LOS EJÉRCITOS DE LA GUERRA DEL CHACO
Ensayo de
Separata del Volumen I del
Anuario de la Academia de Historia Militar del Paraguay
Asunción – Paraguay – 1985
El ejército de Bolivia se formó sobre la base de lo que quedó del ejército de Sucre, vencedor en Ayacucho. El del Paraguay sobre la de los forjadores de su Independencia Política, el 14 de mayo de 1811.
El primero se habituó al mercenarismo y el segundo lo detestó con pasión. Ambos no contaron con Escuelas Militares hasta muy tarde y sus cuadros de Oficiales fueron designados "a dedo". Tanto el ejército de Bolivia como el del Paraguay fueron derrotados en guerras internacionales, en la segunda mitad del siglo XIX, con diferencias bien marcadas; el de Bolivia se retiró de la contienda con Chile, abandonando a su aliado, el Perú, antes de ser empleado a fondo; el del Paraguay, en cambio luchó con tenacidad hasta sellar su derrota pereciendo con su Adalid en el último campo de batalla: Cerro Corá.
Tanto el ejército de Bolivia como el del Paraguay, posteriormente fueron organizados sobre los escombros de sus derrotas. Estas ejercieron sobre ellos influencias diferentes, el del Paraguay recibió, a pesar de ella un legado de heroísmo y antes que disminuirlo lo agrandó; el de Bolivia trató de sobreponerse con los sueños de glorias en otros frentes, pero no lo consiguió.
El Paraguay como Bolivia utilizaron a las instituciones castrenses de los países vecinos y amigos, como Argentina y Chile y a las de los países europeos para la formación e instrucción de sus oficiales; las fuentes doctrinarias fueron casi idénticas, sólo se diferenciaban en el número de Oficiales y en el tiempo de permanencia de los mismos. Para desgracia de los países, en ambos, los oficiales venidos del extranjero se constituyeron en factor de poder político, en vez de ejercer la función de maestros en sus respectivas instituciones militares.
En lo que respecta al Paraguay, en 1899, se hallaban en diferentes institutos militares chilenos el Tte. 1º. Manlio Schenoni (Escuela de Clases); Tte. 1º. Eugenio A. Garay (Batallón Buin); Tte. lo. Adolfo Chirife (Escuela de Clases); Alférez Albino Jara (Regimiento de Artillería de Campaña) y Alférez Pedro Mendoza (Regimiento de Artillería Tacna). Todos estos Oficiales tuvieron con posterioridad relevante actuación tanto en el campo de la política como en el militar.
De acuerdo con el Cnel. Ayala Moreira (1) ya en 1905 Bolivia había contratado la primera Misión Militar Francesa para la organización e instrucción de su ejército; por ese año, 1905, durante el gobierno del Gral. Benigno Ferreira en el Paraguay se había creado el Estado Mayor General. Apéndice administrativo del Ministerio de Guerra y Marina. Funcionó sólo en el papel y no contábamos, aún, con una Escuela Militar. Dos años antes (1903) se había iniciado la penetración militar boliviana al Chaco, movido por resortes económicos, antes que, por la necesidad de una salida al mar, por el río Paraguay:
Hasta 1916 el ejército paraguayo seguía su tradicional designación "a dedo" de los Oficiales de su ejército, a pesar de su deficiencia, jamás fueron admitidos en su seno oficiales mercenarios; en cambio, con la llegada de la Misión Militar de Francia en Bolivia, el Gral. Séver se hizo, automáticamente, cargo de la Jefatura del Estado Mayor General.
Pensamos nosotros, y creemos que es un pensamiento justo, que la presencia de jefes mercenarios en las altas esferas castrenses hace que el Oficial nativo, que por el imperio de las cosas alguna vez ha de asumir la responsabilidad de la defensa de la soberanía de su Nación, pierda la fe en su propia capacidad y así llegado ese momento álgido en su vida, no se sienta preparado; ni intelectual ni psíquicamente para asumir la responsabilidad que le impone la Historia a los pueblos.
Cuando otros Jefes u Oficiales extranjeros hacen lo que nosotros deberíamos hacer, la vida profesional se vuelve vegetativa y cómoda; ella se ve adormecida en el sopor de pequeñas pero constantes dosis de analgésicos que aletargan la voluntad y embotan nuestra razón. El Paraguay no cayó en este error, sino por unos meses como lo relataremos en su oportunidad.
Cuando en Bolivia el General Jacques Séver se hizo cargo de la Jefatura del Estado Mayor y lo puso en funcionamiento, en el Paraguay, a pesar de haber tenido desde los días iniciales de su vida independiente un ejército, y haber contado desde la Guerra de la Triple Alianza con Estados Mayores, y su ejército, posteriormente, haber participado en cuantas guerras civiles habían estallado en nuestro país, no contábamos con Estado Mayor General. De acuerdo con la Ley de su creación, en 1905, había contado con un Estado Mayor pero sólo en el papel. Nació él, conjuntamente, con el Departamento de administración Militar (Intendencia), organización ésta que subsistió hash los días iniciales de la Guerra del Chaco y durante ella. En 1924 se discutía aún si debía entrar a funcionar el Estado Mayor. Hasta esta fecha sólo existió teóricamente.
El Cptán. Camilo Recalde, en Misión de Estudios en Chile, con motivo de la designación del Cnel. Manuel Rojas como Jefe del Estado Mayor, le decía al Gral. Schenoni: "tengo el convencimiento que el Estado Mayor no puede aún existir entre nosotros por la carencia completa de Oficiales, no diré preparados para las funciones propias de este Instituto, sino que ni siquiera tenemos un número suficiente para llenar los Cuadros en las Unidades de Trolas. En semejante situación, crear un Instituto seria hacerlo existir meramente en el papel ya que las funciones sólo recaerán sobre una persona" (2).
En el mes de octubre de 1924 se había iniciado un Plan de Reorganización del Ejército Paraguayo, creándose la Unidad nominada Regimiento. El Regimiento pasó a ser la más fuerte Unidad Táctica dentro de la organización. Tenía él la característica de "movilidad" y "con elementos de ser vicios completos" amén de su adaptabilidad al "terreno" y "a los comandos no siempre de mucha experiencia".
Eran de tipo binario, para el tiempo de paz, lo que equivalía a que el Regimiento estaría compuesto de dos Batallones de a tres compañías de Fusileros y una de acompañamiento.
En tiempo de Guerra aumentaría el Regimiento sus efectivos con la adición de otro Batallón. Tres Regimientos constituirían la Unidad Operativa con la denominación de "Brigada Combinada''. (3)
En el año 1925 se hallaban en Misión de Estudios en Chile los Capitanes Luis Irrazábal; Samson Harrimpson; Nicolás Delgado y Camilo Recalde, y el Tte. de Marina Díaz León. Realizando la Academia de Guerra el TCnel. Julián Arias, expulsado de dicho Instituto por razones que aún hoy las ignoro.
