BOQUERÓN
LA BATALLA DECISIVA
Serie GUERRA DEL CHACO Nº 4
Adhesión al
CENTENARIO DE LA EPOPEYA NACIONAL
y a la
SEMANA DE LOS HÉROES DEL CHACO
Casa Editorial TOLEDO
Setiembre de 1965
Asunción - Paraguay
ÍNDICE
A. INTRODUCCIÓNB. COMANDOS
C. CANTIDAD DE COMBATIENTES
D. CALIDAD PROFESIONAL
E. MORAL DE AMBOS ADVERSARIOS
F. ORGANIZACIÓN DEL TERRENO
G. LOGÍSTICA
H. DESARROLLO DE LA BATALLA
I. LA RENDICIÓN
J. RESULTADOS DE LA BATALLA
K. CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA CITADA
APENDICE: JJ. OO. DE CARRERA Y DE RESERVA / INSTRUCCIÓN DE LA TROPA ..
A. - INTRODUCCIÓN
Boquerón, con sus veintiún días de lucha sin cuartel, representa la gloriosa base de partida que permitió forjar la epopeya del Chaco. Es el punto de unión del pasado legendario con el presente heroico y ha de ser el faro que ilumine el porvenir de la Patria.
Cnel. CARLOS J. FERNANDEZ
Como ex-combatiente en la decisiva batalla de Boquerón, y con motivo de conmemorarse, el 33º aniversario de la misma, me dirijo especialmente a los jóvenes paraguayos que no tuvieron la suerte que tuvimos los de nuestra generación, con el objeto de transmitirles un mensaje de fe y esperanza en los destinos de la Patria, de la cual son ellos los actuales responsables.
Esta intención mía se debe a que, a veces, se escuchan desafinadas voces de personas que se consideran líderes, (y los son, en algunos aspectos), emitiendo, con desconcertante ligereza, su acre censura hacia los actores paraguayos de la mencionada batalla, demostrando con ello un peligroso desconocimiento sobre la realidad de la misma.
Y digo peligroso, porque estas personas, sin haberse tomado el trabajo de leer la documentación necesaria, sin analizar todos los factores que intervinieron en la lucha, y sin hacer un esfuerzo de imaginación para "colocarse en situación", se permiten emitir su juicio crítico tomando sólo en consideración uno o dos factores, y todavía en en forma incompleta, llegando a conclusiones deprimentes para nuestros combatientes y para ellos mismos.
Así, por ejemplo, dicen con todo desparpajo, que 600 bolivianos detuvieron durante 20 días a 10.000 (o aún 12.000) paraguayos, (repitiendo los infundios lanzados por escritores bolivianos para su propio consumo), y que por ese motivo la batalla de Boquerón más bien constituye un motivo de vergüenza para nuestro pueblo.
He de sostener, ya desde ahora, que no Boquerón ni Strongest, pueden constituir motivo de vergüenza para nuestras armas; que la guerra del Chaco fue una sucesión de 1.000 días de gloriosos sacrificios para nuestro pueblo; y que, los que luchamos en Boquerón, merecemos una mejor consideración de estos ignorantes engreídos, que no tuvieron la prueba de fuego a que nosotros fuimos sometidos. ¿Se hubieran ellos comportado mejor que nosotros, con los mismos medios, la misma capacidad y las mismas circunstancias? Solo podemos hacer conjeturas y decir: quizá…
Boquerón debe ser motivo de orgullo para TODOS los paraguayos, sin exclusión alguna.
Para efectuar el análisis y la crítica de una batalla, como saben los profesionales, deben tomarse en consideración los 4 factores de la decisión: misión, enemigo, terreno y propios medios, en su complejidad y en su reciproca influencia, desde el punto de vista de ambos contendores, así como las resultantes respectivas.
Y para ello, no es suficiente leer el libro “Boquerón", de Taborga.. (*)
Mi intención no es ahora desarrollar todos esos puntos y presentarlos integralmente. Por ello, trataré de dejar bosquejado el panorama de la batalla y de sus actores, enfocando en forma somera sólo algunos aspectos.
(*) "Taborga consigna que las bajas paraguayas alcanzan a 7.000 muertos para el 21 de setiembre, y sobre esta base, la cantidad de muertos el 29 sería de unos 10.000, y la de bajas cuando menos de 30.000 ... Todo esto haría alcanzar el efectivo paraguayo, solamente en Boquerón, a algo así como 80.000 hombres". (ANTONIO GONZÁLEZ, en Revista de las FF. AA. N° 160 , trimestre abril/junio de 1957, p., 59). Es una crítica al "Editorial" de “El Orden" fraguado por Taborga.
Para reforzar mis palabra, transcribiré párrafos de algunos escritores paraguayos y extranjeros, especialmente bolivianos, con los cuáles estoy de acuerdo.
B. COMANDOS
BOLIVIA: PARAGUAY
Cte. I . C . E. Cte. I . C . E.
Gral. Carlos Quintanilla Tcnel. José F. Estigarribia
Jefe E.M: : Jefe E. M. :
Tcnel. David Toro Mayor Manuel Garay
Cte. IV Div. : Cte. 1ª. Div.:
Cnel. Francisco Peña Mayor Carlos J. Fernández
Cte. VII Div.: Cte. 2ª. Div.
Cnel. Gerardo Rodríguez Tcnel. Gaudioso Nuñez
Ctes. Rgtos.: Ctes. Rgtos.:
Tcnéls. Marzana, Pereyra, Mayores Antola, Vera, Melgarejo,
Ramos, Méndez, Peñaranda etc. Torreani, Ortiz, Bray, Ortiz, Cabral, etc.
Ctes. Batallones : Ctes. Batallones
Tcnels. Montalbo, Cuenca, Capitanes Irrazabal, Fretes, Rivas
Mayores Lairana, Montán Ortellado, Bogado, Guanes, Palacios,
Valdivieso, Cárdenas, Ocampos, Jara, Paredes, Ferreira, Muñoz etc.
Rivas, etc.
Si hemos de tomar la jerarquía como una medida de la capacidad profesional de los oficiales, llegamos a la conclusión que el comando boliviano era mejor que el paraguayo. Más adelante daremos otrs datos al respecto (Ver cuadro en la P. 43)
" ... en la primera orden de movilización (25-VII-32) se volcó al Chaco casi la totalidad del cuadro de oficiales ... Lo propio se hizo con los alumnos de la escuela de clases... en las trincheras había exceso de ofíciales.. estos elementos de mando, factores de disciplina y conducción, nervio y alma que inspiran firmeza y voluntad en los trances difíciles de la campaña" (PORQUE NO GANAMOS LA GUERRA DEL CHACO, Cnel. Ayala Moreira, p. 144/145).
"Si no se conquistó Boquerón el primer día de la batalla se debió sin duda a factores negativos mucho más profundos, como la poca instrucción de los comandantes de tropa, la ninguna de los hombres movilizados apresuradamente, respecto a la técnica y los medios de la guerra moderna...”. (BOQUERÓN, Carlos J. Fernández, p. l32).
"... La falta de instrucción de las tropas movilizadas y la falta de experiencia de los comandantes de tropas (regimientos, batallones, compañías) fueron los factores que impidieron explotar las cualidades morales del soldado...". (Fernández, p. 140).
"... la mayoría de aquellos oficiales eran de reserva e improvisados, algunos de los cuales, Oficiales Inspectores de Policía, no tuvieron jamás oportunidad de recibir la más elemental enseñanza dé combate. . . ". (Delgado, pág. 53).
"Ya en 1912 el conjunto del período anual de instrucción remataba (en Bolivia) con las maniobras, en la zona La Paz-Corocoro con la participación de la mayor parte de las unidades de tropas" (Ayala Moreira, p...29).
"En el país, (Paraguay) no se realizaban maniobras militares salvo una vez, en el año, 1930”, (Fernández, p. 29).
"...Y la única concentración militar efectuada en Campo Grande en 1930, que se llamó “maniobra militar” con unidades esqueléticas y mutiladas orgánicamente, sirvió para poner en evidencia lo que venimos diciendo respecto a la anarquía reinante y la falta de un mando respetable y respetado". (Fernández p. 34).
"Nuestro Ejército efectuaba su primera maniobra en terreno de esa clase y el medio empleado para accionar fue la ofensiva". (NUESTROS ZAPADORES EN LA GUERRA DEL CHACO, Basiliano Caballero Irala, p. 13).
En 1926, en Bolivia, "Con sentido lógico agruparon los regimientos dispersos en el país en divisiones, creando a la vez los mandos respectivos... Fueron seis las divisiones así organizadas, dos de ellas quedaron en el interior y las demás como protección de frontera…” (Ayala Moreira, p. 97).
En el Paraguay, "Recién en el año 1931, fue creada la Primera División de Ejército, bajo el comando del Tcnel. Estigarribia.... (Fernández, p. 25).
Y escribe Estigarribia en su Memoria: “… yo ofrecí irme al Chaco para organizar una división del Ejército, la cual sería la primera formada en nuestro país. A fines de junio, 1931, llegué a Puerto Casado, el lugar elegido para albergar mi P. C. . .” (REVISTA DE LAS FF. AA., Nº 154, P. 23).
"La organización de una Gran Unidad, no era tarea fácil ni cómoda, puesto que no existían elementos para atender sus necesidades, ni personal para el E.M. ydemás servicios...” (Delgado, p. 10).
"El mes de agosto (1932), fue memorable para el personal del Estado Mayor (de la D.1), por las actividades desplegadas. El personal improvisado, pero de gran espíritu de trabajo y voluntad, hubo de ser instruido en sus respectivas funciones especiales, en medio de los trabajos propios de un Estado Mayor en campaña... Como no existían formularios impresos, ni modelos de partes e informes, se tuvo que confeccionar a mano, modelos especiales…" (Fernández, p. 92).
"El Estado Mayor Divisionario, como órgano de Comando, no existía. Fue creado con mi nombramiento, pero sin asignarme oficiales para hacerlo funcionar. El comandante de la D.1 contaba en esa época, VIII-32 como personal del Estado Mayor, con los tenientes 2° Virgilio Larroza y Emilio Díaz de Vivar... El entonces Subintendente Militar de 2ª. César Molinas, era intendente divisionario... El Cirujano 1° Dr. Manuel Rodríguez, ejercía el cargo de Jefe del Servicio Sanitario Divisionario... ". (Fernández, p. 89).
