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viernes, 20 de mayo de 2011

LUIS MARÍA ARGAÑA - FULGENCIO R. MORENO, ABOGADO DEL CHACO / Conferencia pronunciada el 10 de Agosto de 1972.



FULGENCIO R. MORENO, ABOGADO DEL CHACO
Conferencia pronunciada el 10 de Agosto de 1972,
Con los auspicios del
Instituto Colorado de Cultura, en la Casa de los Colorados
Asunción - Paraguay


El día 10 del corriente cumplióse una jornada más del ciclo de conferencias organizado por el Instituto Colorado de Cultura denominado "HOMBRES E IDEAS". La disertación correspondiente estuvo a cargo del Diputado Nacional Dr. LUIS MARÍA ARGAÑA quien desarrolló el Tema: "FULGENCIO R. MORENO, ABOGADO DEL CHACO".
El acto se realizó en el Salón Museo de la Casa de los colorados ante una numerosa y calificada concurrencia, la que siguió con interés y deleite el desarrollo de la conferencia que consistió en una reseña biográfica de la personalidad alucinante de una de las cumbres de la intelectualidad paraguaya, realizada con gran maestría, galanura y gran capacidad interpretativa de significación relevante de FULGENCIO R. MORENO como hombre, poeta, periodista, estadista, diplomático y sobre todo como defensor de los derechos del Paraguay sobre el Chaco Boreal, cuestionado seriamente por Bolivia.
El disertante, joven talento del Coloradismo, estuvo a la altura del tema, pues para radiografiar a un genio hace falta la posesión de condiciones no comunes, más aún en este caso en que se trata de abarcar el amplio paisaje de una vida polifacética que brilló como un astro de primera magnitud en diversos campos del quehacer humano y con la proyección de su genio, rebaso las fronteras de su tiempo, haciéndose presente a través de sus ideas, hoy actuales en la inédita dimensión del futuro.
El Dr. Argaña, mantuvo en suspenso a la concurrencia al presentar ante la visión de los presentes la imagen del gran compatriota, con los mismos perfiles trazados por la intuición popular que generalmente apriorísticamente, antes de la discusión dialéctica descubre la verdad. Y cuando una gran inteligencia o la potencia de un talento nos dan los fundamentos lógicos y racionales de lo que intuitivamente consideramos como una verdad, sentimos el halago de quien se siente capaz de aprehenderla con el solo poder de sus facultades inteligibles.
Es lo que ocurrió durante y después de la brillante disertación del Dr. Argaña. Con la gran solvencia de un estudioso, en forma metódica y científica, puso en evidencia los atributos pre claros de un gran hombre, refirmó la transcedencia de sus ideas, la vastedad de sus conocimientos, el poder arrasador de su voluntad y sobre todo el factor causal de sus grandes realizaciones a favor de la patria y de la causa de la patria de su gran obra de historiador, estadista y diplomático, y ese elemento que presidió siempre su quehacer de ilustre servidor de los altos intereses de la comunidad nacional fue un acendrado patriotismo, su impresionante autenticidad de paraguayo.
Ese público que siguió con singular interés la exposición del disertante se hizo presente en el acto que venimos comentando, atraído por doble motivo: el tema y quien debía exponerlo. De aquel ya sabía que iba a versar sobre la personalidad de un grande de la patria y de éste los puntos que calzaba como inteligencia y capacidad en pleno desarrollo hacia una plenitud de imprevisibles alcances.
Al final del acto, los que participamos del mismo como integrantes del público presente, podemos afirmar que el mismo fue altamente positivo porque la conferencia proporcionó los elementos racionales que dan cuenta que un grande de la patria porque fue grande con lo que el conocimiento intuitivo del pueblo se re-firma y se convierte en el conocimiento reflexivo, en verdad decantada por el proceso dialéctico.
Todas las facetas de la personalidad de Moreno fueron exhibidas por el Dr. Argaña y todas ellas son luminosas de una luminosidad propia, no de reflejo. Mas, dado los objetivos de nuestro quehacer periodístico que son de carácter político nos interesa especialmente el Moreno político y economista. Sus ideas en este orden le asignaba imperativamente un puesto de lucha en el Partido Colorado, pues en otra parte no podía encontrarse cómodo un patriota y un antiliberal por convicción científica y, efectivamente fue un eminente colorado, admirado por el propio General Caballero, quien le dispensaba sus afectos y su confianza.
Sobre el particular nos dice el Dr. Argaña.         "Comprende perfectamente la bancarrota de la teoría liberal, especialmente en el campo económico, y la ataca racional e históricamente. La considera flor de invernadero inadecuado para la realidad paraguaya". "Es partidario de la intervención del Estado y del estanco de los productos principales de la tierra".
Inspirado en BLÁS GARAY en esta corriente de ideas, la exponía con precisión de quien tiene la preocupación de hacerse entender. Claro, diáfano, no busca rimbombancias pedantes que le hagan aparecer un genio. Tiene un mensaje para la patria y quiere que se le entienda".
"Rehúye lo superfluo y evita lo presuntuoso, con estilo ausente de efectivismos y declamaciones, desarrolla su tesis económica de justificación de la intervención del Estado, afirmando: "Esa misión del Estado es legítima y más reconocida cada vez como necesaria. Nadie tiene el interés que él para colocar rápidamente el país en situación de progreso. COMO PRIMERO Y PRINCIPAL INTERESADO SE JUSTIFICA SU INTROMISIÓN: como el más poderoso, como el que encaminando bien sus esfuerzos ha de ser el que más haga. Se hace esa intromisión necesaria".
Desgraciadamente, la obligada brevedad de este comentario nos obliga a escoger de ese frondosa bosque poblado de riqueza de informaciones como fue la brillante conferencia del Dr. Argaña, sólo algunas frutas. Y ahora, sin agotar los que sobre el particular nos dice el conferenciante, nos referiremos a uno de los más valederos fundamentos de los méritos y la gloria de Moreno: Su papel como abogado de su patria en el litigio con Bolivia.
En este orden de cosa nos dice el Dr. Argaña: "Su polémica histórica con el Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Bolivia, pasará a la posteridad como un modelo de su género. Aún en el ardor más quemante de dicha polémica Moreno guardó siempre la serenidad de un científico, el respeto y la consideración en el trato a su contendor sin caer nunca en el insulto ni en el desmán, pero manteniendo siempre una energía hercúlea en todo lo sustantivo".