El TCnel., hoy Gral.: Juan B. Avala, tiene el mérito de haber sido el primer Jefe paraguayo que le había dado las funciones castrenses al Estado Mayor, desarrollando algunos planes, aunque imperfectos, lo puso por el camino doctrinario y trabajó en él y con él en el silencio y en el anonimato. Los trabajos de este Estado Mayor salvó del caos la movilización de 1932 y organizó unidades para satisfacer las necesidades del frente de operaciones. Esta sola tarea del Gral. Juan B. Avala, lo pone a la altura de los buenos oficiales con que contaba el Paraguay en su hora de prueba. Errores los tuvo, sin lugar a dudas, por su misma naturaleza humana, de lo contrario afirmaríamos su divinidad: El Gral. Ayala, pues, le dio estructura al Estado Mayor y le asignó sus funciones, aunque él seguía dependiendo y operaba bajo el mando de un Ministro casi siempre civil, que no comprendía el mecanismo de su funcionamiento y de las múltiples necesidades previas a la guerra, de un ejército en campaña.
Nos cuenta el Cnel. Ayala Moreira, que el Gral. Séver había creado las Sociedades de Tiro, la Ley del Servicio Militar Obligatorio, organizó y puso en funcionamiento la Escuela Superior de Guerra al mismo tiempo que la Escuela de Oficiales de Reserva (1906/1909).
El Paraguay, en cambio por esos años, no tenía Escuela Militar y no soñaba aún con una Escuela de Guerra. Si bien es cierto que dos Jefes habían hecho la Escuela de Clases, éste no entró en funcionamiento sino en 1932 en Villa Hayes; la Escuela Militar en 1916, y la de Guerra, iniciaba sus funciones en 1931, con la Misión Argentina del Cnel. Abraham Schweitzer y la de Reserva a título de ensayo con el Cnel. Camilo Recalde en 1928.
La Misión Militar Francesa fue cambiada, durante el Gobierno de Eliodoro Villazón por una Misión Militar Alemana (1911). Esta vino presidida por el Mayor Hans Kundt. Recibió de entrada dos ascensos, pues de Mayor que era se le fue entregado el despacho de Coronel y se hizo cargo de la Sub-Jefatura del Estado Mayor General y su séquito distribuido como instructores de Armas en las distintas Unidades, e incluso, la Dirección del Colegio Militar, le correspondió al Mayor Frederich Muther. Así el ejército boliviano fue absorbido y colocado bajo las alas prusianas y a los oficiales bolivianos sólo restaban "piar" cual polluelos cada vez que necesitaban de alimentos intelectuales o profesionales. Los prusianos se mostraron parcos en darles, porque no querían que la sombra de los más inteligentes se proyectasen sobre sus inefables sabidurías. Este estado de cosas duró hasta 1914 y la brillante permanencia del Cnel. Hans Kundt, General ya por ese entonces fue coronada con la maniobra de "La Paz-Corocoro", con vistas a la Guerra del Chaco.
Iniciada la Guerra Europea, el Gral. Hans Kundt regresó a su Patria para cumplir con su deber militar y una vez ella terminada regresó a Bolivia en 1921. Se naturalizó boliviano y asumió la Jefatura del Estado Mayor Gene. Su permanencia duró hasta 1925. Llegó sin otro bagaje que su espíritu de vencido como efecto de la derrota militar de su Gran Pueblo. Cuentan que se había vuelto incapaz, fátuo y ambicioso.
En 1928/1929 como consecuencia de los acontecimientos del Fortín Vanguardia (5 de diciembre de 1928) a pesar de la movilización general decretada por los dos países y la captura por parte de Bolivia, en represalia, de los Fortines Boquerón y Mariscal López, no estalló la guerra, porque sencillamente ninguno de los dos países implicados estaban en condiciones de lanzarse a esa aventura.
Las movilizaciones decretadas y realizadas en ambos países constituyeron un tan profundo fracaso que hicieron pensar que era imposible el enfrentamiento y se avinieron a las negociaciones; éstas triunfaron, pero, no hicieron otra cosa, para la mentalidad boliviana, que postergar la guerra para una mejor ocasión; y para la paraguaya, la convicción de que ella vendría, tarde temprano.
Se afirma que la guerra no estalló por la acción de la diplomacia, los hechos demuestran lo contrario: no estalló ella porque ninguno de los dos presuntos contendores estaban en condiciones. No se puede negar, no obstante que la acción diplomática, tanto de la Cancillería paraguaya como la de la chilena hayan sido factores coadyuvantes para su no estallido, pero no terminantes. Lo decisivo fue la falta de preparación militar y las deficiencias observadas en las movilizaciones de 1928/1929. Este fracaso total significó mucho a los Estados Mayores de ambas Naciones. A partir de entonces, en ambos Estados Mayores los problemas concomitantes a la guerra fueron tomados más en serio. La guerra se había hecho inminente, era sólo cuestión de tiempo. Bolivia estaba armada, le habían ya llegado según Rogelio Ayala Moreira la primera partida de sus compras efectuadas en Inglaterra por un valor de libras 3.000.000 y al Paraguay le venían llegando las adquiridas en España (mata paraguayos), Francia y los Estados Unidos.
El Paraguay después de la Guerra Civil de 1922 quedó exhausto. Su ejército desquiciado. Su crédito arruinado, pero había que sobreponerse a esa ruinosa situación, ante las alarmantes noticias de la fundación del Fortín Saavedra y la cada día creciente actividad boliviana en el Chaco.
Mucho se ha discutido acerca de la falta de preparación militar del Paraguay para la Guerra del Chaco, así como mucho se ha discutido acerca de su inermidad. Desgraciadamente, la casi generalidad de las personas que a este estudio se habían dedicado han confundido la verdadera acepción de ambos juicios.
La preparación militar de una Nación es diferente a la situación de inerme. Un país puede tener muchas armas y estar poco preparado para la guerra, o no tener armas y estar preparado para ella.
La preparación militar es anterior a la Guerra y es tarea que realiza un Estado Mayor en íntima colaboración con el Gobierno; hace relación con una serie de medidas previas a la guerra misma y que deberían ser puestas en ejecución antes, durante y después de ella. Es una suma de planes de carácter político, económico, financiero, militar, etc. Este último incluye la instrucción de los Cuadros y de las Tropas, la formación de la Reserva; la movilización de las mismas; la organización de las Unidades combatientes y de los servicios; la adquisición de las armas adecuadas de acuerdo con los planes elaborados y otras múltiples actividades que aquí las citamos al sólo efecto de su mayor comprensión. El Paraguay en efecto no estaba preparado para la Guerra. El único hombre que desde la Jefatura del Estado Mayor había realizado esfuerzos inauditos, para en 1932 no sufrir de nuevo los efectos desastrosos de 1929, fue el TCnel. Juan B. Ayala. Este desde su precario Estado Mayor hizo más de lo que pudo, técnicamente hablando, para el despliegue paraguayo, en las horas iniciales de la guerra y aún durante parte de ella; efectuó un estudio de la Situación del Chaco; llegó a conclusiones de particular trascendencia; organizó la movilización nacional; trazó la organización de las Unidades tanto para el tiempo de paz como el de querrá y vivió la crisis nacional con verdadero frenesí de patriota. El Gral. Ayala, como Jefe del Estado Mayor paraguayo merece la consideración y el respeto de la nacionalidad.