¿Qué mando eficiente podría resultar de esta organización, un mes antes del ataque a Boquerón?.
C. CANTIDAD DE COMBATIENTES.
Al comenzar el ataque, los bolivianos tenían DENTRO del fortín, MAS de 600 hombres, y unos 2.700 en las defensas EXTERIORES, o sea un total de aproximadamente 3.300; nosotros teníamos unos 5.300.
Al finalizar la batalla, significó para Bolivia “la liquidación de medio millar de veteranos de alto valor combativo que sumados a las pérdidas ocasionadas por la defensa exterior a lo largo de la batalla, no bajaron de los dos mil hombres… Los mermados erfectivos del sector al final de la batalla totalizaban 2.700 hombres… (Ayala Moreira, p. 161).
De modo que intervinieron unos 4.700 bolivianos, y no 600 como se empeñan en decir algunos.
Ahora, respecto a los paraguayos.
El Gral. Juan B. Ayala, entonces Jefe del E.M. G., die en su libro “La Guerra del Chaco Hasta Campo Via”, lo siguiente:
"Para la batalla de Boquerón, el E. M. G. despachó a Puerto Casado, la 1ª. y 2ª. Divisiones de infantería y otras unidades no encuadradas, con un total aproximado de 12.000 hombres. . . '' . (pág. 61).
El efectivo aproximado del ICE frente a Boquerón, el 17-IX-32, según p. 203-204 del Cnel. Fernández, fue:
D.I.: R.I. 4 (incluso I/R.I. 1) 1.200 hombres
R.I. 2 1.000
R.C. 2 (2 escuadrones) 240
B.Z. 1 230
G.A. 2 430 3.100
D.2: R.I. 1 (incluso III/R.I. 4) 1.400
R.I. 3 1.000
G.A. 1 415 2.815
R.I. 6 (menos Esc. Regimiento) 1.650
TOTAL 7.565
Btn. Muñoz (llego el 26-IX) 850
TOTAL GENERAL 8.315
"A la verdad este batallón (reserva del Cuerpo de Ejército) no participó en la batalla". (Fernández, p. 290).
El resto de los 12.000 hombres que fueron enviado al Sector Centro, se encontraban en las etapas, construyendo caminos, líneas telefónicas y telegráficas, en los hospitales etc.
Resumen: 4.700 bolivianos contra 8.315 paraguayos; digamos 9.000. No alcanza la proporción de 2 a 1, ni al comenzar, ni al finalizar la batalla.
Debe tenerse en cuenta que los bolivianos estaban en la defensa, mientras que los paraguayos debían avanzar a cuerpo gentil. Cualquiera sabe, aunque no sea militar, que justamente una tropa recurre a la defensiva ara economizar fuerzas, aprovechando a su favor las ventajas que pueda ofrecer el terreno, y aún aumenta estas ventajas recurriendo a la organización del mismo.
En Curupayty, 20.000 aliados no pudieron conquistar las posiciones ocupadas por 5.000 paraguayos.
En Strongest, 3 batallones paraguayos, muy incompletos, detuvieron el avance de 7.000 bolivianos. Y eso que los paraguayos sólo tenían fortificaciones improvisadas, y no minuciosamente preparadas, con suficiente tiempo, como las que los bolivianos tenían en Boquerón.
En cuanto a la cantidad de bajas de ambos adversarios veamos algunos datos. Entiéndase por bajas los muertos, heridos y prisioneros.
Ya vimos que, según Ayala Moreira, “las pérdidas ocasionadas… no bajaron de 2.000” bolivianos.
Según telegrama del Cte. I.C.E. boliviano, General Quintanilla, al Estado Mayor General del Ejército, citado por Vergara Vicuña, el total fue de 1.878, que no se diferencia mucho del dato anterior. (Fernández, p. 352). Esto significa el 40 % de los efectivos bolivianos.
Según informe del Servicio de Sanidad Militar, contenido en la Pág. 365 del libro del Cnel. Fernández, las cifras serían las siguientes:
UNIDADES Heridos Muertos Desaparec. TOTAL
R.I. 1 83 120 23 226
R.I. 2 189 89 29 307
R.I. 3 257 68 14 339
R.I. 4 159 81 4 244
R.I. 6 51 46 6 103
Otros 261 -- -- --
Bajas Total 1.006 404 76 1.486
Resumen: bajas bolivianas = 1.878, o sea el 42%
bajas paraguayas = 1.486, o sea el 16%
Si bien nuestras bajas fueron bastante elevadas, no es como muchos creen al leer algunos libros.
D. CALIDAD PROFESIONAL
Los datos referentes a Bolivia, los sacamos del libro del Cnel. Ayala Moreira.
El Servicio Militar Obligatorio se estableció en Bolivia en 1907 (p. 24), 9 años antes que en el Paraguay.
La Escuela de Clases (sargentos) fue organizada en Bolivia en 1907, 21 años antes que en el Paraguay.
Sociedades de Tiro Civil fueron organizadas en Bolivia en 1906, en nuestro país nunca.
Una Sección Geográfica fue creada en Bolivia en 1907, en nuestro país, no tenemos datos, pero sería en 1930.
La Escuela Militar existía ya en 1907, nosotros la fundamos 8 años después, en 1915. (p. 22).
La Escuela Superior de Guerra fue organizada en Bolivia en 1907; (p. 26); en nuestro país 24 años después.
El E.M.G. fue creado en Bolivia en 1906 (p. 23) y en nuestro país unos 18 años después.
Nuestros oficiales de reserva fueron formados, en su mayoría, en 1928, mientras que en Bolivia lo hacían ya en 1907. (p. 26).
En Bolivia se efectuaban maniobras, como cosa de rutina, en 1912, mientras que en nuestro país recién en 1930 (18 años después), se efectuó una “concentración militar” a la que se llamo “maniobra”.
De modo que las principales instituciones militares bolivianas fueron creadas 18-20 años antes que en nuestro país. En realidad, nosotros comenzamos a organizarnos poco, muy poco antes de estallar la “guerra Caliente”, ya que en la “guerra fría”, iniciada mucho antes, llevábamos nosotros la peor parte.
Como resultado de esta falta de preparación para la guerra, es lógico que nuestro ejército técnicamente hablando, haya sido muy inferior en calidad.
Y demos un dato más, muy interesante. Aún en 1931, la incorporación de conscriptos se hacía en forma desordenada, en pequeñas partidas, durante todo el año, desde voluntarios de 16 años hasta “viejos” de 26 años. A consecuencia de estas y otras irregularidades, se produjo el doloroso hecho del Fortín Coronel Martínez, que todos lo conocen. El licenciamiento de los conscriptos dependía de la suerte: algunos eran licenciados a los 2 años, otros a los 25 meses, otros a los 26, y así, algunos llegaban a alcanzar 3 años… En esta forma, no había posibilidad de efectuar una instrucción metódica. (Ver Apéndice, p. 44).
En él bando opuesto, la situación era bien distinta. Contaban con un ejercito en la verdadera acepción de la palabra; es decir, organizado, instruido, abastecido y conducido técnicamente.
Veamos algunos comentarios:
El erudito escritor norteamericano, Cap. Zook, en su libro “La conducción de la guerra del Chaco”, escribe: “las tropas (bolivianas) eran veteranas, con cerca de dos años de servicio en el Chaco, y los oficiales eran casi todos de carrera”. (p. 133).
Pero, si se duda de un oficial norteamericano que no actuó en la guerra, veamos lo que dicen algunos oficiales bolivianos ex combatientes.
Dice el Cnel. Ayala Moreira: "En gran medida a él (Gral. Montes) le debe el país 20 años de paz interna y el ejército otros tantos de trabajo y moral; de disciplina y orden; ante todo de reorganización de acuerdo a las nuevas modalidades y exigencias de la defensa nacional". (p. 163)
“Y se tiene anotado que la capacitación de la tropa y del oficial boliviano de fila no se discuten". (p. 49)
El mayor boliviano Taborga, defensor de Boquerón, comenta en su libro: “Los Paraguayos casi no atinan con el blanco. Son tropas bisoñas. Sus proyectiles pasan muy altas”.
Sintetizando: la calidad profesional del ejército boliviano era muy superior a la del paraguayo en los distintos escalones del mando y de la jerarquía, mediante su minuciosa preparación mucho antes de estallar el conflicto, aprovechando eses 20 años de paz, mientras que nosotros nos desangramos en vanas revoluciones y cuartelazos.
E. MORAL DE AMBOS ADVERSARIOS.
La moral de ambos beligerantes en Boquerón era muy elevada, como veremos en las transcripciones siguientes:
MORAL DEL SOLDADO PARAGUAYO
"Era enorme el entusiasmo de estos jóvenes e inexpertos combatientes, y tanta la confianza en el éxito y en sus jefes que mi presencia entre ellos hizo brotar, vibrante y espontáneo, el clásico ¡Viva el Paraguay!...; grito que los electrizó de coraje, lanzándolos al trote tendido contra el enemigo, agazapado en sus bien defendidas trincheras". (Fernández; p. 131)
"...los paraguayos hacen esfuerzos sobrehumanos para ganar nuestras trincheras ..": (Marzana, según Fernández, p. 156)
"Mi Cap. Villasboa: acabamos de tomar trinchera, enemiga. Hay fuerte contra-ataque. ¡Viva el Paraguay! ¡Hasta vencer o morir! - Cadete Sisa. (Parte enviado pocos momentos antes de morir, el 26-IX-32).
"Bárbaros feroces desaprensivamente temerarios, se burlan de nuestro silencio... Sus carcajadas son estentóreas...". (Taborga p. 42).
“Estos pilas cantan por igual una endecha de amor, como una polca guerrera..." (Taborga, p. 67)
"Los "pilas" desafían a la muerte sin miramientos. Temerarios, combaten procurando poner en ridículo a su adversario... Parece que la guerra "les es cómoda". (Taborga, p. 80)
MORAL DEL SOLDADO BOLIVIANO
"En La Paz, la voz de las multitudes grita ¡Hasta Asunción! Salamanca, por su parte, se dirige al pueblo y arenga ¡Pisar fuerte en el Chaco!". (BOQUERON, de Arzabe-Reque; p. 14)
“... Pero lo que me impresiona es el delirante entusiasmo de la muchedumbre que desde los andenes despide a los soldados y los gritos de éstos que dicen: "Compañeros: los esperamos en Asunción!" (palabras del Dr. Urioste, según Modesto Saavedra en su libro “Porque fui a la guerra”, p. 37)
“…tenemos a la tropa y oficiales con una moral muy elevada... recién hemos combatido 4 días, todos los ataques enemigos han sido rechazados, por consiguiente debemos seguir resistiendo..." (opinión dada por Cuenca al Tcnel. Marzana. Cuenca, p. 39)
“¿Los indios son cobardes? No saben a conciencia qué es patria, pero se empeñan en fiera lucha con quienes intuyen son adversarios suyos". (Taborga, p. 38).
