sudamérica". Para Salamanca, la salvación de Bolivia estribaba en la guerra para la conquista del Chaco, no por el hecho de la conquista misma, sino por las consecuencias morales que "una victoria reportaría al pueblo boliviano.
Decía el doctor Salamanca en 1927:
"El Paraguay es un pequeño país que abusa ahora de nuestra casi imposibilidad de llegar al Chaco con nuestras fuerzas, con nuestro poderío militar. Lo que debe hacer Bolivia para discutir la cuestión de límites con el Paraguay, es presentarse en el Chaco, y, por si acaso, sobre el mismo río Paraguay, es decir, presentarse allí con posibilidades de trasladar esas fuerzas en caso de conflicto. Después de hacer esto, a costa de cualquier esfuerzo, llegaría recién la oportunidad de proponer al Paraguay  un tratado de límites. Estimo que entonces el Paraguay se mostraría más tratable. Yo me permitiría indicar que los 14 millones de dólares del último empréstito se dediquen íntegramente a la penetración del Chaco, para convertirlo en un punto de indiscutible posesión boliviana. Juzgo que todo debe sacrificarse a la ley rigurosa de la necesidad y en aras de la patria".
Después de los sucesos de 1928, pronunció el doctor Salamanca en la Cámara de Diputados, estas palabras:
"Hemos perdido la única oportunidad de imponer un dominio, que es exclusivamente nuestro, sobre el chaco; oportunidad que nunca más volverá a presentarse porque no es discutiendo nuestro derecho cómo hemos de recobrarlo. Se dice que no hay caminos para ir al Chaco y que nuestras fuerzas tardarían seis meses en llegar allí; eso significa simplemente que para llegar a tiempo, habrá que salir seis meses antes y el obstáculo se habrá vencido"
Pero donde se transparenta el afán guerrero que animaba al doctor Salamanca, es en las siguientes frases de su cosecha:
"Bolivia tiene una historia de desastres internacionales que debemos contrarrestar con una guerra victoriosa, para que el carácter boliviano no se haga de día en día más y más pesimista.          Así como los hombres que han pecado deben ser sometidos a la prueba del fuego para salvar sus almas en la vida eterna, los países como el nuestro que han cometido errores de política interna y externa, debemos y necesitamos someternos a la prueba del fuego, que no puede ser otra que el conflicto con el Paraguay. Por un lado, es el único país al que podemos atacar con seguridades de victoria, lo que fortalecería nuestro débil sentimiento patrio, y por otro lado, la guerra exterior haría desaparecer las fronteras partidistas, indispensable acontecimiento para terminar con la vergonzosa cadena de revoluciones caudillistas, que nuestro país muestra en su historia".
¿Cómo poder interpretar de dos modos el significado de la ascensión al poder, del estadista que pronunció estas terribles palabras?


B- LOS PREPARATIVOS FINALES.

Provocada, por fútiles motivos, la ruptura de relaciones, en julio de 1931, se iniciaron, de inmediato, los grandes preparativos militares para la acción bélica. De la realidad de esa actividad, tenemos constancia por sus ecos en la prensa limítrofe, y en las Cancillerías americanas, donde los ostensibles movimientos militares bolivianos, causaron honda aprehensión e inquietud, traducidas en gestiones activas que no obtuvieron, por cierto, el propósito perseguido de alejar la guerra.


a) LA INQUIETUD DIPLOMÁTICA.

El 24 de julio de 1931, la Legación del Paraguay en Chile informaba al pormenor acerca de los preparativos bolivianos. Comunicaba que Bolivia estaba desde entonces movilizada.
El 29 de setiembre, la Cancillería chilena, por intermedio de su Embajada en Washington, expresó al Departamento de Estado su preocupación por la grave situación existente en el Chaco.
El 15 de diciembre, el Embajador norteamericano informaba al Ministro paraguayo en Santiago que la Delegación boliviana destacada para las Conferencias de Washington, llevaba instrucciones de no escribir ningún pacto y de tratar de engañar, ganando tiempo. Agregaba el Embajador que Bolivia preparaba resueltamente un fuerte ataque en el curso del mes de marzo, para provocar una grave situación y llegar a la guerra.
El 16 de marzo de 1932 la Legación del Paraguay en Buenos Aires transmitía la información de que los bolivianos preparaban una acción en el Chaco, para el mes de agosto. La misma Legación transmitía informes sobre los preparativos bolivianos.
El 14 de abril del mismo año, se reunieron en la Cancillería chilena los Embajadores de Argentina, Brasil y Estados Unidos y el Canciller de Chile, con el propósito de deliberar sobre la forma concreta de evitar la lucha armada.
El 5 de abril el Perú preguntó al Gobierno de Chile cual sería la actitud de ese país en caso de una agresión boliviana.
En la misma fecha, la Legación paraguaya en Santiago trasmitía la información extraoficial de que Bolivia estaba movilizando sus tropas con el propósito de atacar.
El 7 de abril la Legación del Paraguay en Buenos Aires comunicaba la intranquilidad reinante en los círculos diplomáticos de la Argentina. Informaba igualmente, que el Canciller argentino había solicitado la cooperación del Brasil para hacer saber directamente al Presidente Salamanca la preocupación que despertaban las noticias confirmadas sobre concentración de fuerzas y acumulación de material bélico en el Chaco.
La Cancillería, del Brasil, por su parte, según esa información, se había anticipado a llamar la atención al Presidente Salamanca sobre la gravedad de las noticias relativas a las concentraciones militares bolivianas en el Chaco.
El 10 de abril los representantes de Estados Unidos, México, Colombia, Cuba y Uruguay, que formaban la Comisión de Neutrales, se reunieron en Washington y resolvieron expresar "la gran preocupación que tienen por los preparativos militares que se están haciendo en la zona del Chaco".
Es de advertir que el Gobierno de Bolivia en ningún momento negó la existencia de movimientos militares en el Chaco. Se limitó a calificarlos como simples relevamientos ele tropas.