En cuanto al armamento, el Paraguay había iniciado un acelerado proceso para adquirirlos. Dos ideas fundamentales flotaban en el ambiente: 1º. Que el Paraguay podría enfrentar la avalancha boliviana con un ejército de 10.000 combatientes, y 2º. La sugerencia que en una larga carta había hecho el Gral. Manlio Schenoni al Presidente de la República Dr. Eligio Ayala, acerca de la necesidad de armar a 35.000 hombres para hacer frente al ejército boliviano. Primó la primera idea como objetivo inmediato y asequible de acuerdo con las finanzas del Estado, pues éste no disponía de créditos. Las compras de armas se harían al contado. Las armas se adquirieron sobre la base de los 10.000 hombres. Cifra que pronto se sobrepasó. Al sobrepasarla, las armas automáticas se diluyeron dentro de las compañías y pelotones, haciéndose sentir su escasez. De allí el clamor nacional posterior, de que el Paraguay había ido a la guerra inerme. En honor a la verdad no fue así, podría decirse insuficiente y sería históricamente la expresión de la verdad; tampoco estuvo súper armado como quieren hacer creer Ángel de los Ríos y Policarpo Artaza. Estos muy dignos caballeros fueron, para decir lo que dijeron, llevados por la pasión política que por la razón fría. Nosotros no incurriremos en el mismo error. Dejamos específicamente aclarado que no nos mueve otro interés que decir la verdad sobre un tema controvertido. Ni queremos alabar y menos denigrar a instituciones tanto políticas o a hombres que si creyeron hacer lo mejor y se equivocaron, por igual merecen nuestro respeto, y la posteridad así los ha de considerar.
En este trabajo sólo nos interesa estudiar las armas existentes antes del estallido de la guerra y el proceso de su adquisición y no las adquiridas durante su desarrollo; tampoco nos interesa considerar como existentes las obsoletas que el Sr. Ríos pone en su larga lista.
No consideraremos, pues, como adquiridas para la defensa del Chaco los modelos 1907 (Cnel. Duarte) ni las compradas a Chile o la Argentina tanto en 1911 como en 1922. Todas éstas se hallaban descalibradas y en malas condiciones porque fueron ellas empleadas en guerras fratricidas. Las ametralladoras, los cañones Krupp y los mismos fusiles fueron considerados como "chatarras inservibles" por el propio Presidente de la República, Dr. Eligio Ayala.
Algunas personas, impulsadas por fanatismos sectaristas, dirán que tanto los cañones como las ametralladoras fueron utilizados en la guerra. Es verdadera esta afirmación. Negarlo sería una irreverencia. Los cañones Krupp sin aparato de puntería fueron utilizados: dos en Nanawa y otros en Toledo, en el Grupo de Artillería No. 4 Mayor Albertano Zayas. Estas armas cerraron con ese supremo esfuerzo el ciclo de sus vidas; acallaron sus voces para siempre sobre frescas hojas de laureles y desaparecieron del escenario.
Los ojos de las autoridades nacionales se abrieron, en 1924, cuando estas se dieron cuenta que los bolivianos habían fundado el Fortín Saavedra. El Inspector General del Ejército, Gral. Manlio Schenoni, en un esfuerzo organizador creó la Unidad Táctica nominada Regimiento, cuyo detalle damos a continuación.
El Regimiento, como ya lo anunciáramos, estaba compuesto de dos Batallones; cada Batallón de tres Compañías de Fusileros y una Sección de Ametralladora Pesada.
Eran partes orgánicas del Regimiento:
- Un Escuadrón de Caballería;
- Una Batería Montada de Cuatro Piezas;
- Una Sección de Lanza Minas;
- Un Pelotón de Comunicaciones;
- Una Sección de Sanidad y
- Una Sección de Intendencia.
Las armas que iban a ser adquiridas respondían a las necesidades de esta organización: Se pensó en cinco Regimientos. Posteriormente, con la venida de la Misión Militar Francesa del TCnel. Josef Cóulet, fue modificada organización creando la División de Infantería de a tres Regimientos y se introdujo dentro de la organización del Pelotón o Sección, d Grupo cc Combate. La organización fue ternaria y con ella se entró en combate.
La compra de armas con las cuales se pensaba hacer frente de ejército boliviano en la Guerra del Chaco se inició en 1925 con el Decreto Reservado No. 21.211 del 9 de julio y con la carta que el Presidente Dr. Eligio Ayala dirigiera al Dr. Eusebio Ayala,, datada el 17 de agosto del mismo año. Este último, a la sazón, se había venido desempeñando como Encargado de Negocios en Washington.
El Dr. Eligio Ayala decía: "después de la guerra europea se dispersaron por todas partes agentes, para colocar armas viejas en los países necesitados. Aquí también llegaron esas ofertas de la trapería militar dejada por la guerra, las ametralladoras y fusiles descalibrados, modelos de hace 20 a 30 años.
"Algunos pensaron que debían adquirirse estos artefactos deteriorados y que para comprarlos debía extraerse los fondos de conversión de la Oficina de Cambios, puesto que no había otro recurso disponible".
"El gobierno también rechazó con indignación categórica absoluta y firme esta peregrina proposición, con la misma repugnancia que le había producido el cambalache insinuado por el Banco de la República".
"Y los motivos de esta decisión surgieron de los más imperiosos intereses nacionales, totalmente ignorados por los presumidos redentores".
"El fondo de Conversión era una suma irrisoria frente a la que se necesitaba para equipar un ejército. No llegaba a 770.000 O/s. Con el se hubiera podido comprar enseguida algunos viejos arcabuces de archivos. Pero esta adquisición sería un paliativo de momento. Y lo que más apremiaba aliviarse de un susto pasajero, sino planear una acción larga y grande; pararse reflexiva, serena y disciplinadamente sin emociones exageradamente innecesarias para las contingencias del porvenir. Adquiridas esas armas viejas se nos abriría un problema más pavoroso aún. Qué hacer después? Como se renovaría el material anticuado y exiguo?"
El Presidente reorganizó las finanzas "vigorizando la economía impulsando la producción de las riquezas, estimulando el trabajo y el comercio¨ y en cuanto se produjo esta expansión, el Gobierno se ocupó en obtener el material de guerra más indispensable para el ejército. Se estudio y se adoptó un plan de adquisición y entró en la vía de las ejecuciones. Esto acontecía a principios del año 1925. "Mientras todo el mundo se lamentaba de que no se hacía nada, el gobierno, en un silencio angustiado y penoso, sin farolerías chinescas, se empeñaba en llenar los vacíos abierto en organización militar por un pasado de ineptitudes, de indolencias, de imprevisiones y de la criminal rebatiña de despreciables pasiones egoístas"
"Esta resolución del Gobierno también tuvo sus contradictores se que el país era débil y no podría sobrellevar una paz armada, que era un extravío deplorable invertir en armas las pocas economías financieras del pais en vez de aprovecharlas para el fomento del progreso general y para robustecer el bienestar social. El Gobierno tampoco se rindió a estas impugnaciones".