"... el ánimo levantado y satisfecho de los jefes, oficiales y tropa se mantiene inalterable pues parece que actuamos en maniobra y ninguna calamidad nos arredra. Nuestra tropa con esa calma y disciplina habitual nos consuela y nos tranquiliza. Ante los ataques, una y diez veces se mantienen firmes en sus puestos y aún espera tranquila esa tropa nuevos asaltos…" (Diario de Marzana, según Fernández p. 171/172)
MORAL DEL PUEBLO PARAGUAYO
"Se había convertido en lema nacional la histórica frase del Dr. Manuel Domínguez:... "Ni más allá, ni más acá del Parapití" (Fernández, p. 18).
"'El Chaco es paraguayo", gritaba con honda convicción el hijo de la tierra guaraní, aguijoneado desde la oposición por el Partido Colorado". (Zook, p. 16)
El pueblo paraguayo tenía una alta moral, desarrollada en gran parte, a mi parecer, por los poetas que escribían estrofas como las siguientes:
“Si por desgracia el clarín de las batallas
nos llama un día a cumplir el gran deber,
serán alla nuestros pechos las murallas
que detendrán las afrentas a tu ser” (M. NOUTZ)
“Y si preciso fuere con sangre escribiremos
tu misma vieja historia
de Sauce y Boquerón (B. CABALLERO IRALA)
“Jhamalaya atopá el famoso Tejerina
inambicué-co che china, ndeve ajhechaucá vaerá.
Upépe tere-jhechá la bravura guaraní,
oiméva-jha güeterí ¡López ra’yré opytá”. (Fernández)
Y como estás, millares de canciones.
MORAL DEL PUEBLO BOLIVIANO
La moral del pueblo de nuestro eventual adversario, también era elevada, como ya dijimos anteriormente. “Las muchedumbres vociferaban: “Queremos la guerra”! (Zook, p. 62).
MORAL DE LOS GOBIERNOS
"...hasta el año 1930 el Ministerio de Guerra del Paraguay, impartía severas instrucciones a las guarniciones del Chaco para evitar incidentes con las unidades bolivianas. En razón de tales instrucciones los defensores de nuestra soberanía observaban y sufrían en silencio la osadía del invasor. El famoso capitán Víctor Ustares recorría impunemente vastas regiones ocupadas y explotadas por el Paraguay, llegando a hacer un viaje desde el fortín Saavedra a Concepción, por Nanawa..., regresando al punto de partida por vía Formosa, después de descansar, unos días en nuestra Capital... hasta que un día le detuvo una patrulla paraguaya del fortín Toledo; pero fue puesto inmediatamente en libertad conforme a las instrucciones vigentes.., (Fernández, p. 16)
"… La reconquista de Pitiantuta el 15 de julio de 1932 no fue ejecutada en cumplimiento de órdenes del Gobierno sino por iniciativa del comandante de la D. 1. . ." el Tcnel. Estigarribia (PREPARACION DEL PARAGUAY PARA LA GUERRA DEL CHACO, p. 31).
Mismo la orden que recibió el Tcnel. Estigarribia el 1º-IX-32 para recuperar el fortín Boquerón, caído en poder del enemigo el 31-VII-32, demuestra el estado deprimido en que se encontraba nuestro gobierno.
“El documento (enviado por el Presidente de la República), no llevaba fecha ni firma alguna y estaba en manuscrito, aunque no de la caligrafía del Presidente…” (ver Revista de las FF.AA. Nº 125/26, p. 15 y sgtes,).
Copiemos algunos párrafos de dicho documento.
TOMA DE BOQUERON - OBJETO
a. Demostrar a los neutrales y a otros países... que el Paraguay posee capacidad militar.
b. Dar satisfacción a la opinión pública y al ejército. “… Teniendo asegurado el objetivo en vista: LAS TROPAS REGRESARIAN A ISLA POI. . . ".
"Si el éxito es obtenido, la persecución sería realizada sólo en la extensión aconsejada por las razones tácticas. En este caso deben ser encontradas satisfactorios pretextos para el retorno a Isla Poí...".
"Si el enemigo elude cualquier decisión, el mismo pretexto para nuestro retorno..".
"En caso de que el enemigo ofrezca seria resistencia o contraataque inmediatamente... o consigue rechazar nuestras tropas, la retirada resultaría una consecuencia de la falta de agua…".
"ES IMPORTANTE QUE LA OPERACION APAREZCA COMO EL RESULTADO DE UNA INICIATIVA DE PARTE DEL COMANDO".
El Gral. Delgado dice: "En Asunción hasta el Sr Presidente de la República creía que la contienda chaqueña , no durría mas de 4 meses, como nos manifestó en su domicilio particular… (p. 30).
Y Artaza en su libro “Ayala, Estigarribia y el Partido Liberal", confirma: "Nadie creía por aquel entonces que la guerra se prolongaría más allá de Boquerón. Esperábase que los países americanos o la Liga de las Naciones intervendrían para impedir la prosecución de la lucha...". (p. 72).
En Bolivia, el enfoque era bien distinto.
"La divisa del momento es: “Pisar fuerte en el Chaco”, como lo proclamara él "Hombre Símbolo" . (Taborga, p . 22)
"El Derecho y la Justicia son ficciones de los pueblos débiles", era otra frase muy en boga en Bolivia.
"… el Comando Superior, dictaba desde La Paz la siguiente circular reservada: Fortín Esteros, 15 `de marzo de 1928. Los jefes y oficiales que se encuentran en primera línea, deben tener presente las órdenes del E.M.G., que en caso de choque con fuerzas armadas paraguayas, deben proceder con toda energía. Deben exigir primeramente el retiro inmediato de los paraguayos, y si esto no se consigue, desalojarlos haciendo uso de las armas.". (Taberas, p. 12)
El 16-VIII-28, el dragoneante Romero, comandante del Puesto Oficial “El Pozo”, posteriormente llamado Yujra, comunicó lo siguiente al comandante del fortin Arce, de quien dependía: “A las 10 de la mañana de hoy, se presentó en el Puesto el Sub-Tte. paraguayo Ayala Velázquez con objeto de patrullar más adelante, con 15 soldados montados y un indio guía… Por mi orden dejo la tropa a unos 50 metros, y avanzó él con 3 soldados hasta delante de nuestra línea… a mi intimación para que se retirara, lo hizo sin oponer ninguna resistencia…” (Tabera, p. 24).
¡Cuanta humillación debían soportar nuestros oficiales en el Chaco, cumpliendo órdenes superiores, de “evitar incidentes con las unidades bolivianas”!
En 1924, decía el General Kundt en la Escuela de Guerra de Bolivia: El problema del Chaco para mí, no tiene otra solución que la guerra; para ese caso he reflexionado bastante, llegando a la conclusión de que el soldado paraguayo de hoy, no se parece al del 1865; mientras aquel fue decidido y heroico, el actual no es un soldado tal, que con 3.000 hombres de Bolivia me comprometo a tomar Asunción". (Ayala Moreira, p. 46).
El Tcnel. Rodríguez, Jefe de la Sección Operaciones del E.M.G. del Ejército Boliviano, fijaba "en cinco batallones reforzados con 4.060 combatientes y cinco baterías de artillería, como efectivo del ejército boliviano para una guerra con el Paraguay". (Ayala Moreira, p. 139).
Todo este exagerado optimismo estaba en proporción directa al exagerado pesimismo de nuestras altas autoridades, como estábamos viendo.
En cuanto a la opinión mundial, se creía que Bolivia pulverizaría al pequeño Paraguay.
F. ORGANIZACIÓN DEL TERRENO
Veamos ahora cómo eran las fortificaciones del reducto de Boquerón, según testimonio de un jefe boliviano que las construyó y defendió heroicamente: el Tcnel. Luis Cuenca, en una conferencia dada en el Círculo de JJ.OO. Retirados de las FF.AA., de Asunción, en junio de 1957, en mi poder.
“Las obras de defensa a construirse eran las siguientes: en toda la orilla que bordea el monte de mi sector zanjas para tiradores de pie; intercaladas en estas posiciones, a intervalos convenientes, nidos para ametralladoras pesadas y livianas”.
“Estas trincheras serían cavadas a 5 mts. dentro de la orilla del monte. Los nidos de ametralladoras tenían sus plataformas de troncos de quebracho, revestidos también con este mismo material, de manera que venía a ser un pequeño reducto.”
"El hueco que formaban estos nidos bajo el nivel del suelo, servía para depósito de municiones y para el descanso del personal de las piezas".
"Delante de las posiciones, a unos 10 mts., se colocaron alambradas de púas y, en los lugares donde faltara este material, se construirían palos de punta y talas. Estos obstáculos tendrían 5 mts. de ancho y 0,50 de altura. Delante de estas alambradas se harían también fosos de lobo con sus palos de punta en su fondo, de 2 mts. de profundidad.".
"Todos estos obstáculos debían estar perfectamente mimetizados. Las alambradas debían cubrirse con paja y ramas para dar la impresión de que el terreno no había sido trabajado".
"Detrás de las posiciones para los tiradores de infantería, y a unos 10 mts. en el monte, debían construirse CHAPAPAS, de 3 mts. de alto y a intervalos prudenciales, que sirven como observatorios, que más tarde se los utilizó como nidos de ametralladoras... Para impedir la aproximación de las tropas enemigas por los montes que estaban frente a nuestras posiciones, se abrieron picadas de 300 a 500 mts. de largo, que eran batidas por nuestras automáticas... _ Todos estos trabajos fueron hechos durante el mes de agostó y parte de setiembre...".
"Los ejercicios de tiro se los practica con más intensidad sobre blancos o lugares por donde puede presentarse el adversario.
Las distancias a estos sitios son marcadas con señales especiales. Se ha quemado todo el pajonal que rodea al fortín. En fin: se toman todas las precauciones necesarias.. ".
Hasta aquí, lo que escribió el Tcnel. Cuenca.