"Todo en él es preciso. Hay empecinamiento sublime en una habilidad de prestidigitador. Cuando parece al lector que los argumentos del Dr. Mujía son irrebatibles, Moreno saca, como si fuera de la manga, nuevos documentos, destruye la dialéctica falaz y engañosa de documentos mutilados por su contendor boliviano. Es el primer defensor del Chaco, el Primer gladiador de la República.
El rotundo y consagratorio juicio que encierra la última afirmación transcripta y subrayada por nosotros, hace innecesaria que nos extendamos sobre el asunto. Se la puede demostrar con documentos sobre la formidable acción de Moreno, en la misma forma en que él demostró con argumentos incontrovertibles los legítimos derechos del Paraguay sobre el Chaco Boreal.
Su obra monumental: "LA CUESTIÓN DE LÍMITES CON BOLIVIA", 3 tomos están a disposición de los que quieren conocer mejor las proezas de este "PRIMER GLADIADOR DE LA REPÚBLICA".
En la pasada jornada del ciclo de Conferencias auspiciadas por el Centro Colorado de Cultura, hemos vivido una noche de vibración patriótica y de recordación reverente de uno de los más grandes compatriotas que han honrado y han servido con las excelencias de sus inteligencia y la enjundia de su gran cultura y patriotismo a la nación.
(De "EL COLORADO", Edición de la III Semana de Agosto de 1972).


Si el carisma tiene un nombre entre los personajes de nuestra Patria, si se ha encarnado en alguien la polifacética actividad que define el contraste, ese hombre es FULGENCIO R. MORENO, la personalidad más vigorosa del Paraguay contemporáneo.
Su perfil gigante, hoy casi desconocido por las nuevas generaciones en sus detalles humanos y en la grandeza de su labor intelectual, hace que tengamos que hacer una expedición al pasado para redescubrir a Moreno e invito a los amigos que están presentes en esta reunión a acompañarme en este viaje maravilloso, en el que el paisaje irá cambiando constantemente, en el que el aburrimiento será desterrado para dar lugar a la pasión y a la policromía de la defensa de los más puros y altos ideales. Itinerario donde iremos haciendo escalas en el mundo fabuloso de la imaginación del poeta, en el pasado remoto de las reducciones indígenas, del etnógrafo, y en la dialéctica -firme y galana- del apóstol de los derechos del Paraguay en el Chaco, todo ello sin desconectarnos de una visión sociológica de nuestra realidad, de nuestro mundo de hoy y de nuestro mundo de siempre. Encontraremos que cada paisaje, cada montaña, cada valle o cada hombre, es la extracción intima del corazón de la tierra, es el registro de los estremecimientos y de las angustias de un pueblo, es en síntesis la presencia inmanente y alada, a veces apenas tangible, pero sí presentida del genio de la raza.
Haremos historia de un hombre y la haremos en la, concepción del poeta e historiador Lamartine. Es decir, que no tenemos pretensiones de historiador y no queremos afectar la solemnidad de la historia. Queremos hacer un término medio entre la historia y las memorias. No vamos a ocuparnos de los acontecimientos de un SIGLO, pero si vamos a ocuparnos de un hombre que llena UN SIGLO. De un hombre que, arrojado al mundo sobre las cenizas candentes del drama más grande de nuestra Patria, vivió en una paz de miserias y anarquías, entre dos guerras; que perteneció a una generación de la derrota, educada por los sofismas del liberalismo, y que tuvo la vitalidad de sobreponerse al signo del fracaso, de emanciparse de la sensación de derrota y de destruir la mentalidad fariseica y materialista del liberalismo económico y político. Un hombre que buscó su reentronque en los héroes de la nacionalidad y despreció la constitución llamada paraguaya por antifrasis impuestanos como colonia en 1870. Será pues una historia llena de lecciones dadas en el corto y fecundo marco de una vida.
No queremos hacer solamente una crónica, no que-remos tener solamente la imparcialidad del espejo que reproduce las imágenes; pretendemos agregarle nuestra conciencia, nuestra forma de ver hoy los problemas de ayer, con comprensión y con simpatía y con el aval de conocer los hechos posteriores cuyo conocimiento no pudo estar al alcance temporal de quien historiamos. Queremos, pues, hacer un relato vivificado por la imaginación, reflejado y juzgado por la prudencia y el buen sentido.
Pero como no somos románticos, ni, desgraciadamente poetas, haremos, también, historia de hechos, y lo haremos -al menos es nuestro propósito- no sólo como una suma de acontecimientos -pasados, sino COMO UNA FUERZA QUE ACTUA EN EL PRESENTE. Creemos acertado decir que la historia determina a la historia, y que en el acaecer diario surge una correlación armoniosa e imperceptible que nos permite enunciar leyes políticas sobre una verificación histórica, que nos dan las constantes de nuestra civilización y de nuestro mundo.
En el comportamiento de los hombres, en sus reacciones y en sus diversas actitudes sobreviven con más vitalidad los acontecimientos del pasado, que en la des personalización de los folios y archivos, muchas veces mutilados.
Comprendemos con O'Leary, la importancia que tiene la idea que los hombres se hacen de la historia de su patria. La política -que es la dinámica de la vida de los hombres ante los acontecimientos- es un mundo poblado de creencias, de símbolos, y aquello que no tiene valor en sí mismo tiene un valor inmenso por lo que representa o significa. Es una bandera, es el color de un pañuelo, o el largo de un saco, y motiva, en este mundo de representaciones, actos de grandeza o de horribles e innecesarias crueldades. Así lo comprendió O'Leary cuando comenzó el revisionismo de nuestra historia. Así lo enseñó, Paul Valery, cuando dijo "La historia hace soñar, embriaga a los pueblos, engendra falsos recuerdos, mantiene abierta sus viejas llagas, los atormenta en su reposo, los conduce al delirio de las grandezas o al de la persecución".