"En nuestros tiempos, un país debe estar necesariamente dotado de los Medios para defenderse. La paz es un ideal que todos anhelamos. Sus beneficios son indisputables. Ella es la condición de todo el progreso humano. Pero, desgraciadamente, no depende de la voluntad de uno sólo. Un país inerme cerca de otros armados o ante otro adversario que se arma, sin cesar, vale como el que entrega su destino a la caridad pública, a la filantropía de los demás. El país si no vivía de aprestos para defender sus derechos, ro podría negociar en una controversia internacional que estaría a merced ce su adversario o enemigo aunque fuere injustamente. Antes que hacer proposiciones, le correspondería más pedir órdenes. Sus alegatos no serían escuchados siquiera".
"El país, pues, que renuncia a afianzar sus derechos, por comodidad, por temor a esfuerzos y sacrificios, no puede estar seguro de su existencia, y es preferible la mayor seguridad, aún a costa de ser menos rico".
"Por estos motivos, el Gobierno hizo el esfuerzo de allegarse todos los recursos posibles, a pesar de no ignorar la pobreza de nuestro pueblo, y consumó el sacrificio de invertirlos en la defensa nacional".
"El Dr. Eusebio Ayala, Ministro Plenipotenciario en Washington fue comisionado para firmar el contrato formulado y remitido a París. En una carta que el señor Presidente de la República le escribió al Dr. Ayala, están apuestos los antecedentes, el objeto y la forma de esta negociación. La transcribo a continuación:"
"Sr. DR. Eusebio Ayala.
"Estimado amigo:
"Justamente en momentos en que pensábamos pedirle se traslade a París y nos haga allí un servicio, recibimos su comunicación de que deseaba irse esa Capital por motivos personales.
"El Ministro de Guerra, Dr. Riart, confiado en que Ud. se avendrá a prestarnos la cooperación de un valioso servicio le autorizare a firmar un contrato de adquisición de armas (El Contrato firmado fue en la Usina de Oviedo (España)). El, en carta que también le escribe, le expone la forma, condiciones y contenido del mismo. De mi parte voy a concretarme a informarle de los antecedentes y motivos de la proyectada adquisición.
"Bien sabe Ud. que tenemos una grave y antigua cuestión de límites con Bolivia, cuya solución es de vital importancia para nosotros. Sabe también que siempre hemos estado dispuestos a resolverla, directa y pacíficamente por un avenimiento amistoso pero que ella ha demostrado inflexible intransigencia. La conversación de Ud. con el Presidente Saavedra, ha acusado la misma obstinación de todos los tiempos, en negarnos nuestros derechos, hasta en desconocer el Protocolo de Statu-quo de 1907. Mas nada es esto. En los últimos años ha aumentado su ejército, ha adquirido un gran material de guerra, ha invertido grandes sumasen medios de transporte y ha avanzado su ocupación positiva del Chaco, en las Fronteras de nuestro territorio.
"Ningún Hecho de nuestra parte puede servir de pretexto siquiera a ésta demoníaca y nerviosa actividad. Nosotros jamás hemos amenazado a nadie, y jamás hemos abrigado el propósito de suscitar conflictos internacionales, y menos el de resolver nuestras cuestiones por la violencia: Hemos confiado siempre en la justicia en la validez indisputable de nuestros derechos.
"Es difícil percibir que los actos de Bolivia sean normales y regulares, pues se están realizando patentemente a costa de erogaciones que exceden su capacidad económica y financiera. Más lógicamente nos hacen creer en la posibilidad de que nos suscite una crisis por la de nuestros derechos. Esta presunción emergente de la postura actual del Gobierno boliviano, está abonada por el pasado histórico de ese país en que más de una vez ha sido irrespetuoso e inconsecuente con pactos acordados y con derechos ajenos.
"Ante esta actividad, nosotros no debíamos dejar el país desapercibido. Debíamos procurar dotarle de las condiciones mínimas, por lo menos, de defensa contra una posible agresión. Por estos motivos, y no solamente con este propósito, nos ocupamos en adquisición de material de guerra, lo absolutamente ineludible para la defensa de nuestras fronteras. Hemos querido adquirir el material más moderno, el que haya incorporado ya los últimos progresos después de la guerra europea en la materia. Deseábamos que él fuese aunque poco de lo mejor.
"Y se sabe que las armas de combate han evolucionado mucho después de la gran experiencia última. Si nosotros tuviéramos que hacer estudiar previamente los progresos realizados, con nuestros propios elementos, antes de determinar lo que debemos adquirir, perderíamos mucho tiempo, la escasez de nuestro personal técnico, no afianzará desde luego el éxito deseado
"Además si nosotros enviásemos a nuestros agentes a Europa a recorrer las fábricas y a contratar la adquisición, Bolivia lo sabría. Cualquier hecho que autorice a hacerla creer que el Paraguay se está armando, podría crearnos una situación muy delicada. La prudencia, pues, nos impone gran sigilo en la operación.
"Cincuenta años de anarquía político-militar han dejado nuestro país como está: pobre sin crédito e inerme. El período de intransición entre el estado de insolvencia bélica y el de mediana preparación defensiva, es lo peligroso para nosotros. Y en ese período, la única garantía de nuestra integridad territorial y de la paz, puede ser la solidaridad internacional, el apoyo moral por lo menos de un país amigo. Y éste país, por múltiples razones actuales puede ser la Argentina.
"El Gobierno Argentino, tenía una comisión técnica en Europa desde hacía muchos meses y pensamos en que ésta Comisión podría ayudarnos con los resultados de sus estudios Así íbamos a ganar tiempo y mantener la reserva necesaria de las gestiones.
“Además, de este modo estrecharíamos relaciones con la Argentina, lo que nos convendría mucho, porque, claro está, que si Bolivia se propone suscitarnos cuestiones para exigirnos una solución por la violencia, no esperará tengamos las armas en las manos para acometernos. La Argentina podría prevenir o atajar una agresión temeraria, si no en interés nuestro por lo menos para mantener la paz internacional, cuya perturbación sería funesta para todos los Estados.
“Por estas razones nos acercamos al gobierno argentino y encontramos en él una deferencia y amistosa acogida. Después de varias gestiones llegamos a este acuerdo privado y reservado: nosotros le daríamos una determinación de la clase y cantidad de armas que nos proponemos comprar y él por medio de su comisión técnica en Europa, nos aconsejaría los precios y los sistemas de armas y métodos más ventajosos y nosotros por medio de un agente diplomático firmaríamos el contrato de adquisición y pagaríamos lo adquirido.
“Creemos que esta forma de adquisición nos ofrecería varias ventajas: aprovecharíamos los trabajos de investigación hechos por una comisión técnica de indudables aptitudes, obtendríamos lo que necesitamos en el más breve tiempo posible, y mantendríamos el Secreto de la operación, tan necesario para nosotros, a nuestro juicio, y obtendríamos todas estas ventajas sin menoscabar el decoro nacional.
“Hemos creído conveniente aceptar esta forma de adquisición, persuadidos de servir mejor así a los intereses del país y además apremiados por la necesidad de no perder más tiempo para la realización de ésta operación.