b) LA INQUIETUD PERIODÍSTICA.

Concordantemente con esta actividad diplomática, la premisa americana reflejaba los recelos que en la opinión pública suscitaban los preparativos bélicos de Bolivia. Con rara unanimidad, los principales órganos de publicidad destacaban la amenaza que para la paz de América, significaba la actitud provocativa de Bolivia.
Entre todos esos testimonios debe señalarse el del diario “El Intransigente”, que aparece en la ciudad argentina de Salta, cuya proximidad a la frontera boliviana, le ponía en excepcionales condiciones para observar la conducta militar del país vecino.
Día a día,  "El Intransigente" fue publicando datos y noticias precisas y concretas, sobre las traslaciones de tropas y material bélico a los fortines del Chaco.
El enviado especial de ese diario, recogió de labios de un alto jefe boliviano la declaración de que “es casi un hecho que en junio a más tardar esa situación la resolverá   definitivamente mi Gobierno”. (Correspondencia publicada el 17 de abril de 1932).
En correspondencia del 20 de abril, el enviado especial del aludido diario informaba desde Yacuiba que Bolivia ya tenía concentrados de siete a ocho mil hombres, siendo su propósito dirigir la ofensiva en dirección a la capital del Paraguay.
El 19 de mayo " El Intransigente" publicaba nuevos datos concretos sobre el paso de tropas y escuadrillas de aviones, así como sobre instalación de hospitales de sangre.
El 20 de mayo, el mismo diario, al par de divulgar los últimos movimientos militares reproducía la afirmación de un caballero boliviano, a su corresponsal en manuela Pedraza: “Con fundamentos pienso que el movimiento se producirá a mediados del mes entrante a más tardar”.

C- CONSUMACIÓN DE LA GUERRA.

Efectivamente, el 15 de junio de 1932, las fuerzas bolivianas atacaron y capturaron el fortín paraguayo Carlos Antonio López (Pitiantuta), cuya pequeña guarnición se vio obligada a retirarse. La guerra estaba iniciada.
En un principio, las informaciones oficiales bolivianas hicieron aparecer el incidente como una agresión del Paraguay a un fortín titulado Mariscal Santa Cruz. En otros comunicados, ese fortín llevaba el nombre de Chuquisaca, y en otros Sucre. Los diversos informes oficiales bolivianos eran contradictorios y sólo coincidían en presentar el hecho como un ataque paraguayo a n posición boliviana.
El Gobierno del Paraguay puede aducir numerosos testimonios comprobatorios del ataque boliviano a un fortín netamente paraguayo, situado a más de 100 kilómetros de a próxima posición enemiga.
Entre esos testimonios, se encuentra los documentos recogidos en la recuperación del fortín Carlos Antonio López, el 15 de julio de 1932.
         También el Paraguay puede alegar la atestación insospechable del periodista francés, M. Gerville Reache, corresponsal de “Le Temps” de Paris, que, casualmente, se encontraba en misión profesional en aquella zona cuando los sucesos de Pitiantuta.
Las pruebas que el Paraguay puede aportar a un juicio de investigación son de tal peso, y su evidencia era tan conocida por el mismo Gobierno de Bolivia, que éste por conducto del Primer Magistrado, doctor Daniel Salamanca, no trepidó, un año después de los acontecimientos, en desvirtuar  los falsos datos propalados por su Cancillería y su Estado Mayor.
El doctor Salamanca, en el Mensaje que leyó al inaugurarse el periodo legislativo boliviano del año 1933, escribió lo siguiente:
“El Gobierno actual dio gran impulso a la ocupación de las partes desiertas del Chaco, y bien podía hacerlo puesto     que eran suyas. La base misma de esta penetración establecía que nuestros expedicionarios evitarían todo choque con fuerzas paraguayas, no porque existiese en el Chaco una situación jurídica que nos obligase a ese respecto, sino, simplemente porque no queríamos turbar la paz, pudiendo referir la definición del pleito a un arbitraje futuro. En una de esas expediciones, el Mayor Moscoso a la cabeza  ...de hombres ocupó un fortín paraguayo a orillas de la laguna Chuquisaca, haciendo una descarga de fusilería. La pequeña guarnición paraguaya huyó sin dejar ningún muerto ni herido".
Después de esta afirmación, ¿es necesario presentar otras pruebas de la culpabilidad boliviana?