Quiere decir que hay un peso de la historia, hay una conciencia histórica que fortalece o hace fracasar a los pueblos. Y así nuestro pueblo, a través de O'Leary y Moreno -hermanos en la carne y en los ideales- lo ha comprendido y ha sabido ubicarse en la conciencia de la grandeza de su destino histórico. Moreno y O'Leary nos han hecho saber que estamos de consuno con la historia, que nuestra marcha como pueblo libre e independiente está en la conciencia de nuestra grandeza pasada que nos exige un cierto finalismo histórico. Con este bagaje intelectual y el deseo de querer encontrar en los pliegues y repliegues de los acontecimientos y de la vida del hombre que queremos redescubrir el norte en la marcha incontrastable de nuestra Patria hacia su futuro, comencemos el viaje al pasado.

EL HOMBRE
Queremos hablar del Abogado del Chaco, pero para comprenderlo no podemos dejar de recordar al poeta, al periodista, al financista, y por sobre todo al historiador. El hombre es una integridad. Sus sedimentos se van ubicando unos sobre otros, lenta y parsimoniosamente, y el sedimento de arriba tiene por fuerza nutricia lo que le sirve de apoyo. Así, no habría Renacimiento sin la época medieval y mística que le precedió; tampoco habría el abogado Moreno, defensor del Chaco, si antes no hubiera el poeta y el historiador. Los genios no se improvisan, se preparan.
Nació FULGENCIO R. MORENO, en los Valles de Tapuá-Asunción -donde la Crónica Galante de la Colonia ubica el centro de romances y aventuras de Domingo Martínez de Irala. Nació bajo el signo de Escorpio, el 9 de noviembre de 1872, su signo zodiacal ya nos dice algo sobre el carácter y la estatura moral del Dr. Moreno.
Férrea voluntad, sentido innato de la autoridad, vocación de sacrificio, fuerte en sus convicciones y respetuoso en sus formas. Se da en él la entelequia griega del justo equilibrio armonioso de fuerza y forma.
"Fortiter in re suaviter in modo" decían los romanos para tipificar al hombre ideal. Fuerte en la cosa suave en el modo. He ahí la síntesis de la personalidad de Moreno. Lo confirmaremos esto en el análisis que haremos de su famosa "Cuestión de Límites con Bolivia-Alegatos y Réplicas al Embajador Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Bolivia Dr. Ricardo Mujía". Estamos pues, en el año de su CENTENARIO. Su figura sigue incólume, impertérrita y respetada, nunca olvidada. En un país de héroes, donde abundan las grandes recordaciones para los Aquiles, asume mayor mérito esta perennidad en el recuerda para quien como Cicerón fue un soldado del derecho.
Sus antecedentes biológicos ya nos abren la panorámica de su futuro de gran patriota. Por ascendencia paterna se entronca en O'Leary, de gran actuación en la gesta bolivariana; y por la línea materna fortalece sus raíces en Yegros, prócer de nuestra independencia. De genio rápido, inteligencia vivaz, sortilegio de picardía e imaginación, no había cumplido aún los 15 años cuando ya se daba a la estampa su primer ensayo. "Había nacido escritor", dice de él, su hermano Don Juan E. O'Leary, en una breve Biografía publicada en El Liberal el 18 de octubre de 1933. "Sus primeros ensayos fueron desde ya impecables, cuando otros luchaban por dominar las exigencias de la prosa, en dura brega con el idioma, él, que era un niño, el más pequeño de todos, disponía ya de las alas del verso". Fue poeta antes de serlo. Dominaba la métrica con precisión, casi instintivamente.
Su ver alegre de la vida, su grandeza de alma, lo hacía encontrar todo risueño, sus primeros amores con las musas los destina con inocente y picante ingenio a compañeros, profesores, y a sí mismo.
Su temperamento alegre, bohemio y artista, hace de el: romancero, que guitarra en mano, a lomo de caballo y acompañado de amigos, va trovando serenatas por las calles de Asunción. Ese vivir la vida, esa bohemia ambulante, y no excluyente de la disciplina de los estudios, le permitirá dedicarse en la edad provecta, con fruición, con dedicación y renunciamientos a la labor científica e investigadora, cuyos pacientes conocimientos adquiridos tras 30 años de visita diaria a Archivos y Bibliotecas, le permitirá ejercer la réplica a los largos y preparados memorándum y alegatos de Ricardo Mujía, casi sobre la marcha, en una labor que sorprende por su documentación, versación, dialéctica y profundo contenido de filosofía jurídica.
Y hará, que esa alegría de vivir le permita terminar sus días sin la amargura del Fausto de Goethe, quien luego de haber dedicado su vida al estudio de la filosofía, de la Jurisprudencia, de la medicina y también de la teología, llega a la conclusión de su ignorancia, de la aridez de su vida, y ante esa certeza que le consume el corazón, entrega su alma al diablo en busca de la perdida y no gozada juventud. Moreno, por el contrario gozó de la juventud y fue fecundo en su vida.
No era el pedante sin mérito ni talento que busca la ciencia y el rótulo que ella da, para escalar a las pequeñas eminencias de la política, como lo hacen muchos. Por ello, no sistematizó sus conocimientos. No quiso ser maestro, a pesar de serla sin querer, quiso ser siempre un estudioso, como dice de él O'Leary.
En su juventud firmaba sus composiciones poéticas y diversos artículos con los distintos seudónimos de: FÉLIX MAURI, "PIN-PUM", "FULCIO", "MORABEL", modestia con que ocultaba su nombre auténtico a la publicidad y simpatía que despertaba entre sus lectores las obras de su pluma.
Su espíritu altamente concreto, enemigo natural de las abstracciones, hace que plasme las concepciones filosóficas en figuras e imágenes plásticas concretas de la naturaleza, comprendiendo que el fenómeno del pensamiento, a pesar de su inmaterialidad, se asemeja a los procesos de formación y a los modos de sucederse las transformaciones del mundo físico. Pero más que nada, porque hijo de la tierra es la síntesis y la expresión de sus dolores y estremecimientos; siente lo nativo, lo nuestro, en carne propia. Se emancipa de la educación liberal imperante entonces. Lo hace por su solo instinto nacional, se encuentra con el alma de la raza sin querer y sin saberlo, por el propio impulso de su torrente sanguíneo y su vinculación biológica con el pasado de grandeza.
Geopolítico sin saberlo. Comprende la eterna complicidad de la historia con la geografía. Sabe cómo un río, un bajo relieve en el terreno, una montaña, cambia la marcha de los acontecimientos históricos. Lee el lenguaje cifrado y mudo que da el paisaje orientando a la conquista. Y así en esta compenetración telúrica, se encuentra a sí mismo en su prosa y sobre todo en sus versos.