"Han transcurrido ya muchos meses de estas gestiones, desgraciadamente, la actitud boliviana en las fronteras es cada vez más amenazante y carecemos de medios de defensa, hasta para reprimir una convulsión interna: Los militar: responsables de la defensa están con mucha razón, impacientes, porque evidentemente nada podrán hacer y nada harán sin medios adecuados a ella. Y nosotros seremos responsables de no haberlos allegado oportunamente los elementos ineludibles de una acción eficaz.
“Hemos resuelto pues, hacer lo que se puede en la forma que sea dable. Algunas armas debemos adquirir urgentemente a toda costa y para esto pedimos el concurso de sus servicios. Verá Ud. la forma del contrato y lo firmara se le parece bien.
"Saludos amistosos,
"Eligio Ayala "
"Asunción, agosto 11/1925"
"Había una intención escondida en esta carta. Estaba destinada a una gran distancia, a través de azares imprevisibles: Uno de estos pedía ser el que se extraviase o fuese abierta y conocida. Y a fin de que fuese posible excusar, en este case, la conducta del Gobierno, ante los países vecinos, fue escrita en estos términos.
"Para asegurar el sigilo que se encarece en estas comunicaciones, el Gobierno dio una comisión a un distinguido jefe del Ejército a efectuarse en Europa (Fue el General Manlio Schenoni.) Preveíamos que el público supondría que su misión es adquirir armas para el Paraguay y que los pesquizas bolivianos, al constatar lo contrario, se convencerían de que la creencia corriente es falsa. Y así aconteció: mientras se observaba a un Jefe, las adquisiciones se hacían en otra parte subrepticiamente; se disipaba la alarma de Bolivia mientras realizábamos nuestros planes. Por este motivo decía el Presidente de la República en uno de sus mensajes al Congreso: "Preferimos hacer le que no parece, a hacer parecer lo que no hacemos".
"La adquisición de armas ha sido difícil y ha absorbido tiempo. Las gestiones encontraron por desgracia muchos entorpecimientos ajenos, completamente, a nuestra voluntad. Pero voy a dejar constancia expresa, de que hasta hoy, ninguno de los contratos firmados se ha retardado en su ejecución, por falta de recursos de nuestra parte, y de pago en los plazos fijados.
"Claro está, que la cantidad del material contratado, ha debido subordinarse por fuerza, a nuestras disponibilidades previsibles. Nada más que el descrédito sería el resultado de la imprevisión de contraer obligaciones sin probabilidades de pagarlas.
"El plan de Gobierno fue principar por la obtención del material más urgentemente, necesario, con la mayor disimulación asequible, estimular la actividad económica del país, por la cooperación común y la consolidación de la paz interna, recobrar el crédito público externo que se había perdido, y obtener un empréstito para impulsar más eficazmente la preparación de la seguridad exterior. Para encaminarse a la ejecución de este objeto, se trataba por todos los medios de inspirar confianza al país, se acallaba todo alarde de un peligro externo, y se disimulaban, en lo posible, los aprestos militares. Nuestro efectivo de línea del, Ejército se mantenía en un número relativamente bajo, por esta razón, también y además para que aumentasen los sobrantes del presupuesto, destinados a la adquisición de armas.
"Sobre todo, esta actitud fue impuesta por la necesidad de ganar tiempo y de entrar en la posesión del material de guerra, antes que suscitar alguna crisis violenta en nuestra cuestión con Bolivia.
"Se hizo las diligencias convenientes en el sentido de lograr la realización del empréstito, prudente y reservadamente. Habría promesa seria de una realización para principios del año 1927, época en que varios vencimientos de plazos de los contratos exigían del Tesoro Público grandes erogaciones. Pero el incidente de fronteras producido por la muerte de Rojas Silva, primero, y los escarceos políticos en la cuestión presidencial, después, anularon los acuerdos verbales a que se había llegado, y aumentaron los apremios financieros. Grandes capitales salieron del país, se redujeron los negocios y disminuyeron los ingresos fiscales en cantidad muy grande.
"No fue el único resultado funesto de este incidente. La opinión se excitó, se acusó al Gobierno de apatía e indiferencia ante los intereses públicos, y éste para sincerarse ante tanta injusticia, fue dejando, en cada interpelación de las Cámaras, parte de la reserva en que efectuaba los preparativos militares. Bolivia pudo así hacer inducciones sobre los planes de nuestra defensa militar y como ella disponía de empréstitos, se apercibió también aceleradamente para una acción bélica en el Chaco.
"La inquietud entre nosotros fue mayor, el logro del empréstito más difícil, se entorpeció nuestro desarrollo económico y se produjo una contracción de las rentas ordinarias financieras".
"A pesar de todo, la ejecución de los contratos no se había interrumpido hasta este momento". Pero es forzoso renovar los métodos de acción ante la postura también cambiada de Bolivia en las fronteras del Chaco. El nuevo Gobierno habría de afrontar, resueltamente, estos problemas". (4)
Este documento es excepcional y su valor heurístico está comprobado. Es parte de lo que llamo Plan de Defensa Nacional a pesar de haber sido escrito como un relato de los hechos consumados.
2- PROCESO DE ADQUISICIÓN
El Gral. Manlio Schenoni fue el designado para ir a Europa y "recorrer" las fábricas de armamento. Las adquisiciones de las armas se harían de acuerdo con el Gral. Belloni, Jefe de la Misión Técnica Argentina.
Antes de partir y de acuerdo con el Plan trazado con el Pdte. de la República, despidió a los Jefes enviados a Europa para realizar estudios superiores, ellos fueron: los Mayores Juan B. Ayala, Gaudioso Núñez y Carlos J. Fernández; ya entonces les Capitanes Luis Irazábal, Samcon Harrimpson; Nicolás Delgado y Camilo Recalde, en 1925 habían iniciado sus estudios en Chile y el TCnel. José Félix Estigarribia se hallaba cursando la Escuela Superior de Guerra en Francia.
Recibió así mismo a la Misión Militar Francesa, presidida ésta por el TCnel. Josef Cóulet (único diplomado de Estado Mayor). La Misión de inmediato se abocó a la apertura de "Cursos de Perfeccionamiento" para Oficiales con "una duración de tres meses" y enunciaba que más tarde se abriría un Curso "para Jefes y por último la Academia de Guerra" (5).
El 19 de setiembre, el Gral., partió de Asunción con destino a Europa, dejando en calidad de Director de la Escuela Militar al Mayor Camilo Recalde. Comunicación ésta que hace al Mayor Juan B. Ayala (6) que a la sazón se hallaba en Metz haciendo estada en el 61 Regimiento de Artillería de Campaña Hipomóvil, desde donde había comunicado su asistencia a las "pruebas de los Morteros Stokes Brand y sobre los cuales dijo "ser especialmente útiles para los terrenas boscosos" y "su gran calidad de ser sencillos y de fácil manejo" (7).
El envío de Oficiales en Misión de Estudios obedecía a la necesidad prioritaria que se había fijado de "Instruir a los Cuadros" y segundo a la de reabrir del Estado Mayor General. El 12 de enero de 1926, el Inspector General de Armas le decía al Presidente de la República que: "los peligros que su descuido pueden acarrear, y cuan complejas y delicadas son las labores de un Estado Mayor consciente de su misión" y aconsejaba que lo más urgente era "preparar Oficiales", capacitarlos y luego "organizarlos" sólo entonces serían ellos "verdaderos Oficiales de Estado Mayor" (8).