Ahora veamos lo que escribieron otros autores.
"...los bolivianos habían prendido fuego al pajonal de que estaba habitualmente cubierto todo el cañadón, convirtiéndolo en excelente campo de tiro...".
"... El abra o campo, propiamente dicho, de Boquerón, observado desde el fortín, es un cañadón semi-circular que se extiende de Este a Suroeste con un ancho medio de dos kilómetros, ofreciendo excelente campo de tiro para todas las armas... El fortín fue establecido dentro del bosque... de modo que el fortín era invisible desde el Norte, el Este y el Sur". (Fernández, p. 116-117 ).
"... en las primeras horas del día 4 de setiembre llegamos a Boquerón, el Comandante del I.C.E. Gral. Quintanilla, el Jefe del E.M. Cnel. Toro, el subscrito Jefe de Operaciones y los Ayudantes de Ordenes... Después de inspeccionar las diferentes obras de la organización defensiva del fortín, realizadas de acuerdo a las normas y exigencias del combate moderno, el Jefe del E.M., exclamó: "EL PARAGUAY NO TOMARA BOQUERON CON 3.000 HOMBRES” Justa apreciación del soldado que conoce el valor de las fortificaciones y de la instrucción de las tropas, con relación al efecto de las armas": (Ayala Moreira, p. l54).
...con obras defensivas -HASTA ENTONCES DESCONOCIDAS POR NUESTRAS TROPAS- fueron factores que contribuyeron eficazmente para su larga resistencia", dice el Cte. del B.Z. 1, Cap. Basiliano Caballero Irala, p. 18.
Y ahora, veamos el factor terreno desde el punto de los atacantes, a si como su aprovechamiento.
El Tcnel. Ingeniero Basiliano Caballero Irala, entonces comandante del único batallón de zapadores, que, según el mismo tenia escaso efectivo y deficiente preparación técnica, dice lo siguiente: "No se sacó del terreno sino precarias ventajas; nuestras tropas no pudieron aprovecharlo mejor, porque carecían de herramientas. Las zanjas de progresión que abrían los tiradores con sus platos, jarros y sus uñas, no les sirvieron sino de escasísimo abrigo contra el fuego bien dirigido del enemigo, seguro en sus posiciones". (p. 21)
Y más adelante agrega: "Algunos hoyos para tirador tendido, hechos con yatagán y cuchillo, fueron las medidas defensivas momentáneamente adoptadas por los tiradores. Los comandantes de regimientos, de batallones y de compañías, estaban en la misma línea de fuego. No fueron construidos puestos de combate para los distintos comandos, por carecerse de herramientas y por dificultades de comunicaciones. No había teléfonos". (p. 24)
A lo antedicho, nosotros agregamos que nuestros soldados no se esmeraban eb la construcción de sus hoyos individuales, por varios motivos, aparte de la falta de herramientas, a saber:
- porque tenían que abandonarlos con frecuencia, con nuevos avances o relevos;
- por el calor sofocante;
- para ahorrar sus escasas energías, no repuestas por falta o escases de agua y comida;
- y también para que no se dijera de ellos que tenían miedo a la muerte…
G. LOGÍSTICA.
Ahora daremos algunas breves noticias sobre los abastecimientos del ejército paraguayo en Boquerón.
Pero observemos ya, que, mismo el Presidente de la República, creía que “la contienda chaqueña no duraría más de 4 meses”, por la intervención de entidades internacionales.
Como consecuencia de ello, debíamos economizar el máximo, por lo que los abastecimientos no podían ser ni siquiera buenos.
En realidad, fuimos a la guerra jugando, sin esperarla, sin organizarla.
Y la logística debe adelantarse a la táctica u no dejarse sorprender por ella. Pero esto no podía hacerse, porque no teníamos un E.M.G. eficiente.
El transporte, el agua y el armamento eran los más graves problemas logísticos con que deberían enfrentarse nuestras tropas.
Habían pelotones que tenían solo un fusil ametralladora, debiendo ser 3. Me consta, por haberlo visto con mis propios ojos, que habían compañías que carecían totalmente de armamento, no tenían siquiera fusiles, posiblemente estas tropas hayan sido del Batallón muñoz.
Durante el asedio, estas tropas desarmadas sufrieron todas las penurias, igual que los combatientes, porque se esperaba de un momento a otro entrar en el reducto para hacerse de armamento adecuado, reforzando el tradicional machete.
“…mediante los trofeos bélicos capturados (en la madrugada del 21-IX) se pudo armar el Batallón de Zapadores Nº 1, con ametralladoras livianas enemigas”. (5.F.A.) (Fernández p. 271).
"... el episodio de la destrucción del regimiento boliviano N° 14 invariablemente fue repetido con otras unidades adversarías, y así pudimos obtener los armamentos que nos faltaban para completar el equipo de los regimientos que llegaban de Asunción, armados a medias". (Estigarribia, Revista N° 127, p. 16).
" ...nuestras fuerzas. . . estaban ciertamente muy pobremente equipadas, al punto de que faltaban hasta fusiles para algunas unidades. El buen equipamiento del ejército paraguayo comenzó con los primeros reveses del enemigo...." (Estigarribia, Revista N° 127, p. 21, Nota 23).
Los paraguayos aprovechaban la primera oportunidad que se les presentaba para cambiar sus largos y pesados fusiles, por los nuevos y hermosos mosquetones bolivianos, más cortos, más livianos, más seguros.
El problema del transporte era el más grave, porque incidía directamente en el abastecimiento en general, y en la evacuación de heridos y enfermos.
El 1º de octubre llegó el Tcnel. Nicolás Delgado al Km. 145 del F.C. de Puerto Casado, juntamente con sus ayudantes. El Jefe de Etapas le facilitó el viaje a Isla Poí en un convoy de municiones, debiendo quedar sus ayudantes en espera de otra oportunidad. “Un comandante de División sin poder viajar siquiera con su ayudante…” comenta dicho Jefe en la p. 11.
Y sigue más adelante: "El Ejército del Chaco, no solamente disponía de pocos camiones para el servicio, sino el funcionamiento de cada uno de estos transportes, estaba muy lejos de constituir una garantía de éxito para misión tan delicada. Eran camiones requisados al azar y muchos de ellos ni siquiera pudieron llegar a destino. ...Se sacrificaban algunos vehículos, a fin de poder mantener en servicio otros... ¡Y cuántas veces tuvimos que soportar hambre y sed porque no teníamos un camión para realizar esos servicios..." (p. 12).
"Empezó la movilización de cuanto carromato mecánico había en la República, disponible para el frente. Todos recordamos que no alcanzó a 70 el número de camiones que con nombres jocosos o pintorescos los encontramos destrozados o exhaustos, en los campos de Yucra-Arce-Alihuatá-Platanillos… (Cap. José Bozzano, en su libro “Reminiscencias”, p. 31).
La 1º Div. llegó a contar solo con 20 camiones al iniciarse las operaciones y ¡necesitaba por lo menos 200!
". . . el eterno problema sin solución en todo el transcurso de la guerra: la falta de medios de transporte. En ese aspecto, sí, nuestra imprevisión fue total, aunque acaso perdonable. Dada la naturaleza del terreno, no se creía factible el empleo de vehículos automotores en el futuro teatro de operaciones. Valga como posible descarga el hecho de que, inclusive en la Región Oriental, el transporte automotor se hallaba a la sazón en pañales por falta de caminos" (Cnel. Arturo Bray, en el prólogo del libro “La campaña del Chaco hasta Campo Vía, del Gral. Juan B. Ayala, p. 14-15).
Veamos algo referente a la comida.
"Las tropas comían una sola vez al día; se repartía galletas y una lata de carne conservada, por individuo... El Intendente Divisionario fue nombrado Intendente del Cuerpo, sin ser reemplazado, lo que produjo algunos días de hambre entre las tropas de primera línea..." (Fernández, p. 180).
¿Se imagina el lector, el problema de comer con mucha frecuencias la salda carne conservada y galleta, habiendo escasez, para no decir, falta de agua? Seguramente hasta ahora los ex combatientes de Boquerón le tienen repugnancia a la carne conservada, tan exquisita para otros.
A veces se recibía en la línea carne asada, o, mejor, chamuscada, en grandes piezas, por ejemplo, un costillar o un muslo, según la cantidad de soldados. Esta carne era transportada a la línea seguramente varias horas después de ser “cocinada”, a hombro, operación que tardaba otras tantas horas. En esta forma, llegaba al frente llena de larvas de moscas, que teníamos que quitarlas con mucha paciencia, si queríamos comer algo.
Vestuario y equipo. "... PANTALONES Y BLUSAS verde olivo o azul o negro con listas o teñidos de verde con anilina. BOLSAS de munición y de víveres, de loneta, y de tamaño diverso GORRA o SOMBRERO. CINTURON de cuero curtido o crudo, de tropa o civil. ZAPATO de cuartel o particular. CARAMAÑOLA de lata, de latón, de guampa de vacuno, de aluminio o una simple lata de aceite, vacía. MANTA negra o color "beige" o tejida a mano o poncho.
Este ha sido una simpática pero exacta descripción hecha por Antonio Gonzalez en su libro “La Guerra del Chaco”, p. 44
El problema del agua es seguramente el más conocido. Con todo, vamos a mencionar algo al respecto.
"El factor vital era el agua, para el atacante no había ninguna al oeste de Isla Poí, de donde había que traerla en camión o carreta. Si las indisciplinadas tropas se sentían sedientas, abandonaban las líneas del frente e iban a buscar agua, asaltando los tanques, para saciar sus ansias. Era obvio que la falta de agua podía, por sí sola, destruir un ejército en el Chaco". (Zook, p. 134). Tal como sucedió con el Cuerpo de Caballería del Cnel. Toro en diciembre de 1934, en que murieron de sed quizá 3.000 bolivianos, fueron tomados prisiones otros tantos, se desbandaron los demás.
El 10-IX-32; el Tcnel. Estigarribia adoptó una penosa decisión ante el peligro inminente de que las tropas quedaran sin agua: dio orden de que a los caballos no se les diese de beber. "Naturalmente, transcurridos pocos días, todos los caballos perecieron". (Estigarribia, Revista de las FF.AA. Nº 127, p. 14).
El 24 recibe una terrible información en el Comando: las aguas de la laguna de Isla Poí se estaban descomponiendo rápidamente, apeligrando seriamente la salud de las tropas, las cuales ya comenzaban a padecer de disentería, gravísima enfermedad en la época, en que no se contaba con medicamentos adecuados como ahora.