YBA, es más que una hermosa poesía que “remeda el ritmo íntimo de las canciones guaraníes”, es el drama de la Patria. La historia del héroe y su amante joven. Pero no es el romanticismo el númen de su inspiración, es el patriotismo. Porque el héroe es López y la amada joven: la Patria. Comienzan andando, ambos, en los Valles de Pirayú. -No está ahí acaso el Campamento Cerro León, pregunto?-. Ella es la inmortal hija de Guaraní y cuando marchan hacia un destino que no se sabe. Adónde van?. "Hacia las faldas del cerro?", agrega: Que, pienso, no puede ser otro que Cerro Corá. Y cuando el amante muere, la Patria se precipita al abismo.
Quien tuviera el genio de hacer inteligible la psicología humana a través de este drama poético, comprendería los sentimientos patrióticos, interpretaría la tragedia de nuestra nación, el abismo en que se precipitó nuestra Patria después de la muerte del Mariscal. Estos versos fueron publicados cuando Moreno contaba apenas 20 años, corría el año 1892, el problema del Chaco aún no se perfilaba con claridad, casi se ignoraba, sin embargo, al leer estos versos se presiente la presencia de un gran patriota, se sabe ya hoy con mirada retrospectiva, que ahí no nacía solamente un poeta sino también UN DEFENSOR DE LA PATRIA.
Su actividad es policromática: poeta, escritor, diplomático, investigador, periodista, Diputado, Ministro. Se ganó la vida en sus años mozos como tenedor de libros y contador, y ello dio a su espíritu poético la justa comprensión, que le dio la ambivalencia que hace que encontremos en su prosa la entelequia aristotélica. De ahí que sus alegatos jurídicos se despojen de espejismos y se ciñan a la realidad. De ahí, la precisión matemática de sus memoriales que se funda en la realidad de los acontecimientos y no en meras ilusiones de la mente o en las ensoñaciones del poeta.
Es entonces, en la humilde labor de tenedor de libros y contador, donde nace su vocación por la economía y las finanzas, en las que descolló, también, con perfiles propios y nítidos.

SUS IDEAS ECONÓMICAS
Fue Ministro de Hacienda, desde 1901 hasta 1904 y desde su alta investidura desarrolló una teoría económica que, hoy a 70 años, tiene plena actualidad. Comprende a perfección la bancarrota de la teoría liberal, especialmente en el campo económico, y la ataca racional e históricamente. La considera flor de invernadero inadecuada para la realidad paraguaya.
Es partidario de la intervención del Estado y del estanco de los productos principales de la tierra. Inspirado en Blas Garay en esta corriente de ideas, las exponía con esa precisión de quien tiene la preocupación de hacerse entender. Claro, diáfano, no busca rimbombancias pedantes que le hagan aparecer como genio. Tiene un mensaje para la Patria y quiere que se le entienda.
Rehúye lo superfluo y evita lo presuntuoso, con estilo ausente de efectismos y declamaciones, desarrolla su tesis económica de justificación de la intervención del Estado, afirmando: "Esa misión del Estado es legítima, y más reconocida cada vez como necesaria. Nadie tiene el interés que él para colocar rápidamente el país en situación de progreso. Como primero y principal interesado se justifica su intromisión: como el más poderoso, como el que encaminando bien sus esfuerzos, ha de ser el que más haga: Se hace esa intromisión necesaria".
Como Ministro de Hacienda, Moreno consigue el estanco de la yerba mate, el cuero y el tabaco. Y con la misma pasión que luego se dedicará a "la Cuestión con Bolivia" se empeña al tema económico en profundidad.
Investiga las relaciones impositivas de los gobiernos anteriores y se declara anti individualista, protector del débil y del pobre. Anidan en sus ideas un gran contenido social. Martilla sus sienes la situación del obrajero, del campesino. Considera injusto los beneficios desmedidos de las grandes empresas industriales con relación al agobiador y mal remunerado trabajo del productor humilde y explotado.
Se da perfectamente cuenta, y así lo dice, que el "Laissezfairismo", que el Estado Gendarme, es la política del fortalecimiento del fuerte sobre el débil. Que la no intervención del Estado protege los desmanes de capital extranjero y liberal contra el peón y el obrero paraguayo.
El liberalismo que es la formula "ZORRO LIBRE EN GALLINERO LIBRE" le causa profunda repugnancia social por las injusticias que conlleva y la rechaza económicamente por el fracaso que representa.
"Para combatir estas anomalías -dice- que surgen del caos de la economía nacional, ES INDISPENSABLE QUE EL ESTADO INTERVENGA EN BENEFICIO DE LA ECONOMIA SOCIAL O NACIONAL".
Condena al liberalismo, manchesteriano y colonialista, como una antigualla de museo, en una época en que las generaciones pseudo cultas, snob de la época, que era las absolutamente dominantes, se inclinaban reverentes ante las teorías liberales en boga y que imperaba en la conciencia de su época. Por ello es su mérito más grande, como dice J. Natalicio González, cuando en un artículo publicado en el Nº 28 de Guarania del 20 de febrero de 1936, expresaba: "Para destacar con mayor relieve su actitud mental, conviene fijarse que Moreno perteneció a una generación educada en el culto de las doctrinas liberales. Y a pesar de ello se apartó del libro importado, para permanecer fiel a la índole de su pueblo, ANTI  INDIVIDUALISTA, gregario, que descubre una significación social y altruista en la existencia".
Sostener la tesis económica de Moreno era una herejía en la época, y hacía de él, en realidad, un auténtico revolucionario, en el sentido moderno y científico que tiene el vocablo. Sostenía el restablecimiento del orden social natural mediante la restauración del Estado en sus funciones comunitarias. Era el cambio de estructuras. Era la vuelta al orden natural e histórico de nuestro pueblo desvirtuado por la incapacidad funcional del Estado dentro del “zapato chino”  de la constitución antiparaguaya de 1870, como lo expresara el Senador Nacional Dr. Ezequiel González Alsina.
Su antiindividualismo aparece con toda nitidez.