El 12 de enero volvía a la carga sobre el asunto Estado Mayor diciéndole que: el Estado Mayor como auxiliar para el ejercicio del Comando debía ser independiente del Ministerio de Guerra y estar él a cargo de una persona "idónea para la función" y con una línea de separación bien definida entre las funciones "administrativas" (políticas) y las de "carácter técnicas" (castrenses).
En la carta citada habla acerca de la necesidad de preparar a los Jefes haciéndoles cursar "la Academia de Guerra" para ampliar sus conocimientos adquiridos en la Escuela Militar y estar preparados para fundar la "Escuela de Altos Estudios Militares" que los capacitaría para comandar Ejércitos,
Una vez llegado a Europa, el 22 de octubre de 1926, el General tomó contacto con la Misión Militar Argentina y el Dr. Eusebio Ayala. Y ya para el 29 de enero de 1927, en carta escrita al Presidente de la República le informaba de sus actividades, cuyo resumen es cuanto sigue:
- Que el 29 de enero saldría del puerto de Alborgias ametralladoras Madsen y que ellas llegarían al Puerto de Buenos Aires entre el 8 ó 9 de marzo; (9)
-Que el 5 de febrero se habían iniciado la fabricación de los fusiles contratados por el Dr. Eusebio Ayala en la Usina de Oviedo, de acuerdo con el Contrato firmado con el Ministro de Guerra Español;
-Que para la fabricación se había tenido que pagar la suma de 500.000 pesetas para la preparación del "plantillaje" (moldes) y el 20 % en el "concepto de primera cuota". Cada fusil valdría la suma de 175 pesetas. (10).
-Que en vista del exceso de trabajo y del tiempo que ocupaba en redactar su correspondencia y llevar su contabilidad, solicitaba el envío de un Oficial para que le actuara de Secretario. El Gobierno envió al Cap. Arturo Bray, quien para mediados de 1927 se presentó para ejercer sus funciones.
-El Presidente instó al General, en cartas escritas el 11 y 25 de febrero para que acelerase el envío de las armas adquiridas y contratadas, por cuanto que la situación internacional así lo iba exigiendo y le afirmaba que "lo mejor no es lo último, sino lo oportuno", es decir lo que llegaba a tiempo. El General contestó que las armas existentes en los depósitos de las fábricas y en los de los Ejércitos de los países europeos no satisfacían las exigencias técnicas, por haber sido ellas fabricadas durante la guerra pasada apresurada y defectuosamente y que la mayoría de los países europeos se hallaban renovando su armamento, razones por las cuáles las Fábricas se hallaban en plena, actividad de producción, pero vacías de stock; por lo tanto -terminaba su carta diciendo- "ya ve V.E. que no es cuestión de la cantidad ni de dinero el obtener armas, es cuestión del recargo de pedido que tienen que satisfacer".
Las seis baterías de cañones de montaña Schneider (24 cañones) de calibre 7,5 y las dos baterías de obuses (8 obuses) de calibre 10,5 -que de acuerdo con la "Resolución Ministerial No. 46 del 22 de setiembre de 1926- se proyectan adquirir, con 9.200 tiros de diferentes tipos costarán 734.800 dólares y sólo estarían disponibles para ser entregados una batería en el mes de enero de 1929 y las restantes a fines de abril del mismo año.
Informaba, asimismo, que los cañones serían modificados en el aparato de puntería "haciéndolo más manuable, más rápido y sencillo en su manejo". Afirmaba que todos los estudios y gestiones se hacían desde las oficinas Argentinas de la Comisión de Artillería, presidida por el Cnel. Abraham Quiroga, de quien dice Schenoni: "me asesoró espléndidamente" (11).
El General continúa diciendo en alabanza al cañón Schneider adquirido "es y convencido que hemos hecho una adquisición excelente" y en la Guerra del Chaco estas baterías demostraron ser efectivamente excelentes.
Las ventajas sobresalientes sobre los otros tipos de su especie dice el General es que los cañones son desarmables para su transporte a lomo de mulas, así como su capacidad para ser remolcados por tracción mecánica.
Al tratar el tema de la Aviación aconseja no apurarse y que está dedicando su atención a la elección del material más conveniente.
Comunica haberse ordenado la fabricación de 32 ametralladoras pesadas Colt en los Estados Unidos con las mismas características que las adquiridas por la Argentina. En cuanto a los proyectiles para la Infantería aún tiene dudas si serían más convenientes las de diez gramos o las de doce, pero que se hallan abocados a su estudio.
Sugiere la compra en España de 2.000 Tubos cañones de fusiles Mausser con su aparato de puntería y mecanismo de cierre para hacer ensamblados con las culatas de los fusiles viejos y descalibrados Modelo 1908 existente en el Parque de Guerra, en Asunción. Y que el precio sería de 40 pesetas en vez de las 175 que cuesta el fusil nuevo. En cuanta a les morteros Stockes Brand alababa su sencillez y eficacia para batir blancos ocultos casi en la vertical, y aconsejaba su adquisición. Estos fueron adquiridos en número de 24.
Piensa acerca de la conveniencia de adquirir dos Buques de Guerra que colocarían dice: "nuestras riberas en condiciones de ser mejor vigiladas". Los puntos de vistas técnicos estarían a cargo del Ing. José Bozzano. Y termina diciendo me parece que Italia nos podrá construir en excelentes condiciones técnicas y de precios más acomodados".
Hace resaltar la conveniencia en "enviar 20 0 15 jóvenes de responsabilidad moral a Buenos Aires para estudiar mecánica con vista a la llegada de los nuevos materiales que van siendo adquiridos". En cuanto a la Misión Militar Francesa aconsejaba su cambio, pues que ellos, excepto el Jefe no son diplomados de Estado Mayor. Decía que en la próxima contratación se sea más exigente "llevando solamente oficiales diplomados de Estado Mayor".
En cuanto a los Oficiales paraguayos enviados a Europa tales como les Mayores Juan B. Ayala, Carlos J. Fernández y Gaudioso Núñez se hallan utilizando muy bien sus tiempos en Francia. Comunica que el Mayor Ayala ingresará en la Escuela Superior de Guerra en el mes de octubre (1927). El Mayor Fernández será enviado a Turín, Italia, a la Escuela de Guerra donde Ingresará también en el mes de octubre.
Aconseja, asimismo, el envío de otros Oficiales -dos del arma de artillería y dos de caballería-; sugiere les nombres del Mayor Camilo Recalde, Capitán José Jara, Cptán. Rafael Franco, Mayor Irazábal y Mayor Zúñiga. En esta oportunidad viajaron a Europa los Mayores Irazábal, Recalde y el Cptán. Delgado.
Es conveniente que los Oficiales "venidos a Europa dice: usen uniforme del Ejército paraguayo y no anden disfrazados de franceses ridículos o italianos".