Según cálculos del Tcnel. Basiliano Caballero Irala, (p. 25), la ración de agua, en esos días era de 18 litros por cada 300 hombres en 24 horas, o sea unos 50 gramos por persona: 4 cucharadas de las de sopa. ¡Ni que fuera medicina!.
“Los pocos camiones destinados para tal servicio, con sus tanques de 800 litros montados en la carrocería, se arrimaban por turno en la playa de Villa Militar para ser cargados por algunos auxiliares provistos de latas vacías de kerosene, que levantaban a pulso desde la superficie del agua hasta el otro ayudante, que ahorcajado sobre el recipiente o parado sobre la espiga de la carrocería, vaciaba el contenido en el tambor…” (Florentín, p. 191).
“Una vez llegado a su destino el liquido era trasvasado en varios tambores vacios de 200 litros, y de aquí salía inmediatamente en latas de 18 litros colgadas en palancas de varillas que, apoyándose en los hombros de dos hombres, … llegaban a la primera línea, en donde se le administraba… por jarro o medio jarro, según la cantidad disponible…”
“Si nos detenemos a pensar en el traqueteo continuo que sufre el agua desde que sale de Isla Poí hasta que llega a Boquerón, podemos explicarnos porqué llegaba siempre en tan mínima cantidad…” (Florentín, p. 192).
"En la primera semana de la lucha, muchos heridos que no pudieron ser recogidos del campo, y hasta los mismos combatientes de la primera línea, debieron hacer uso de las propias aguas (orina) para apagar, aunque sea momentáneamente, la tremenda sed. ¡Cuántos, de entre los primeros nombrados, habrán perecido sin poder ser socorridos, después de sufrir mil tormentos!
…estrujaban las tunas para aprovechar el jugo, siendo de efectos contraproducentes porque no apagaban la sed y producían diarrea que, en tal estado de debilitamiento y deshidratación en que se hallaban los soldados, en su gran mayoría constituían casos de evacuación por enfermedad". (Fernández, p. 237).
"En diez días de lucha, aquellos sufridos soldados presentaban el aspecto de figuras esqueléticas: la deshidratación y las emociones cumplían en ellos su obra aniquiladora con alarmante rapidez…". (Fernández, p. 238).
Después de varios días de no comer ni beber en las cantidades necesarias, agravada la situación por los ataques y movimientos, sintiendo en la garganta la sequedad acre producida por el humo de la pólvora, el soldado sentía una especie de sopor, una dejadez física y espiritual. Lo único, quizá, que lo tenía atado frente a los sufrimientos y a la muerte, era su inmenso amor propio, el temor de que se dijera de él que era cobarde.
II. DESARROLLO DE LA BATALLA
Ahora, veamos cómo se comportaban los atacantes y los defensores: los unos avanzando en terreno despejado o muy espinoso; los otros abrigados en poderosas fortificaciones de campana. Los unos, en su mayoría reclutas sin instrucción y sin experiencia; los otros, soldados veteranos de dos años, y bien comandados. (ver croquis).
Nuestros soldados avanzaban desordenadamente, a cuerpo gentil, apenas agachados, lanzando hurras y desafiantes gritos al adversario invisible, disparando al azar sus armas sobre la marcha, haciendo gala de temerario valor; pero demostrando su inexperiencia; los bolivianos, disciplinados, bien comandados, serenos, bien protegidos, observando tranquilamente los movimientos del adversario, demostrando excelente instrucción.
"No debe dispararse sino a distancias, mínimas. Nuestros soldados contemplan absortos, más con curiosidad que con temor, las maniobras de la caballería enemiga. . . Faltan contados segundos para que rebasen los 400 ts. que tenemos marcados en el terreno” (taborga, p. 31-32).
"Los paraguayos casi no atinan con el blanco. Son tropas bisoñas. Sus proyectiles pasan muy alto. . . No pueden protegerse en el campo despejado”. (Taborga, p. 33-34).
El Cnel. boliviano Rogelio Ayala Moreira, en esa época Jefe de Operaciones del I.C.E. cuyas tropas defendieron Boquerón escribe.
“Olas defensivas de las nutrids tropas enemigas que llevaron el ataque frontal, se estrellaron sangrientamente contra nuestras posiciones y su magnífico plan de fuego... (p. 157). Nuestras tropas exteriores de Boquerón efectuaron 6 sangrientos contraataques y rompieron 4 veces el frente enemigo, ingresando en el reducto sitiado...". (p. 166).
"Ante los ataques (paraguayos), una y diez veces se mantienen firmes (los bolivianos) en sus puestos, y aún espera tranquila... nuevos asaltos; tiene trincheras perfectamente construidas y de flanqueo de fuego de ametralladoras pésalas y livianas. Un sector bien dirigido y mejor sostenido…” anota Marzana en su Diario de Guerra el 11-IX-32. (Fernández, p. 172).
Al hacer esta anotación se refiere al Sector defendido por el Tcnel. Cuencam cuya descripción de las fortificaciones transcribimos anteriormente.
El mismo Tcnel. Cuenca hace el siguiente comentario: "Pero está visto que en la guerra moderna, de nada valen el valor y la intrepidez del soldado y la energía de los comandos ante la mimetización y ubicación de las armas, y si éstas están manejadas por hombres conscientes y valerosos. . . ". (p. 31).
Los bolivianos efectuaron los siguientes contra-ataques desde las "defensas exteriores” contra los paraguayos que atacaban Boquerón, según Ayala Moreira:
10-IX: con 600 hombres, por Yujra. Estas tropas, de tener éxito, debían avanzar hasta Isla Poí. (p. 158). Esta operación fue desbaratada, cayendo prisionero el Tcnel. Lairana, comandante de un Batallón del R.I. 14.
11-IX: con restos del R.I. 14, por Yujra, el que logro “perforar el cerco de Boquerón e ingresar en la tarde al fortín”. (p. 159). Volvió a salir por la noche, atacando.
17-IX: el Destacamento Peñaranda atacó por Lara, logrando entrar al fortín, para luego volver a salir, combatiendo. (p. 159).
18-IX: “nueva operación ofensiva desde Ramírez, para socorrer con víveres y municiones a los sitiados. La acción comenzó a horas 3 de la mañana… logrando entrar a Boquerón a horas 17. Como las veces anteriores, la salida se hizo otra vez en esforzada lucha” (p. 160).
24-IX; "nuestro comando ordenó una nueva embestida por Lara, que había de ser la última, con la participación de 800 hombres, ...con resultado negativo". (p. 160). Recién ese día se había completado realmente el cerco.
Como puede verse, los bolivianos no se mantuvieron estáticos durante el asedio, de modo que nuestras tropas combatían en dos frentes, atacando o repeliendo los ataques enemigos.
Con estas citas creo haber presentado, en forma muy sucinta pero clara, cuál era el verdadero panorama de la batalla de Boquerón.
Sin embargo, no rehuyó la tentación de transcribir parte del informe del excadete Florencio Bogado sobre nuestro ataque del 28-IX.
"El día 28 también en cumplimiento de otra orden, se volvió a asaltar y a ocupar el reducto de la posición. En este asalto actuó el cadete Herminio Mendoza con su unidad; luego fuimos llamados, primero yo al medio día, para reforzar con mi F.A. y de noche entró el cadete Enrique Sánchez Domínguez con su unidad. El día 29 cuando la rendición de los bolivianos nosotros estábamos dentro de la posición enemiga, menos el cadete Herminio Mendoza quien se retiró el 28 por haberse herido. (Fernández, p. 322).
I. LA RENDICIÓN
Con la luz difusa del crepúsculo matutino de aquel 29 de setiembre, los combatientes paraguayos vieron que una seria de amorfas figuras blancas se movían del bosque enmarañado.
Después de un momento de estupor, comenzó a correr la voz de que serían señales indicando que el enemigo había decidido arriar su pabellón y doblegarse a nuestra voluntad, en ese primer choque brutal de las armas.
El crepitar de los disparos, hasta ese momento intenso, comenzó a declinar, hasta terminar completamente en todo el contorno.
El Alto mando había ordenado que esa madrugada se llevase a cabo un asalto general a las últimas posiciones enemigas, que ya se encontraban tambaleantes después de tres semanas de cuenta lucha.
La coordinación del salto sería con cohetes.
Cuando los combatientes comenzaron a distinguir las figuras blancas en sus respectivos frentes, ya habían sido lanzados los primeros, indicando el alerta y ya los soldados se estaban incorporando en sus hoyos individuales, con la mirada fija al frente, el índice sobre el disparador, esperando la siguiente señal, que sería la ejecutiva.
Pero estas señales de rendición, ¿no sería un ardid del enemigo para barrer con su mortífero fuego a nuestras líneas desprevenidas?
Tímidamente al comienzo, ambos bandos tomaron contacto entre sí, y el enemigo comenzó a entregarse incondicionalmente.
Dice Taborga recordando ese momento: “En algunos lugares, el enemigo que se encontraba a 10 metros de distancia, irrumpe en las zanjas y en vez de ultimar a nuestros soldados a bayonetazos, los abrazan, les dan agua y se apresuran a ofrecerles sus paquetes sanitarios”. (p. 83).
Y el Tcnel. Cuenca: ". . . en otros sectores de mis líneas veo con sorpresa que estaban algunos soldados y oficiales paraguayos en nuestras trincheras y fuera de ellas conversando muy amigablemente, abrazándose; los nuestros recibían galletas y un poco de agua". (p. 72).
Efectivamente. La fresca brisa septembrina y la alegría de la primera gran victoria conquistada a fuerza de temple y corazón hizo que se olvidaran momentáneamente las penurias pasadas hasta ese momento, y en los radiantes rostros de los paraguayos se destacaban los jubilosos ojos.
Los bolivianos, por su parte, no las tenían todas consigo. ¿Cómo se comportarían los “pilas” con los vencidos? ¿Serían verdad la versión que corría, de que eran crueles e inhumanos, y que serían todos asesinados luego de atormentarlos?
Estas especies, y muchas más, eran creídas firmemente por muchos bolivianos.
Todos estos infundios fueron prontamente aclarados, sin embargo, en este primer encuentro entre vencidos y vencedores, que se miraban mutuamente con lógica curiosidad. El vestido, el equipo, el comportamiento, el idioma: todo les llamaba la atención.