III- BOLIVIA Y LAS MEDIACIONES

Las naciones americanas se unieron en un supremo esfuerzo para detener la guerra en su raíz. Bolivia se cuadró con soberbia y arrogancia ante esos nobles intentos, y obstruyó todos los empeños de pacificación. En documentos de Cancillería proclamó su indeclinable voluntad guerrera.

A- BOLIVIA REHUYE TODA INVESTIGACIÓN Y CONCILIACIÓN.

La proposición de la Comisión de Neutrales de retrotraer las posiciones al estado en que se encontraban el 1º de junio, comportaba una severa condenación para Bolivia. Esta sugestión, cómo la del cese de hostilidades y del sometimiento del entredicho a procesos de conciliación e investigación, fueron airadamente rechazadas por la Cancillería de La Paz, que el 1º de agosto declaraba a los Neutrales:
"No nos interesan las investigaciones que no definan la cuestión fundamental. Bolivia desea la solución final del pleito. No quiere estar perennemente de guardia en el Chaco, conteniendo los avances del Paraguay. Es por esto que el país ha reaccionado con todas sus fuerzas, resuelto a liquidar, aún por las armas, el pleito en que defendemos un territorio que consideramos nuestro históricamente. Tenemos derecho al litoral sobre el río Paraguay".
La Comisión de Neutrales, contestó el 2 de agosto:
"Lamentamos tener que notar que Bolivia no tiene interés en investigaciones de los recientes acontecimientos y que no dará orden a sus tropas a no realizar actos hostiles en el Chaco".


B- LA DOCTRINA DEL 3 DE AGOSTO FUE FORMULADA CONTRA BOLIVIA.

El 3 de agosto de 1932, los representantes de diecinueve naciones americanas, reunidos en Washington, formularon la siguiente declaración:
"Las Naciones de América declaran también que no reconocerán arreglo territorial alguno de esta controversia que no sea obtenida por medios pacíficos ni la validez de adquisiciones territoriales que sean obtenidas mediante ocupación o conquista por la, fuerza de las armas".
Esta histórica declaración, mereció los siguientes comentarios del Presidente de -Bolivia, insertos como "Post Escriptum" en su mensaje al Congreso Boliviano, del 6 de agosto:
"Concluido este mensaje, ha recibido anoche nuestra Cancillería la última nota de los Neutrales, que en el fondo es una intimación. La nueva doctrina pacifista de las naciones americanas, hace su entrada en el mundo con paso de violencia, a expensas de un país débil. Los Neutrales, por consentimiento nuestro no ejercían más que los buenos oficios admitidos por el Derecho Internacional y podrán poner su benévola influencia para allanar dificultades a fin de llevar a los contendientes a un entendimiento. Ahora se alzan con el papel de tutores y jueces y pretenden tomar el conocimiento de nuestros asuntos, ejerciendo una jurisdicción que no les hemos conferido.
Nos intiman a suspender hostilidades que ya no existen, nos intiman a desocupar los fortines que hemos ocupado en justa represalia, y en fin, nos intiman a un arreglo definitivo con el Paraguay. Todas estas violencias se cometen a nombre de las Naciones de América, invocando un principio de Derecho que condena toda violencia. Tal principio significa la conculcación del principio de la independencia de las naciones y no se funda en otra cosa que en la fuerza.
Es posible que algunas de las naciones que han concurrido a consumar esta injusticia, tengan en lo futuro motivos de arrepentirse de haber dejado tan injusto antecedente.
Es digno de notarse que la primera víctima de este nuevo Derecho Americano, es el país que más daño ha sufrido de la injusticia, sin que Nación alguna se acuerde de los generosos principios, en cuyo nombre se trata de imponerle ahora un inmenso daño".
En un cablegrama a la Comisión de Neutrales, fechado el 21 de agosto, decía la Cancillería boliviana:
"Cabe anotar en este punto que la doctrina nueva se refiere restringidamente al caso del Chaco, cerrando los ojos a todas las violencias pasadas y campo a  todas las injusticias futuras fuera de ese territorio ad-hoc para el caso de Bolivia”.