Es el antiindividualismo de Dostoievski y de Tolstoi, pero muy diverso en sus motivaciones y en su expresión.   Dostoievski lo es de manera irracional y mística, el individualismo es para él desertar del espíritu universal. Tolstoi lo rechaza simplemente por motivos racionales y eudemonísticos, como una busca de la felicidad. En cambio Moreno lo enraiza en la historia de la Patria, en la naturaleza orgánica, física y real del Paraguay, en sus expresiones más tradicionales, y hasta si se quiere atávica de su raza, en un sentido revolucionario de la vuelta a una forma tradicional de vivir, en la necesidad de autenticidad de un pueblo que va siendo destruido poco a poco por doctrinas y actitudes importadas. Su anti individualismo es la incesante búsqueda de lo autóctono.
No deja de tener en el fondo una concepción eudemonística como la de Tolstoi, pues, es evidente que el hombre no encontrará su felicidad si no es el mismo. Si bien, la diferencia está en que Tolstoi lo entronca en la doctrina moral del bien; en cambio para Moreno estaría la felicidad del hombre en lo colectivo, en lo social, en lo autóctono, en encontrarse con su propia naturaleza, en realizarse, en volver a ser lo que siempre ha sido, que es lo que le ordena la voz de la sangre, lo que le manda el espíritu de la raza.
Pero es más, es un poeta construyendo una teoría económica nacional de tal alcance. De no serlo no hubiera interpretado el alma de la raza. Es también, un profeta, cuando señala el factor económico en el drama de la historia. No es un adepto al materialismo histórico. Si bien, no desconoce que los hechos económicos e históricos, influyen en la voluntad del hombre, pero tiene fe, comprende y cree en la fuerza de la voluntad humana para transformar su propio destino y vencer las limitaciones de la geografía, de la historia y de la economía.
Equidistante, sereno y reflexivo se da cuenta que los acontecimientos políticos pueden arrastrarnos a una confrontación bélica y que debemos estar preparados económicamente para hacerle frente pues, o sino "desapareceremos como nación" dice presintiendo el futuro. Propone como solución a nivel nacional la sustitución inmediata del laisserfairismo o sino no estaremos en condiciones de hacer frente a una grave complicación internacional", afirma.
Efectivamente, su profecía se cumplió en el orden económico y en el orden, histórico. El Mariscal José Félix Estigarribia, en las páginas 136 y 137 de sus memorias transcribe una carta del Presidente Eusebio Ayala en la que confirma la preocupación de Moreno: "los recursos del Gobierno son muy limitados, dice el propio Presidente Ayala. Los fondos oro ya están gastados. Queda un pequeño saldo que debemos conservar para proveer de municiones, medios de transportes y cosas absolutamente indispensables. YA NO ESTAMOS en posición de adquirir fusiles, aviones, artillería y ametralladoras. El plan de su Comando debe pues, subordinarse a estas circunstancias por ser irremediables. ALGUNOS FINANCISTAS DE TIERRA ADEN TRO, sueñan con medidas de las que lo menos que se puede decir es que son ridículas. El Paraguay es pobre, carece de metálico y de valores que se pueden transformar de metálico enseguida. Contra todo esto no hay arbitrio que valga".
¡Cuánta razón tenía, Moreno!
Muy joven Moreno, abrazó los ideales del Partido Colorado, en el cual combatió con denuedo y decisión. Mereció el elogio y la admiración del General Bernardino Caballero, que vio en él, un futuro gran hombre para el Paraguay. Fueron muy leídas en su época sus resonantes campañas políticas partidarias en las que empleando una sátira ardiente, pero alegre, supo destruir los sofismas del liberalismo.
Refiriéndose a su posición política, dice de él J. Natalicio González: “Fue antiliberal en sus ideas porque era medularmente paraguayo como hombre. Su memoria no perecerá, porque en su obra y en sus altos pensamientos se han objetivado los anhelos y los ensueños de la raza a la que amó tanto y de la que es hijo esclarecido”.

EL PERIODISTA
"Periodista nato, lo fue antes de serlo", dice de él Juan E. O'Leary, en su recordada pequeña biografía de Moreno.
Fundó con Garay y Gondra "LA SEMANA". Escritor permanente de pluma ágil y amena, sin más pretensión que transmitir el mensaje de paraguayidad que golpeaba incesantemente su alma.
Su estilo sin rebusques literarios, abre, fanales de luz al lector.
Colaborador permanente del "PROGRESO", "EL TIEMPO", "LA UNIÓN", "PATRIA", "LA TRIBUNA". Director de la REVISTA DEL INSTITUTO PARAGUAYO, de tanta y tan gran de trascendencia en la evolución cultural de nuestro país, fue uno de los pocos periodistas extranjeros que mereció ser columnista permanente del Diario "LA PRENSA" de Buenos Aires.
Escribió incansablemente, aún ejerciendo la función diplomática, así los Diarios "EL MERCURIO" y el "DIARIO ILUSTRADO" de Santiago de Chile; "EL COMERCIO" de Lima; "EL DIARIO" de La Paz y "EL CORREIO DA MANHA" de Río de Janeiro, vieron engalanadas sus páginas con la prosa precisa, enérgica, valiente y pura de Moreno, así como con los ensueños telúricos de su alada poesía.
La compilación de parte de sus artículos dominicales de "LA PRENSA" de Buenos Aires, compone "LA CIUDAD DE ASUNCIÓN", obra de resonancia continental. En que no sólo es la crónica amena y real de la conquista, sino también' es el estudio psicológico de las almas que en ella participaron. Estudio no meramente especulativo de la psicología humana, sino altamente práctico y positivo, pues, busca, a través de la interpretación de las pasiones, comprender, explicar y desentrañar el muchas veces misterioso andar de nuestra vida colonial. Se semeja en su análisis de las almas y de las pasiones, a Stendhal o Stefan Zweig; pero los supera, pues, aplica su imaginación interpretativa a personajes reales cuyas pasiones se plasmaron en hechos cuyas ondas aún hoy remansan en las playas de la historia.