A los desesperados pedidos de “¡Agüita, paraguayito!” correspondían los nuestros ofertándoles el resto de la poco agua racionada, que guardaban como preciosa reserva para beberla durante lo más álgido del combate, como lo habían aprendido durante esos 20 días penosos.
Sin embargo, se desprendían del precioso líquido al ver que los bolivianos estaban en peores condiciones. Otros, ya con la caramañola vacía, ofertaban en cambio galletas, o carne conservada, o cigarrillos, confirmando así, una vez más, nuestro tradicional espíritu de hidalguía y hospitalidad, aumentando en este caso por la compasión hacia el enemigo, camarada al fin, en desgracia.
Pero, los que recibían las mejores atenciones dentro de nuestros pobrísimos medios materiales, eran indiscutiblemente los heridos, tanto paraguayos como bolivianos apretujados en un rancho, con principios de gangrena algunos, y despidiendo fuerte olor. (Ver Foto Nº 11).
A media mañana, recogidos todos los prisioneros en la plazoleta del fortín, (que según Fernández eran 844 p. 348), según el mayor Antonio González más de 566 (Ayala Moreira, p. 160) y según el Tcnel. Cuenca 594 (p. 74), se les ordeno la iniciación de la marcha hacía Isla Poí, y las unidades paraguayas, luego de reorganizarse, iniciaron igualmente la marcha, pero hacía la conquista de nuevos laureles.
Y así se cerró este primer capítulo glorioso de esta nueva epopeya de nuestra historia.
J. RESULTADOS DE LA BATALLA
Coincidiendo plenamente con la opinión autorizada de autores nacionales y extranjeros, que han actuado en la batalla de Boquerón o se han quemado las pestañas para estudiarla detenidamente, estoy firmemente convencido que ella puede considerarse como LA BATALLA DECISIVA, y no UNA MÁS, de la guerra del Chaco, EN BOQUERÓN GANAMOS LA GUERRA.
Veamos algunas opiniones sobre el resultado de ella.
DEL MARISCAL ESTIGARRIBIA
"Nuestras tropas, solo medio armadas hasta estos momentos recogieron en Boquerón equipo de guerra en bastante abundancia, que les habilitaría a proseguir la lucha bajo condiciones más fáciles. Pero la importancia de nuestro éxito estribaba, sobre todo, en la repercusión moral que iba a tener en uno y otro campo, una repercusión que tendría una influencia perdurable en el curso posterior de la campaña.
"La caída de Boquerón fortaleció la fe de nuestros soldados y de todo el Paraguay en la obtención de la victoria final, llenándoles de confianza en su Comando y en su Gobierno, y dando al Ejército una sólida unidad.
"Después de Boquerón la guerra no sería vista en nuestro país como una lucha desigual contra un enemigo poderoso.
"Anteriormente el Paraguay estaba resuelto con inquebrantable firmeza, a disputar pulgada por pulgada con el invasor la Conquista de su territorio, pero tenía pocas esperanzas de infligir a Bolivia un castigo ejemplar; en otras palabras, se estaba padeciendo de algo así como una resignación heroica. Pera ahora, nuestra victoria del 29 de setiembre, aquella perspectiva deprimente fue desterrada del espíritu del Paraguay". (Revista de las FF.AA. N° 127/128, de VII-VIII-1951).
DEL CAPITÁN ZOOK;
“Boquerón; la primera batalla decisiva de la guerra del Chaco; dio al Paraguay una enorme ventaja psicológica... y obtenía el dominio completo de la campaña...
“Su ejército, pobremente adiestrado... derrotó a la crema de las fuerzas de Bolivia, y en el curso de esta experiencia, los inexpertos muchachos campesinos de un principio, se transformaron en duros veteranos.
"... la moral boliviana quedó destrozada con la comprobación de que "la más, miserable de las republiquetas de Sudamérica" acababa de ganar la primera batalla...
" ..La caída de Boquerón... conmovió hasta sus cimientos la relación entre civiles y militares en el país del Altiplano..."
“... la muchedumbre salió a la calle a protestar contra el Gobierno y el Comando, pidiendo a gritos el regreso del General Hans Kundt…
“¡Un pueblo que no confía en sus propios elementos y hasta para su propia defensa tiene que mendigar la espada extranjera, es un país desorganizado!", transcribe Zook de un autor boliviano. (p. 146-148).
A raíz de esta terrible derrota, el ejército boliviano pensó replegarse a unos 300 kms. de distancia. Y lo hubiera hecho, si nosotros hubiéramos contado con suficientes medios de transporte para perseguirlos…
El 22-X-32 nuestra 4º Div. inició un ataque contra las también bien fortificadas posiciones de Arce.
“Poco tuvo que accionar el atacante para descolgar la defensa; la mayor parte de los soldados al primer golpe abandonaron en masa sus trincheras, ni la subyugante y serena acción de Germán Jordán (Cmdte. de Subsector), pudo evitar el desbande parcial de los suyos.
"Desde horas 18 la plaza de Arce era un mar humano, movedizo y cambiante; el más leve ruido de los bosques cercanos, la caída, de una rama, encrespaba el oleaje echando sin rumbo de un extremo a otro de la plaza, en cuyo fondo se había hundido toda noción de disciplina y toda acción de mando". (Ayala Moreira, p. 186).
"... Se reunió en el Comando divisionario a los comandantes de las unidades en desbande, para impartirles la orden de repliegue sobre Alihuatá… Pero, entretanto, la mayor parte de las tropas poseídas de pánico, sin esperar la orden se desbordaron en
alud incontenible por la senda a Puesto Charata.. . ". . (Ayala Moreira, p.187)
Pero sigamos leyendo algunos párrafos del Cap. Zook.
"En Alihuatá, Peñaranda intentó valientemente levantar el espíritu de su derrotada 4º División... reunió a sus oficiales, apeló a su patriotismo y anunció su decisión de perecer para salvar el honor de la Patria, antes que volver al hogar con la vergüenza en el rostro.
"¡Quiénes quieran acompañarme, -dijo- un paso al frente!" "Sólo 18 se ofrecieron; luego, al ver que el Ayudante escribía sus nombres, otros más se agregaron, y en total dieron el paso 72 oficiales. A raíz de lo cual, el Comandante formó a las tropas en círculo, mandó que las bandas tocaran el himno nacional y pronunció una ardorosa arenga: Únicamente 300 hombres respondieron a su llamado, haciendo un total, junto con los regimientos leales, de nada más que 1.008 hombres dispuestos a pelear.
"Habría deseado fusilar -escribió más tarde Peñaranda- a los malos hijos de la Patria; pero eran cosa de 3.000 y tenían armas en la mamo y el miedo los apoyaba unos a otros". (p. 154-155)
Como se ve, aún habían muchos soldados bolivianos, pero estaban espiritualmente derrotados, ya sin voluntad de lucha.
Esta desmoralización, aunque algo disimulada posteriormente se prolongó durante toda la guerra.
Los bolivianos, al salir nosotros a su retaguardia, ya tenían el convencimiento de que estaban destinados, fatalmente, a caer prisioneros.
Tal sucedió, por ejemplo, en El Carmen, el 15-XI.34, en que, con 4.500 hombres, capturamos 7.000 prisioneros; cuando ya habíamos aprendido el arte de la guerra.
“Desde las horas de la tarde de este día 15, la desmoralización comenzó cundir entre las tropas enemigas cuando se dieron cuenta que nuestras tropas habían aparecido en su retaguardia. Uno de los prisioneros bolivianos nos contó que cuando ellos oyeron el grito de “LOS PILAS ESTAN ATRÁS”, todo el mundo perdió la cabeza”. (Estigarribia, Rev. FF.AA. Nº 145/8, p. 44).
Nosotros, a la inversa, al salir a retaguardia del enemigo, ya estábamos seguros de que no saldrían del “cerco”, que no era tal. Asimismo, al tener noticias que el enemigo estaba a nuestras espaldas, sabíamos que debíamos salir de esa grave situación en cualquier forma; y lo lográbamos. (Solamente en Strongest perdimos algo más de un millar de combatientes).
Las divisiones paraguayas VI y Reserva general fueron varias veces rodeadas por los bolivianos en noviembre de 1934, logrando siempre zafarse de las pinzas.
En Boquerón, en síntesis, aprendimos integralmente el arte y la Ciencia de la Guerra, como no lo pudimos hacer durante la paz en una Escuela Superior de Guerra inexistente, ni en las maniobras nunca realizadas. Allí aprendimos Fortificación, Organización, Táctica, Logística y Estrategia.
Por ese motivo, Boquerón es, según la feliz denominación dada por el Gral. Raimundo Rolón, nuestra "Batalla Escuela".
La fragua de Boquerón dio temple de acero a nuestro patriotismo, e insufló optimismo en nuestras fuerzas espirituales adormecidas por el derrotismo de alguna propaganda, desde 1870 hasta 1932.
En Boquerón tuvo nacimiento el Gran Ejército que trazó dos diagonales de fuego, desde el centro del Chaco hasta Charagua y Villamontes, jalonando su recorrido con radiantes hitos que se cuentan por victorias, a través de centenares de kilómetros.
Arce, Alihuatá, Saavedra, Nanawa, Pirizal, Corrales, Toledo, Rancho Ocho, Herrera, Gondra, Pampa Grande, Pozo Favorito, Ballivian, Campo Jurado, Cañada Esperanza, Lafaye, 27 de Noviembre, Picuiba, Yrengagüe, Algodonal, Carandayty, Cañada el Carmen, Villamontes, Ybybobo, Charagua, Strongest, Ingavi… y tantos más.
Quizá ya no se encuentren ni rastros de ellos en el terreno, ni figuren ya en los mapas pero son nombres refulgentes incrustados definitivamente en la Historia, en los que se inspirarán las generaciones venideras.
Y todos ellos tuvieron su origen en la GRAN BATALLA DE BOQUERÓN. Si la hubiéramos perdido, ahora estaríamos quizá, hablando el quéchua, y el Río Paraguay nos serviría de límites con Bolivia.
Por ese motivo, el Decreto Nº 14.685, del 12-IX-55, firmado por el Excmo. Sr. Presidente Stroessner, cadete excombatiente de Boquerón, por el cual se instituyó la SEMANA DE LOS HEROES DEL CHACO, conmemorando esta decisiva batalla, es de estricta justicia, pues, al recordar Boquerón, recordamos también a todas las batallas y a sus héroes.