A1 término de su carta de 16 páginas agrega: "le envío igualmente la lista completa del armamento adquirido en la Casa Vickers por Bolivia a mediados de junio", equivalente a 3.000.000 de Libras esterlinas. Lista que publica Ayala Moreira en su libro "Porqué no ganamos la Guerra del Chaco" y el Mayor Taborga, en su libro "Boquerón".
En carta escrita el 17 de agosto de 1927 comunica haber firmado con la Fabrique National d'Armas du Guerra de Herstal, Lieja, el Contrato de Adquisición de municiones y envía rendición de cuentas.
Envía igualmente un nuevo contrato que había firmado con la Svenska Metall Verken, Suecia por un millón de balas de fogueo (12).
En carta fechada en marzo de 1928 el Gral. Schenoni después de efectuar un análisis de la compra realizada para el Ejército dijo: "estamos dotándolo (al Ejército) de un material cuya calidad es honra para el país y cuyo precio honra al gobernante que se ha esforzado en reunirlo para sus adquisiciones; pues bien en homenaje a la calidad del armamento, al esfuerzo moral y material realizado para reunir el dinero, debemos limpiar el Ejército de la misma manera que se haría con una persona al mudarle el ropaje de cocinero pera vestirle de frac" (13).
El 30 de mayo de 1928 desde París hizo llegar el Balance de lo gastado en adquisiciones de armas hasta esa fecha. Dice haber gastado 635.822 libras esterlinas 11 chelines 1 penique y haber recibido para los pagos respectivos 526.822 libras esterlinas 14 chelines 8 peniques, faltándole recibir en esa fecha la suma 108.999 libras esterlinas 16 chelines 8 peniques. En aquella fecha la libra esterlina se cotizaba al tipo 4.88 dólar. (14).
El 2 de julio de 1928 comunicó haberse adquirido 14 aviones y elementos auxiliares en Francia por un total de 66:000 libras esterlinas y que estos aviones servirían para dos escuadrillas tanto en tiempo de guerra como en tiempo de paz.
3- RESUMEN DE NUESTRA EXPOSICIÓN
Las compras iniciadas en julio de 1925 concluyeron en el mes de julio de 1928 de la siguiente manera:
Fueron adquiridas en:
I.- FRANCIA : 24 cañones Schneider de montaña calibre 75; 8 obuses Schneider de montaña calibre 10.5; 9.800 tiros para artillería; arneses y carros de Municiones, telémetros y, otros; 24 morteros Stockes Brand de 81m.m. 19 aviones Potez y otras marcas.
II. ESPAÑA. . . . .10.173 fusiles calibre 7 (mata paraguayos)
III. EE.UU. de NORTE AMÉRICA : 32 ametralladoras pesadas Colt calibre 7.65;
IV. BÉLGICA : 7000 mosquetones calibre 7.65 Mod. 1930;
V. DINAMARCA : 376 ametralladoras livianas Madsen calibre 7.65;
VI. ITALIA : 2 cañoneras, armadas con cañones y ametralladoras antiaéreas.
4- ARMAS NECESARIAS PARA UNA DIVISIÓN DF INFANTERIA
A) Un Batallón de infantería
De acuerdo con la organización ternaria implantada por la Misión Militar Francesa y puesta en práctica meses antes de la Guerra, las armas orgánicamente necesarias, eran:
- Un Pelotón 3 fusiles ametralladoras; - Una Compañía 9 id., id;
- Un Batallón 27 id., id;
- Una Sección A.P. de 2 ametralladoras pesadas;
- Una Sección Mortero 2 morteros Stokes Brand de 81 mm.
5- REGIMIENTO
6- DIVISIÓN
Tres Regimientos 243 ametralladoras livianas; 18 ametralladoras pesadas; 18 morteros y 4.800 fusiles. La Artillería fue organizada en Grupos compuestos éstos de 8 cañones de calibre 75 y tres obuses de calibre 105 (las armas existentes daban exactamente para tres Grupos. Todos existentes en la Guerra.
7- RESUMIENDO
Las Armas existentes eran apenas para la organización de una División y Regimientos aislados.
Al considerar las necesidades de dos Divisiones (Cuerpo de Ejército Inicial) ellas necesariamente se diluirían y pasarían a ser orgánicamente insuficientes. Ejemplo Cuadro siguiente:
CUADRO DEMOSTRATIVO DE EXISTENCIA, NECESIDADES Y FALTANTES DE ARMAS NECESARIAS PARA DOS DIVISIONES DE INFANTERIA.
Para Por Para
por Divis. Adquisición dos Divis.
Fusil Ametrallador 486 376 (-) 110 --
Ametralladora Pesada 36 32 (-) 4 --
Morteros S.B. 36 24 (-) 12 --
-- Fusiles 9.600 17.363 ---- 7.763 (x)
(x) En cuanto a los fusiles y Mauseres adquiridos en la "Usina de Oviedo" (10.363) nominado por el consenso popular "mata-paraguayos" porque al poco de ser usado o se formaba una "roseta" en la trompetilla, o saltaba el cerrojo, ó estallaba en el cuello de la "recámara".
Estos tres defectos básicos son de balística, como consecuencia del menor calibre del fusil (7") siete milímetros, y las balas usadas eran de 7.65 mm. Esta es una verdad que no puede escapar a quienes alguna vez hayan estudiado balística elemental.
Por balística sabemos que en el momento de la deflagración de la pólvora la presión que les gases de éste ejerce sobre el culote del proyectil, tiende a Impulsarlo hacia adelante, y si el proyectil sigue la trayectoria marcada per el ánima del tubo cañón, la excesiva fricción produciría un rápido recalentamiento de éste y su consecuencia sería la "roseta" en la trompetilla. Por el contrario, una vez producida la deflagración y no pudiendo los gases impulsar hacia adelante al proyectil por la mayor resistencia dentro del ánima, la excesiva presión ocasionaría uno de los dos efectos:
a) Expulsar hacia atrás el cerrojo, ó
b) Hacer estallar el tubo cañón en el cuello de la recámara.
Estos fenómenos han acontecido, de allí su nombre de mata paraguayos. La opinión pública cargó la responsabilidad de éstos desaciertos sobre la reputación del Gral. Manlio Schenoni; otros sobre la del Dr. Eusebio Ayala y aun sobre el Dr. Juan E. O'Leary. En homenaje a la verdad ninguna de las tres personas implicadas tuvieron nada que ver con la compra. Esta se efectuó por el camino hoy conocido y no por el supuesto, por el consenso popular.
Los fusiles "mata-paraguayos" en un principio casi no fueron usados y luego quedaron en desuso hasta que el Cptán. José Bozzano, Director de los Arsenales de Guerra y Marina, mandó que se rectificasen el calibre de todos ellos. Con este sencillo aditamento, fue puesto en uso sin los defectos citados.
Los fusiles modelos 1930, adquiridos en número de 7.000 por contribución popular, no tuvieron reparo pues eran de calibre adecuado y éstos fueron contratados en Bélgica por el Gral. Schenoni.
La observación del cuadro precedente (ver anexo) nos da la pauta de la escasez y no de la inexistencia de armas en los días iniciales de la guerra. Las armas automáticas se diluyeron en las diferentes unidades, porque nuestro Estado Mayor que no era tal, sino un apéndice del Ministerio de Guerra, había planeado hacer frente al ejército boliviano sólo con 10.000 hombres.