Se lee en sus páginas la admiración por lo autóctono, la preocupación por la nuestro. El reconocimiento de que nuestra Patria tiene su fuerza y su vitalidad no en su riqueza económica sino en los resortes mora-les y ancestrales de su pueblo. Encuentra la explicación del por qué Asunción fue el amparo y el reparo de la conquista, del por qué de su fuerza expansiva y la ex-plica en estas palabras, que resume, en una noción de síntesis propia de un maestro de filosofía, el alma de la raza. "Pero el resorte de sus energías -dice Moreno- no había que buscarlo principalmente ni en la abundancia de sus cosechas, ni en la fecundidad de su suelo, ni en la extraordinaria procreación de su gana-do, ni en los efectos sensibles de su inicial florecimiento económico. NO ESTABA TANTO EN LA SUPERFICIE VISIBLE DE LAS COSAS COMO EN LAS CONDICIONES Y CARACTERES INTIMOS DE SU POBLACIÓN.
Esa población formada de una noble estirpe guerrera y conquistadora, engendrada con amor y con violencia, entre los azares del campamento y las rudas faenas del campo; que conoció desde su infancia los rigores de la vida y no se doblegó jamás a la adversidad, era el elemento básico permanente e indestructible de aquel lejano centro de pobres apariencias, GERMEN DE UNA NACIONALIDAD QUE SURGIA EN MEDIO DE LAS SELVAS. Esa población constituía una nueva raza, cuyos caracteres principales se destacaron desde el primer momento. Y ella no solo dio vida a la nacionalidad paraguaya, sino que extendió también su acción en una inmensa zona del continente".
Pero, también, los vuelos de su imaginación lo llevaron muchas veces a otros y otros estilos periodísticos al margen de sus habituales disquisiciones políticas y jurídicas. Así se ve la influencia de Goethe, en aquella tremenda sátira política titulada "DIÁLOGOS DE LOS MUERTOS" inédita hasta su publicación en "LA ÉPOCA" del 17 de octubre de 1936, artículo escrito por Moreno en 1909, y en la que al estilo del aquelarre de las brujas de Fausto, hace aparecer, al Dr. Francia y a Policarpo Patiño, en espectro, cabalgando sobre las molduras o colgados de los cielos rasos de lo que fue el Palacio de Gobierno de Francia. Los que en su invisible naturaleza vagan por los lugares de decisión gubernativa, mirando todo desde su posición comentada. Aparece luego en escena el Comandante de Pilar José J. López, también en espectro, quien escandalizado viene a informar al Supremo las tremendas arbitrariedades e injusticias del régimen liberal imperante, y refiriéndose a una reunión entre los Gobernantes de la época en el Palacio, que en su condición de invisible pudo presenciar, le informa: "Otros hablaron después que fueron más inteligibles, invocaban como fundamento, los principios más avanzados del régimen liberal -democrático-republicano- y el asunto versaba sobre la mejor manera de vejar, maltratar y confinar a unos presos políticos al interior del Chaco y matar en su germen todo conato de opinión", evidentemente se alude a Fortín Galpón. Sigue hablando el espíritu del Comandante de Pilar, y le dice al Supremo: "Era como para recordar nuestros buenos tiempos, pero confesando naturalmente que en esta materia, Excelentísimo Señor, habéis quedado un tanto atrás: condición inherente para el progreso humano, que todo lo ha perfeccionado". Fina ironía, profundo sentido del humor; pero sobre todo fuerza de látigo que castiga inexorablemente la arbitrariedad del Gobierno Liberal que se estaba adelantando a la Alemania de Hitler, creando el primer campo de concentración del mundo, donde fueron víctimas del liberalismo los mártires colorados de la libertad. Como hombre, su característica más notable y distinguida, constituye indudablemente su modestia, su humildad. Estaba dispuesto a servir a su Patria desde los puestos más insignificantes. No buscaba ni pedía honores. Esta característica suya merece, al decir de Belin Sarmiento, todo un estudio y constituye el mejor homenaje rendido al patriotismo al par que la lección y la enseñanza de su vida.
Con la capacidad, tesón y dinamismo que puso en todo lo que se le encomendara demostró que no es la función la que hace al hombre sino el hombre a la función. Así, ejerciera la Secretaría del Correo, la enseñanza de la Historia Griega o las funciones de abogado defensor de los derechos del Paraguay en la Cuestión de Límites con Bolivia, llegó a las alturas más insospechadas.
Donde quiera que lo reclamaran se entregaba todo entero, con generosidad, sin retaceos ni reservas mentales y sin pedir honores. Su vocación de servicio era inmensa y la Patria siempre fue grata con él.

EL HISTORIADOR
Luchando con su pobreza material, superviviendo apenas en las lides políticas de un país anarquizado, Moreno prefirió sacrificar sus legítimos derechos de hacer dinero en el ejercicio de una profesión lucrativa, para la cual estaba sabiamente preparado, en aras de la investigación histórica. Treinta años la dedicó a ello, con pasión de artesano y vocación de apóstol. No se contentó nunca con datos de segunda mano o labor de comentaristas. Quiso beber siempre en las fuentes puras y prístinas de los orígenes mismos. Así, horas y horas, días y días, años tras años, estuvo en los Archivos y Bibliotecas, examinando, leyendo, decantando, el^- minando, aceptando, documentos, datos, anales, hechos y hombres.
Esta dedicación fue sin duda una misión salvadora para la Patria. De no haber estado precedido Moreno de esta ardua e ingente labor investigadora, ciertamente no podría contestar en escaso tres meses los ocho tomos de los alegatos de Bolivia preparados por Mujía con hartazgo de tiempo. La información precisa, la enjundia del dato y del conocimiento adquirido en largas vigilias, posibilitó la defensa de nuestros legítimos derechos sobre el Chaco.
En 1911, da a la estampa, su obra ESTUDIO SOBRE LA INDEPENDENCIA DEL PARAGUAY, definitivamente consagratoria, en la que con pluma ágil, datos concretos, imaginación vivaz, sigue paso a paso el desarrollo dramático y a veces turbulento de la conquista. Campea en sus páginas no sólo el historiador sino el profundo conocedor de nuestra historia.
En sus alegatos jurídicos, en sus estudios etnográficos, en su trabajo "LA EXTENSIÓN TERRITORIAL DEL PARAGUAY AL OCCIDENTE DE SU RÍO", no se sabe si apreciar más su labor investigadora o su dialéctica forense. Pero, sí siempre está presente un anhelo: DEMOSTRAR LA LEGITIMIDAD DE LOS TITULOS DEL PARAGUAY. No es un diletante, no escribe por el mero placer de hacerlo, aunque evidentemente lo goce, antepone a todo el amor a la Patria, la defensa de sus derechos. En él no rige el arte por el arte; sino el arte por la patria.