Y al honrar merecidamente a los que tuvieron el honor de sacrificarse durante la contienda en esas batallas, honra también al Gobierno que la decretó.
K. CONCLUSIÓN
Visitar ahora Boquerón viajando por una excelente carretera, y pasar allí algunas pocas horas, contando con todas las comodidades, comidas y bebidas, no es igual que haber estado allí, más de 30 años tras, y especialmente si se va en numeroso grupo, que impide la reflexión adecuada.
Ya no se siente la garganta reseca u la lengua hinchada por la sed; ni la atonía producida por la desnutrición; ni la necesidad de arrastrarse entre los tuna’í y los caraguata’í, ni se oye el horripilante silbido de las balas; si se siente la escalofriante sensación de verse acechado desde la espesura; ni la incomodidades de la mugre de un mes; ni el molesto escozor producido por centenares de ñamokyrá y kypé; ni el nauseabundo hedor de centenares de cadáveres insepultados; ni la horrible visión de figuras humanas colgadas grotescamente por las alambradas, ni el agobiante calor, ni la asqueante molestia causada por millones de mberú-jhovy y apynguá-reí, haciendo sus vuelos de vaivén entre las carnes putrefactas de los muertos y nuestra magra comida…
Para un visitante que recorra ahora las posiciones, le es absolutamente imposible reconocer en ellas las descripciones hechas por el Tcnel. Cuenca.
Las trincheras que durante la batalla permitía el cómodo tránsito de un hombre a pié, tiene ahora no más de 40 centímetros de profundidad. Apenas si se notan rastros de los nidos con cubre-cabezas de duro quebracho. De las alambradas, talas, palos de punta y fosos de lobo, así como las “chapapas”, ni rastros… Igual cosa puede decirse de las traicioneras picadas, directrices del mortífero fuego cruzado de las armas automáticas de la defensa.
Lo que en esa época era un amplio cañadón, ahora es un malezal alto, con gran cantidad de paratodos y algarrobos, en los que no se ven rastros de balas, porque aún no existían.
La pequeña laguna que existía en 1932, ahora es ta convertida es un amplio tajamar construido por los colonos menonitas, conteniendo exquisita agua para el ganado.
El pozo del fortín, de agua salada y amarga que estaba próximo a dicha lagunilla, también ha desaparecido, sólo una pequeña depresión en el terreno, con algunos restos de duro quebracho labrado con que estaba revestido, dan indicio del lugar; pero solo para uno que estuvo allí en 1932.
Por estos motivos, considero que sería sumamente importante la restauración total del fortín y sus obras de defensa, a fin de que las personas que lo visiten, tengan una idea aproximada a la realidad, y sobre todo los jóvenes que allí quieran ir a empaparse de nuestra gloriosa y sacrificada historia. Quizá la Unionpechaco o el Circulo de JJ.OO. retirados puedan encargarse de esta tarea, antes que desaparezcan los que puedan emprenderla con exactitud.
La sucesión de las generaciones puede compararse a una verdadera carrera postas.
En ella, nosotros, los excombatientes de la guerra del Chaco, ya estamos entregando la antorcha del patriotismo a las robustas manos de la generación actual, después que muchísimos camaradas nuestros quedaron en el camino.
Y al hacer entrega paulatinamente de esa antorcha simbólica, lo hacemos convencidos de que, los que nos sigan, sabrán comportarse dignamente, de acuerdo con las circunstancias y la tradición de gloria que recibieron de sus antepasados, como nosotros lo hicimos cuando nos toco la oportunidad.
Mientras tanto, y hasta que tengamos fuerzas suficientes, la generación del 32 seguirá trabajando tesoneramente, junto a las generaciones actuales, por el engrandecimiento de nuestra patria, para bien y felicidad de las generaciones que nos sigan.
Si el Ejército chaqueño, que es decir el Pueblo Paraguayo, fue capaz de cumplir una proeza durante 3 largos años de duro sacrificio, el Ejército de hoy, al mismo tiempo de mantenerse vigente e ir elevando su capacidad profesional (que le faltaba a su antecesor), utiliza parte e sus energías para abrir también la maraña y construir caminos en la Región Occidental, siguiendo especiales y reiteradas directivas de una ex cadete de Boquerón, y que hoy rige los destinos de la Patria con mano firme y visión clara.
Para terminar, rindo mi sincero y perenne homenaje
- a los camaradas que cayeron luchando por la Patria, en las encrucijadas chaqueñas;
- a todos los ex combatientes del Chaco, hasta ahora férreas columnas de la nacionalidad.
- a los lisiados y mutilados que, aunque con las carnes mal cicatrizadas y los huesos mal soldados, aún siguen luchando con optimismo por el engrandecimiento de la patria:
- a los camaradas ex combatientes voluntarios extranjeros, que formaron con nosotros en esos momentos álgidos, defendiendo a esta patria de adopción;
- a la mujer paraguaya, que en 1932 supo comportarse como verdaderas heroínas, emulando a sus hermanas de hace un siglo;
- a la Legión Civil Extranjera, que sumó sus esfuerzos a los realizados por el país, contribuyendo también para lograr la victoria final;
- al pueblo paraguayo todo, en fin, que desde la retaguardia, supo apoyar espiritual y, materialmente el cruentó sacrificio de sus hijos, que luchaban a centenares de kilómetros de distancia.
Y a la juventud actual, cualquiera sea su actividad, un sincero mensaje de amor fraternal, de unión y comprensión en busca del bien, exhortándolos a que contribuyan con todas sus fuerzas a servir, cada vez mejor, a esta patria de héroes, en tiempo de paz como de guerra.
Y UN PEDIDO ESPECIAL PARA LOS JOVENES: cuando os encontréis con un ex-combatiente de la guerra del Chaco, pasadle cordialmente la mano, y prodigadle una benévola sonrisa, perdonándole quizá alguna impertinencia. Tenéis el deber de ayudarlos en sus necesidades materiales, sobre todo, espirituales, tratando de endulzarles los pocos años de vida que les resta.
El os lo agradecerá emocionado, aunque no lo manifieste de palabra, y vosotros sentiréis un gozo inefable, por haber hecho un bien a un prójimo, que pronto desaparecerá de la faz de la tierra, para pasar a la Historia como un simple recuerdo...
BIBLIOGRAFIA CITADA:
PARAGUAYOS
ESTIGARRIBIA, JOSE FELIX. "The epic of the Chaco". Revista dé las FF. AA. de la Nación, Nº 117 al 154, de setiembre de 1950 hasta setiembre de 1954. Comandante en Jefe del Ejército en Campaña durante la Guerra del Chaco.
FERNANDEZ, CARLOS J. "La Guerra del Chaco - Boquerón" Pellegrini, Impresores; Buenos Aires, Argentina, 1955. 368 pp. Comandante de la 1ª. Div. paraguaya que atacó Boquerón.
FLORENTIN, HERIBERTO; "Lo que he visto en Boquerón". Editorial Asunción, Buenos Aires, Argentina, 1957. 256 pp. Era. Tte. 1º del R. .3 "Corrales" durante la batalla y considerado "Guía N° 1 de Boquerón".
DELGADO, NICOLAS. "Historia de la guerra del Chaco". 1ª. Parte Imprenta Militar, Asunción, Paraguay, 19.... Fue nombrado comandante de la 4ª. Div. Paraguaya organizada luego de la caída de Boquerón.
CABALLERO IRALA, BASILIANO. "Nuestros zapadores en la guerra del Chaco". Ed. Libertad, Montevideo, Uruguay, 1939. 212 pp. Siendo capitán era comandante del B.Z.1 y actuó accidentalmente como comandante del R.I. 3 "Corrales" durante la batalla de Boquerón.
AYALA JUAN B. "La guerra del Chaco hasta Campo Vía". Artes Gráficas Aconcagua, Buenos Aires, República Argentina, 1958, 232 pp. Jefe del E.M.G. durante la batalla de Boquerón.
BOZZANO, JOSE A. "Reminiscencias” Editorial Toledo. Asunción, Paraguay, 1962. 130 pp. Director de los Arsenales de Guerra y Marina y otras reparticiones durante la guerra del Chaco.
GONZALÉZ, ANTONIO. "Preparación del Paraguay para la Guerra del Chaco". T. I. Ed. "El Gráfico". Asunción- Paraguay, 1957. 370 pp.
GONZALEZ, ANTONIO: "La Guerra del Chaco". Tipografía Cupolo, S. Paulo-Brasil, 1941; 248 pp. Durante la batalla de Boquerón prestaba servicios en el E.M.G. de Asunción.
CONGRESO NACIONAL DE ASUNCION. ''Diario de Sesiones" - Documentaciones - Abril a setiembre de 1931. Asunción, Paraguay, 1933. 192 pp. Contiene "Sucesos del fortín Cnel. Martínez"
BOLIVIANOS
TABORGA, ALBERTO. “Boquerón”. Ed. Canata. La Paz - Cochabamba - Bolivia. 1956. 112 pp. S. Tte. en Boquerón, cayó prisionero el 29-IX-32.
CUENCA, LUIS. "Conferencia sobre Boquerón" dada en el Círculo de JJ. y 00. de Asunción, en junio de 1957; Fue encargado de la organización y defensa de un Sector en el reducto de Boquerón. Cayó prisionero el 29-IX-32, Contiene 74 pp. tamaño oficio; dactilografiado; inédito; una copia en mi poder.
AYALA MOREIRA; ROGÉLIO. "Por qué no ganamos la guerra del Chaco". La Paz, Bolivia, 1959, 380 pp., A fines de VII-32 fue al Chaco actuó como Jefe del E. M. , de la IV Div. que defendía Boquerón, hasta el 24-X-32. Fue calificado como "el mejor Jefe de E.M.
TABERA, FÉLIX. "Apuntes para la historia de la guerra del Chaco". Ed. Don Bosco, La Paz, Bolivia, 1960. 466 pp. Durante la guerra actuó como comandante de regimiento y Jefe de E.M. de GG.UU.
SAAVEDRA, MODESTO. "Porqué fui a la guerra". Establecimiento Gráfico Argentino, Buenos Aires; Rep. Argentina, 1937. 172 pp. S. Of. ex-combatiente cruceño durante la guerra del Chaco, fue posteriormente fusilado en su país por sus ideas separatistas.
ARZABE REQUE, ANTONIO. "Boquerón". Oruro, Bolivia, 1961. 170 pp. Sargento en Boquerón, donde cayó prisionero.