El Cnel. boliviano Rogelio Ayala Moreira en su libro "Porqué no ganamos la Guerra del Chaco" transcribe como armas adquiridas para la Guerra del Chaco a todas las citadas por el Dr. Ríos y Artaza, incluso las adquiridas en 1907 y aún los chilenos. Estos fusiles sólo tenían servibles las culatas, razón por la cual el Gral. Schenoni inició gestiones para la adquisición de tubos cañones con cerrojos. Sus gestiones no obtuvieron éxito. Estas ya quedaron demostradas.
En cuanto a los cañones sabemos que con ellos se crearon los tres Grupos de Artillería de memorable actuación en la Guerra. Estaban constituidos éstos grupos por dos baterías con 8 cañones de montaña Schneider calibre 75 y una Batería de montaña Schneider de calibre 105.
La inversión paraguaya para estas adquisiciones fueron libras equivalentes a $ o/s 1.810.000. Dinero que fue repartido tanto para las compras de las armas citadas, tanto como los aviones Potez y los dos Barcos de Guerra: Paraguay y Humaitá. En la misma época Bolivia hacía para el mismo efecto una inversión de 3.000.000 libra esterlinas. Cuánta diferencia !!
El Cnel. Ayala Moreira, en el libro citado, se cuida muy bien en contar las armas disponibles por el ejército boliviano y en vez de detallar documentadamente, sólo cita en las páginas 102, 103 y 104 todo lo que al respecto supo el servicio de información paraguayo. El documento de Ayala Moreira da a Bolivia un tremendo poder bélico de 70 baterías de cañones de diferentes calibres (4 piezas); 300 ametralladoras Pesadas Vickers; 760 fusiles ametralladores, 60.000 entre fusiles y carabinas. Termina su larga lista diciendo: "este arsenal prodigioso que nos atribuye el Sr. Riart SE REFIERE AL ACOPIO REALIZADO EN DOS PERIODOS DIFERENTES. El primer lote se había adquirido hasta 1926 y el segundo en los años inmediatos a éste, relacionando con el contrato Vickers". (15).
Nuestras informaciones habían estado en lo cierto, que Ayala Moreira no lo niega, pero los historiadores Militares Bolivianos y aún los civiles tienden a minimizar tanto las armas disponibles como los efectivos de su ejército, para justificar la derrota. Pero nosotros sabemos que no fue así. Esta es una información importante.
8- CONCLUSIÓN
Sorprende el sigilo mantenido, el Gral. Schenoni, Cnel. Arturo Bray y otros Jefes que habían participado en la recepción de tales armas, ignoraron el mecanismo de las compras. El Cnel. Arturo Bray dice en su libro "Armas y Letras. Memorias" II Tomo, cuanto sigue: "las pruebas las fiscalizaban los expertos de la Misión Militar Argentina, controlando la fabricación y recibiendo el material ya terminado, como formando parte de su propio lote de adquisiciones" (16).
Y el Cap. David Zoock dice: "lo que no se sabía -por tratarse del secreto mejor guardado de la disputa del Chaco- era que en 1925 el Presidente Eligio Ayala inició un programa de adquisición de armamentos para el Paraguay". Hoy develamos ese secreto, que no podía, ni debía el gobierno publicar, contando al pueblo lo que se estaba haciendo a su espalda, con el máximo de sigilo y secreto.
SEÑORES:
Nosotros, que hoy estamos sentados en el palco de la Historia, oficiando sea:
- de protagonistas principales; - de críticos ó
- de simples narradores, seamos comprensivos, veraces e indulgentes con aquellos ciudadanos cuya generación por obra de las circunstancias tuvieron que hacer frente a la hecatombe que se nos había venido encima.
REFERENCIAS
*.- AYALA MOREIRA, Rogelio, Cnel. "PORQUE NO GANAMOS LA GUERRA DEL CHACO". Talleres Gráficos Bolivianos. La Paz, Bolivia. 1959. Pág. 104. "Este Arsenal prodigioso que nos atribuye el Sr. Riart (el informe fue enviado por el Gral. Manlio Schenoni) se refiere al acopio realizado en dos períodos diferentes al Gobierno de Hernando Siles}.
*.- TABORGA, Alberto. Mayor "BOQUERON" Diario de Campaña. Librería Editorial Juventud, 2da. Edición. 1970. Págs. 131, 137, 141 y siguientes. "El único diplomado de Estado Mayor en la Guerra del Chaco fue el TCnel. J.F. Estigarribia.
*.- RECALDE, Camilo. Cptán. a Manlio Schenoni, Gral. Santiago 26 octubre 1924.
*.- SCHENONI, Manlio, Gral. a Eligio Ayala, Presidente, As.14.Enero 1926.
*.- AYALA, Eligio. La Política del Gobierno Respecto a la Defensa Nacional.
*.- SCHENONI, Manlio. Gral. a Recalde, Camilo, As. 12 junio 1926.
*.- SCHENONI, Manlio. Gral. a Ayala, Juan B. As. l1 sept. 1926.
*. AYALA, Juan B. Mayor a Schenoni, Manlio. Metz, Francia 12 En.1927.
*. SCHENONI, Manlio. Gral. a Ayala, Eligio, 28 diciembre 1927.
*. SCHENONI, Manlio. Gral. a Ayala, Eligio, Pdte. Rpca. 29 enero 1927.
*.- SCHENONI, Manlio. Gral. a Ayala, Eligio, Madrid 17 febrero 1927.
*.- SCHENONI, Manlio. Gral. a Ayala, Eligio. París 4 abril 1927.
*.- SCHENONI, Manlio. Gral. a Ayala, Eligio. París-17 agosto 1927.
*.- SCHENONI, Manlio. Gral. a Ayala, Eligio. París-Marzo 1928
*.- SCHENONI, Manlio. Gral. a Ayala, Eligio. París-30 mayo 1928.
*.- AYALA MOREIRA. Obra citada.
*.- BRAY, Arturo. Cnel. "ARMAS Y LETRAS MEMORIAS" Tomo II. Ediciones NAPA, 1091. Pág. 17.
*.- ZOOK, David. Cptán. "LA CONDUCCION DE LA GUERRA DEL CHACO;' Trad. de Pablo Max Insfran. Buenos Aires. Rpca. Argentina. Edic. Policarpo Artaza.
Los documentos aquí utilizados me fueron facilitados por el que en vida fuera Cnel. Abdón Palacios y por la Dra. Julia Velilla de Arréllaga.
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ENLACE RECOMENDADO:
UNA GUERRA DESCONOCIDA:
LA CAMPAÑA DEL CHACO BOREAL
(1932-1935) - TOMO II
ANGE-FRANÇOIS CASABIANCA
Traducción para este volumen
CRISTINA BOSELLI - JORGE ENCISO-
CYNTHIA FATECHA - ANGELA FERREIRA
(Bajo la coordinación de CRISTINA BOSELLI)
Texto:
CAPITULO IX
EL EJÉRCITO PARAGUAYO DESDE LA GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA
HASTA LA GUERRA DEL CHACO
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