C- BOLIVIA NECESITA ROMPER BARRERAS

Frente a las solicitaciones de paz, Bolivia proclamaba su decisión “de liquidar, aún por las armas” el pleito con el Paraguay.
El 5 de agosto, la Cancillería de La Paz, al contestar el mensaje en que se transmitía la declaración panamericana del 3 de ese mismo mes, formulaba la siguiente confesión de propósitos:
"Deseamos terminar la cuestión del Chaco, estando el país resuelto aún a sacrificios cruentos en defensa de ese territorio. La Nación necesita romper la barrera que le impide el acceso al litoral sobre el río Paraguay, para comunicarse con el mundo. He ahí una de las bases de solución que debe exigirse al Paraguay para asegurar la paz de América".


IV- LA CONCIENCIA DE LA RESPONSABILIDAD 

Si no bastaran tantos testimonios para comprobar la responsabilidad que cabe a Bolivia por esta guerra, podríamos referirnos a los juicios expresados en ese mismo país.  El ex-Presidente de la República, doctor Bautista Saavedra, cuyo lote de culpa no es pequeño, intenta descargar sobre el Dr. Salamanca la exclusiva responsabilidad. Acaba de ser desterrado por persistir en acusar al actuad gobierno boliviano de haber llevado al país a la guerra. En Arica ha declarado a la prensa que el pueblo boliviano participa de esa convicción.
En su folleto "Doblemos la Hoja de Nuestra Historia" (La Paz, 1933), decía que "un Gobierno inconsciente nos ha llevado a la guerra". En otro folleto, "Sartor Resartor", enjuiciaba Saavedra al Dr. Salamanca en los siguientes párrafos:
"Como honda es su inconsciencia, enhiesta es su vanidad. En su necio empeño de mostrar que los gobiernos anteriores a él no habían cuidado de los aledaños del Sudeste, obra reservada para imperecedera gloria suya, habló de la conveniencia de "Pisar fuerte en el Chaco". Y por "pisar fuerte en el Chaco" y escapar de la tormenta política que amenazaba descargar sobre su cabeza, nos ha llevado a la guerra cruenta, que desangra a la patria, y lleva al país a la ruina.”
El 2 de junio de 1933, en artículo publicado en "La República" repetía el Dr. Saavedra que el Dr. Salamanca, "para sortear complicaciones de la política interna llevó al país a la guerra", agregando que “del conflicto del Chaco ha hecho y hace cuestión de política interna en servicio de su estabilidad",
Pero Saavedra no podía olvidar que él también fue uno de los adalides de la guerra y que en el pasado entonó loas a la fuerza brutal. Por eso no reprocha a Salamanca precisamente por haber recurrido a ese expediente, sino por haber "invertido los términos del problema". Decía:
"La guerra era el último recurso para afirmar la certeza y el triunfo de nuestros derechos territoriales. Pero ella debió venir cuando venir debía, y no antes. Traída ella por el Presidente Salamanca en época inoportuna, en lugar de ser un instrumento de afirmación de nuestros derechos, ha venido a desvirtuarlos, a quitarles fuerza".
El órgano periodístico más importante de La Paz, "La Razón", se encargó de recordar al Dr. Saavedra la común y general responsabilidad. Refiriéndose a la tenaz campaña del ex-Presidente, decía en editorial del 18 de junio de 1933:
"Y es tanto más insólita esa campaña cuanto que el mismo hombre y los elementos que le acompañan fueron los que no hace mucho, condenaban todo propósito pacifista sosteniendo que en nuestro pleito con el Paraguay no quedaba otro recurso que el de la guerra.
Quienes han enardecido el ambiente popular y han contribuido a que el país no encuentre otra solución que la de la guerra, en el pleito que hemos venido sosteniendo con el Paraguay no tienen ahora el derecho de hablar de responsabilidades, ni de pedir cuentas a los que no hicieron otra cosa que dejarse llevar a los impulsos del sentimiento nacional. . . ".
La Delegación del Paraguay no cita otros numerosos medios de prueba, debidamente documentados como los anteriores y demostrativos de la culpabilidad de Bolivia. No se propone agotar en este documentó  la cuestión; más, los que ha citado sobran para afirmar, sin la menor hesitación, que Bolivia preparó y desencadenó la guerra. Con ello está dicho cuán gratuitas y deleznables son las acusaciones del Memorándum boliviano que contesta.

Buenos Aires, 8 de marzo de 1934.