Así, sin saberlo, tal vez sin quererlo, fue preparándose esmerada, meticulosamente, como poeta, como político, como financista, como escritor, como periodista, como investigador histórico para SER EL ALMA DE LA TOGA en la defensa de nuestra Cuestión de Límites con Bolivia.

EL ALMA DE LA TOGA
Moreno por sobre todo fue abogado. La abogacía es parafraseando a Couture, al mismo tiempo arte, política, ética y acción. Todo esos atributos los tuvo Moreno, según así se demuestra en las páginas que anteceden. Tuvo por causa una sola: la bella causa del país; tuvo un solo cliente: la Patria toda.
A semejanza de Ihering, encontró en el derecho una idea de fuerza. Comprendió que en la lucha por el derecho está, siempre latente, un drama humano y más aún que en la lucha por la verdad y la justicia, en el Derecho de Gentes, hay más humanidad y grandeza, por que está en juego todo el destino de un pueblo.
El Derecho de Gentes no es un frío y abstracto sistema de normas, hay en sus cuestiones y en sus principios calor humanó que trasuntan las aspiraciones más conmovedoras, las pasiones más hondas que se agitan en el drama de la Humanidad. Moreno dio esta orientación de identificar el derecho y la vida en los problemas internacionales.
Sabía perfectamente que se estaba preparando una nueva salida de los Jinetes del Apocalipsis, con su cortejo de guerra, miseria y hambre. Comprendía que no era justo ni humano que nuestra Patria, víctima de un genocidio reciente sufriera otra vez en la carne de sus hijos tal flagelo; pero sobre lo injusto de la guerra, sobre su espíritu pacifista se levantaba como un granito inmortal la fuerza de sus convicciones sobre loes derechos del Paraguay sobre el Chaco. Y así, defendiendo la Paz por el triunfo del derecho, luchó "ungibus et rostrum" en todos los niveles en que le cupo actuar para (consagrar en el campo jurídico la verdad de nuestra Cuestión con Bolivia.
Y es en este campo en el que su figura alcanza dimensión esquiliana, que se supera a sí mismo.
En 1907 es nombrado Miembro de la Comisión encargada de redactar la Exposición de los derechos del Paraguay en su cuestión de Límites con Bolivia, y en enero de 1915 es designado Plenipotenciario especial para negociar con el Ministro Boliviano Dr. Ricardo Mujía un Acuerdo que pusiera término al ya largo litigio entre Paraguay y Bolivia.
En 1927 y 1928, Moreno es nombrado Miembro de la Delegación Paraguaya en la Conferencia de Buenos Aires.
Su polémica histórica diplomática con el Embajador Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Bolivia pasará a la posteridad como un modelo en su género. Aún en el ardor más quemante de dicha polémica Moreno guardó siempre la serenidad de un científico, el respeto y la consideración en el trato a su contendor, sin caer nunca en el insulto ni en el desmán, pero manteniendo siempre una energía hercúlea en todo lo sustantivo.
Su labor pareciera la del naturalista que diseca y va analizando, con paciencia, de sabio, todos los pasos de la historia patria desde sus más remotos orígenes, replicando falsedades, demostrando con documentos, datos, informes y crónicas de la época la verdad de sus aseveraciones.
Nunca estático ni frío, nada de dogmatismos. Metódico, intenso, infatigable, oportuno, actúa con la fe de un sacerdote laico.
En su famosa polémica uno no sabe si admirar más la labor del investigador, la galanura y la precisión del lenguaje o la contextura jurídica del raciocinio.
Todo en él es preciso. Hay un empecinamiento sublime y una habilidad de prestidigitador. Cuando parece al lector que los argumentos del Dr. Mujía son irrebatibles, el Dr. Moreno, saca como si fuera de la manga, nuevos documentos, destruye la dialéctica falaz y engañosa de documentos mutilados por su contendor Boliviano. Es el primer defensor del Chaco, es el primer Gladiador de la República.
"LA CUESTIÓN DE LÍMITES CON BOLIVIA" 1915 a 1917, en 3 tomos, fue publicada por la Imprenta Nacional en 1928.
Pertenece ya a la antología. Está integrada por las Actas de las Conferencias y las Memorias de los Negociadores. En total doce actas, en las que se ve permanentemente la impronta de Moreno en la redacción de ellas. Está su presencia en la forma, en el estiló y en da precisión. Su cautela y dedicación hacen que él personalmente redactara tales actas para evitar tergiversaciones al pensamiento paraguayo.
En este duelo singular, su propio contendor no trepidó en expresarle su admiración más de una vez, en términos altamente elogiosos. En efecto, en el comienzo a las Observaciones al Segundo Memorándum del Plenipotenciario Especial del Paraguay, Necia el Dr. Mu-jía: "El importante trabajo aludido, que revela el patriótico esfuerzo de una alta ilustración y de un talento superior, al servicio de una noble causa, merece la consideración más atenta, que de nuestra parte vamos a consagrarle... ".
El estudio integral, analítico, de los alegatos de Mora no, sería una labor de romanos, imposible de hacerla en el marco relativamente corto de una conferencia; pero no podemos sustraernos al anhelo de hacer una breve síntesis de su tesis, que es sensacional -y de sus argumentaciones-. La tesis de Moreno es terminante : "El diferendo que se ventila, dice, entre los dos países es, pues, sobre la determinación de sus respectivas fronteras. La cuestión pendiente entre el Paraguay y Bolivia es de delimitación NO TERRITORIAL".
Desarrolla esta tesis, fría y cerebralmente pensada para excluir el territorio del Chaco del conflicto, y de toda polémica, estableciendo de esta forma la traba de la litis en la realidad jurídica del problema, y así lo hace" ... demostrando con pruebas históricas y geográficas de evidencia innegable y otros documentos del más alto valor, que el dominio paraguayo al occidente de su río desde el Pilcomayo hasta las posesiones brasileñas EJERCIDO SIN INTERRUPCIÓN Y SIN RECLAMO por más de medio siglo de su vida independiente, como en todo el tiempo colonial, no reclamado, sino por el contrario RECONOCIDO POR EL GOBIERNO DE BOLIVIA en diversas ocasiones durante ese período, cerraba toda posibilidad a las pretensiones posteriores, ocasionalmente surgidas sobre dicha zona territorial, QUE EL PARAGUAY NUNCA PUDO ADMITIR A PESAR DE SU POLITICA CORDIAL CON LA NACIÓN HERMANA; porque tal hecho a todas luces improcedente e INADMISIBLE, DENTRO DE LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO INTERNACIONAL Y DEL DERECHO PUBLICO AMERICANO, importaría para nuestro país LA POSIBILIDAD DE SOMETER A DISCUSIÓN NUESTRA PROPIA SOBERANIA".