NORTEAMERICANO
ZOOK, DAVID H. “La conducción de la guerra del Chaco”. Volumen nº 517 de la Biblioteca del Oficial del Circulo Militar Argentino Editorial Lito. Buenos Aires, rep. Argentina, 1962, 464 pp. Catedrático de historia Militar de la Fuerza Aérea e los EE.UU.
OFICIALES RECIBIDOS EN LA ESCUELA MILITAR DESDE SU FUNDACIÓN HASTA 1931
Año Cant. Prom. Apellidos de algunos de ellos
MAYORES - IX -1.932
1918 12 Garay, Melgarejo, Franco,
1919 7 1º Caballero A. Morínigo, ,Ortiz
id. 14 2º Torreani V., Antola, Machuca
1920 3 Pérez G; Acosta C., Andrada
1921 - ..................
1922 - ..................
CAPITANES - IX - 1.932
1923 9 Rolón, Britos,Morales
1924 9 1º Barboza, Paredes, Santiviago
1924 12 2º Ramos, Palacios, Barrios
1925 - - ………….....
1926 11 lº J. Migone, Rojas, Silva, Figari
1926 19 2º Caballero, I., A. González
TENIENTES 1º- IX -1.932
1927 18 Scarone, Sosa, Valdez, Aponte
1928 11 1º J. Jara, Castañé, Infante R.
1928 19 2º Guggiari, Espinola, Florentín
1929 25 1º Díaz de Vivar, Facetti; Otaño
TENIENTES 2° - IX - 1.932
1929 18 2º Toranzo, J. F. Garay,Demattei
1930 - ……………..
1931 31 1º J..M. Torres, Zarza, Velilla.
1931 30 2º Bóbeda, Vega, Cardozo
TOTAL: 248
OFICIALES DE RESERVA RECIBIDOS ANTES DE LA GUERRA
1928 = 80; 1929 = 22; 1930/31 = 34. TOTAL: 136
Muchos de estos oficiales de carrera y de reserva, habían fallecido o estaban retirados. Del resto, no todos estuvieron en Boquerón.
"La revolución ha terminado en Caí Puente. Unos cuantos militares más al agua, y nada nuevo, decía un alto dirigente político, según Artaza (p. 15).
Estigarribia ascendió a Tcnel. en IV-31. En Bolivia los generales sobraban: pocos meses antes de la guerra habían ascendido una veintena de coroneles. (Ayala, p. 20).
INSTRUCCIÓN DE LA TROPA
El Dr. Policarpo Artaza, en su libro “Ayala, Estigarribia y el Partido Liberal", dice en la p. 52: “Mucho tiempo antes (de la guerra) se estableció el servicio militar obligatorio, que dio por resultado la preparación militar más de 50.000 ciudadanos”.
Veamos si esto pudo ser cierto.
El Mayor Roque Samaniego en su libro “Nuestro Problema Militar”, año 1919 die: “… la próxima aplicación de la Ley del Servicio Militar Obligatorio…” (p. 13). De modo que, 4 años después de la promulgación de esta Ley, todavía no se la había aplicado. Ni se aplico aun en 1932.
“…para la fijación del efectivo insignificante -2.000 hombres de nuestro ejército- no se ha consultado ninguna de esas necesidades, sino la de mantener el orden interno y la de hacer economía a todo trance con el efectivo actual… distribuido en cinco zonas militares y una infinidad de pequeñas guarniciones no se puede hacer nada… No se puede instruir la tropa… porque la gran mayoría de los conscriptos quedan exceptuados del servicio… (p. 10).
Veamos cuáles eran los efectivos en un lapso de 13 años incluyendo la marina:
Años JJ.OO. Tropa Totales Observaciones
1919 - - 2.000 Samaniego, p. 10
1926/7 103 2.617 2.720 Presupuesto 1926/27
1928 113 2.800 2.913 Fernández, p. 21
1931/2 326 4.100 4.426 Fernández, p. 25
Puede calcularse con generosidad, un promedio de 2.000 hombres entre 1920 y 1926, o sean 14.000 en 7 años, y de 3.000 entre 1927 y 1932 o sean 18.000 en 6 años. Total: 32.000 en 13 años (1920-1932).
Pero el S.M.O., es de 2 años en nuestro país, de modo que 32.000 debemos dividir por 2, lo que nos da 16.000 conscriptos incorporados en esas 13 clases, que podrían haber recibido instrucción militar. Pero no todos los 16.000, teóricamente incoporados, recibieron instrucción adecuada.
En nota fechada 5-V-31, luego de los sucesos de “Cnel. Martínez”, el Mayor Juan Manuel Garay, entonces comandante del R.I. 4, decía al Ministro de Guerra y Marina: “puede decirse que las unidades del chaco NO TIENEN LA APTITUD REQUERIDA PARA UN EFICAZ EMPLEO EN LA GUERRA, y este mal se proyecta aún peor para, el porvenir, ya que el 70% DEL EFECTIVO DEL EJERCITO CUBRE EL CHACO, lo que equivale a decir que ese 70% DEL CONTINGENTE ACUTARTELADO PASA A LA RESERVA, SIN LA INSTRUCCION NECESARIA..." (Ver Diario de Sesiones del Congreso, IV-IX-1931, p. 112).
Es decir, que el 30% de los 16.000 incorporados, serían 4.800 instruidos en 13 años. Descuéntase aún los que prestan servicios auxiliares, caballerizos, ordenanzas, oficinistas, etc., y redondeemos a 4.500, que dista mucho de los 50.000 de Artaza.
Pero, demos otro fundamento sobre la flta de instrucción de la tropa que prestaba servicios en el Chaco, o sea el 70% de los efectivos.
Dijimos con anterioridad que la tropa se incorporaba en forma desordenada durante todo el año; que el licenciamiento se efectuaba en igual forma, que habían conscriptos de 16 a 27 años; que muchos de ellos prestaban más de dos años de servicio, y que como consecuencia de estas y otras irregularidades (falta de pago de los haberes), los concripstos se rebelaron el 5-IV-31 en el Fortín “Cnel. Martínez”, por lo que los oficiales tuvieron que reaccionar violetamente resultando heridos 9 soldados y 3 muertos. Veamos algunas declaraciones constantes en el Sumario instruido por la Comisión Parlamentaria nombrada al efecto.
Del Tte. 1º FABIAN SALDIVAR VILLAGRA: "… los soldados a la fecha habían prestado 2 años y 7 meses de servicio en su mayoría... ": (p. 94).
Del Tte. 2º AUGUSTO GUGGIARI: " ... desde el mes de setiembre (1930) se venía licenciando la tropa por pequeños grupos de 15 a 20 hombres de cada compañía, y que últimamente los soldados insistieron en diversas formas en sus pedidos de permiso y bajas, puesto que todos ellos habían cumplido con exceso el período legal de servicio ... algunos con 2 años y 4 meses, otros con 2 años y 7 meses ... las tropas han llegado a vestirse con lonas, algunos de ellos, y los demás con ropas harapientas.
Del Tte. _2º EMILIO DIAZ DE VIVAR: “Agrega que a la batería le faltan elementos de Plana Mayor, como goniómetros, teléfonos con sus correspondientes hilos, que en tales condiciones la eficacia de la artillería sería casi nula y aún peligrosa para las propias tropas" (p. 96).
Del Tte. 2º ATILIO TELLEZ: " ... durante un año y 5 meses sólo se han recibido 2 trajes para cada soldado y que personalmente, ...tuvo que utilizar bolsas de lona para vestir a su tropa; a los que le faltaban, que lo era en su mayoría. . ." (p. 96).
Del Cabo 1° ANTOLIANO FIGUEREDO ACUÑA: " .. se hizo deseo unánime de toda la tropa, el pedido de baja que se les había prometido en reiteradas ocasiones..." (p. 98).
Del Of. Adm. 1º MANUEL CONTRERAS: intendente del R.I. 4; “… Durante el licenciamiento último se ha efectuado descuento de los haberes de tropas en concepto de CONTRIBUCION VOLUNTARIA para adquisición de banderas destinadas al uso de los nuevos buques de la Armada Nacional en cumplimiento de una Circular Ministerial..." (p. 107).
Las tropas fueron licenciadas durante los meses de octubre; noviembre y diciembre de 1929; enero, febrero marzo, abril, julio, agosto de 1930, pagándoseles los haberes con economías realizadas en el regimiento (venta de cueros de animales faenados) (p. 106).
Del Mayor JUAN MANUEL GARAY, en la nota citada, refiriéndose a los efectivos de su regimiento: "Tenemos actualmente ...8 camiones y 7 carros ...para servir a 771 hombres ... en una extensión de 350 kms.." (p. 111).4
"Puede decirse que todo el ejército paraguayo está siempre en las puertas del Chaco, en su totalidad", decía el Cap. Manchego el 19-V-1930 en una conferencia dada en Villamontes, confirmando lo dicho por el Mayor Garay. (Revista Militar del Paraguay, VIII-1930, .p. 3731)
Para finalizar, confeccionemos un cuadro entresacado de las declaraciones de 95 conscriptos a la Comisión Parlamentaria nombrad para investigar los sucesos de “Cnel. Martínez”:
Edad Cantidad La antigüedad Observaciones
años soldados variable de:
27 1 2 años todos declararon ser
25 3 16 a 27 meses “voluntarios"; es decir
23 5 15 a 28 meses que aún no se aplicaba
22 11 15- a 28 meses el S.M.0.
21 12 24 a27 meses
20 37 7 a 28 meses
19 18 14 a 31 meses
18 7 10 a 27 meses
17 1 10 meses
11 clases con 95 soldados, con 7 a 31 meses de servicio.
¿Qué instrucción podría darse a la tropa en estas condiciones? Distinta edad, distinto período de incorporación, diseminada en muchos núcleos, con pocos oficiales, mal atendida física y espiritualmente…
El Presidente de la República, Dr. José P. Guggiari dijo en su mensaje al Congreso, el 19-IV-1931, es decir, 4 días antes de los sucesos de "Cnel. Martínez":
"La organización no sólo comprende el aspecto material: comprende la preparación y formación de los cuadros, de jefes y oficiales, que serán las bases para la constitución de los comandos y los diferentes órganos de los mismos; LA INSTRUCCION DEL CONTINGENTE REQUIERE. YA LEYES APROPIADAS…” (P. 68 del Diado de Sesiones).
¡A buena hora...
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