En varias páginas en las que revela un profundo conocimiento del Derecho Internacional Público, de su doctrina, y de los antecedentes históricos del caso, de muestra fehacientemente que no se trata de una cuestión territorial sino de una mera cuestión de límites, y que una creencia errónea se debe a la deliberadamente extraviada opinión pública en uno de los dos países.
Campando el respeto y la sabiduría en el contexto, en diversas partes usa de fina y diplomática ironía para poner en descubierto los errores y falacias de la tesis expuesta por el Embajador de Bolivia.
En el debate sobre el "Uti possidetis de facto" en-frente al "Uti possidetis de jure", revela una claridad, una sensibilidad jurídica, propia de Papiniano. Com pite en este pasaje su versación jurídica, su documen-
tación, su argumentación de derecho comparado, su estilo forense y la profunda convicción en la causa que defiende.
"Es verdaderamente sensible que el Señor Ministro de Bolivia no hubiera ilustrado más esta materia, dice. Y renglones más abajo incursiona en el tema. "El principio adoptado por las naciones Americanas para la determinación de sus fronteras en el UTI POSSIDETIS DE 1810, esto es que cada nación se constituía dentro de la entidad territorial que tenía como Colonia Española, al proclamarse la independencia". "El uti possidetis de 1810 es un principio del derecho público americano". Con él, se ha buscado como base para la Paz del Continente, un hecho, una realidad. "LA POSESION EFECTIVA".
Con una dialéctica digna de Hégel y una sistematización metodológica cartesiana, tritura el "uti possidetis juris" invocado por Bolivia, demostrando, que tal "Uti possidetis juris" solamente funciona cuando no "hay posesión de nadie y las fronteras son dudosas y aclara que esta postura de ninguna manera indica la negativa del Paraguay de presentar títulos y antecedentes, lo que hace en abundancia.
Su contracción al trabajo, ya proverbial, se agiganta en este debate: En un plazo irrisorio de tres meses debe presentar su réplica, y lo hace, en tres tomos de imprenta de más 300 páginas cada uno, con acopio de mapas, documentos y citas.
Según crónicas de la época "El razonamiento paraguayo anonadó al negociador boliviano que muy pronto abandonó la Asunción. Pero Moreno lo persiguió hasta La Paz - dice la Crónica - donde sólo pudo conseguir la firma de algunos protocolos "Mujía volvía a escabullirse con el pretexto de un cambio de "misión" "La Época 30 de octubre de 1936".
La labor de Moreno en este largo debate a más del mérito jurídico, tiene el de haber creado la conciencia nacional de la legitimidad de los derechos sobre el Chaco. Ha infundido en los hombres el pensamiento supremo de Patria y creó una conciencia colectiva de legitimidad de nuestros derechos que hizo invencible al pueblo cuando la línea de fortines se convirtió en una frontera de sangre.
Por obra de Moreno nuestros soldados fueron al Chaco con la íntima convicción, arraigada en el alma, de la mística de la lucha y de la verdad. Sabían que la verdad estaba con ellos y eso les dio fuerzas para vencer nuestra falta de preparación, nuestra pobreza y a un enemigo tenaz y aguerrido.
Junto a esos centinelas invisibles que santificaron con su sangre la tierra chaqueña, está, también, haciendo guardia de nuestra soberanía, Fulgencio R. Moreno.
Aliguatá, monumento al valor y al coraje, lleva hoy, en justiciero homenaje, su nombre.
El mejor tributo que se puede rendir a la memoria de este atleta del pensamiento y paladín de la causa paraguaya, lo hace el Presidente Stroessner, quien, con patriótico empeño, dala más alta prioridad a todo lo que al Chaco respecto transformándolo en un emporio de riqueza y de progreso.
El Instituto Colorado de Cultura, enseña a través de estas vidas ejemplares de ínclitos patricios, a las jóvenes generaciones, el por qué el coloradismo tuvo la vitalidad de subsistir 40 años de persecuciones y arbitrariedades.
Al término de este viaje compartido en tan grata compañía, comprendemos el por qué el Partido Colorado sigue fuerte y lo seguirá sin que ninguna fatalidad pueda destruirlo.
A los un año y poco de comenzada la guerra se extinguió la vida mortal de Moreno, en los momentos en que se estaba gestando la victoria de Campo Vía, y la leyenda dirá: Que Moreno al abrirse los establos de los caballos apocalípticos fue ante el Tribunal Supremo del Todopoderoso a presentar sus alegatos, a reclamar justicia para el pueblo paraguayo, y que fue escuchado.
GANO SU ÚLTIMO PLEITO.



UNA OPINION SOBRE LA CONFERENCIA DEL DR. LUIS MARIA ARGAÑA SOBRE "FULGENCIO R. MORENO. EL ABOGADO DEL CHACO"

LUIS MARIA ARGAÑA, es un orador a ratos vehemente, pasional e incendiario, reservando para su diástole fonética la pausa tersa de las mamoreas pero blancas palabras de Pericles (Ver "Vidas Paralelas" de Plutarco). Está lleno de matices tonales y sabios ajedreces verbales, que al apoyarse en una información caudalosa, ofrece una límpida imagen especular, donde sus ideas se multiplican, creando aquello que Benítez reservaba para los espíritus encumbrados, diciendo de ellos que cegaban a pleno golpe de luz: la palabra. Pero más allá de esa cohetería retórica de verdadero poeta in confeso y autista, tiene las tres grandes virtudes, que para ese estilista paraguayo que fue Don Carlos Zubizarreta, eran los ritos imprescindibles del bautizo del auténtico escritor: "claridad, sencillez, concisión". Por lo demás el timbre de la voz, le pertenece, así como su registro estético, "el relieve mayor de su palabra".


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